(Otra vez gracias, Rodolfo!)
A verdad
o consecuencia jugaban en la escuela y en ese
tiempo, ella, aún a riesgo de ser descubierta en su vulnerabilidad, siempre
elegía “verdad”, con tal de no tener que someterse al impiadoso peligro de la
“consecuencia”, que, sabía, casi siempre resultaba ser terrible y nefasta.
Sintió desde siempre miedo a las secuelas
indeseadas, miedo al qué dirán, miedo a salirse de la raya, miedo a la
libertad, miedo a la vergüenza de ser despreciada. Miedos
y culpas rigiendo su camino, condicionando su
paso tan limitado como vacío. Nada de sustancia,
sólo insostenible apariencia señalando la
prioridad de lo que se espera deba ser y hacer uno, postergando el significado
del verdadero sentimiento.
El destino
o el azar o su inexperiencia, o la indescifrable
combinación esos ingredientes provocaron un día que su vida diera un vuelco
definitivo: usada y abandonada se sintió desfallecer.
Padeció otra vez la ley
implacable de causa y efecto
poniéndola al filo de las decisiones trascendentes: una vida por nacer, tan
indeseada como ella misma sentía ser en esos momentos.
Apelar al olvido, desear borrar de su memoria
la responsabilidad que llevaba a cuestas, esos deseos la condujeron, sin
proponérselo, hasta las vías del tren que ya llega.
Un paso hacia el vacío, sólo eso
y su destino y sus problemas se diluirían en la inmensidad de la nada. Un
segundo de inconsistencia, un segundo de abandono y todo terminaría… sólo eso
necesitaría. Nada más.
Pero había algo más: otro corazón
latiendo al unísono con el suyo. Uno nuevo, aún no nacido, un fuerte impulso
hacia la vida cobrando fuerza en su interior, haciendo que otra vez -como en su
infancia en aquel juego con riesgos- tuviera que optar.
Esta vez eligió ambas: Verdad y consecuencia,
y en lugar de arrojarse hacia la nada, se subió hacia la esperanza, decidiendo
que valía la pena arriesgar.
El resto de los relatos participantes, en el post anterior.
Subirse a la vida, que frase tan bien escrita para describir una acertada decisión. Y usaste los duetos que propusiste. Felicitaciones.
ResponderEliminarUn relato excelente, con todos los duetos enlazados a la perfección y logrando una historia un poco oscura pero con final feliz. Un gusto leerte como siempre.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Has usado todas las opciones y las has trenzado bien, el relato me ha gustado, siempre vale la pena arriesgar. Un abrazo
ResponderEliminarUn relato muy profundo, lo haces sentir. Muy bueno, con todos los duetos plenos de significado en el...
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo.
Muchos besos
Muy bien escrito Mónica, y hay algo en el final que me ha abierto los ojos, la ESPERANZA. Me ha encantado amiga. Espero que hayas tenido una buena Semana Santa. Nosotros ya estamos de vuelta en el blog contando cómo la vivimos. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarCómo me gusta la estructura de la oposición a la suma de elementos de la dualidad... tan posible, sin duda.
ResponderEliminarBesos.
Pues hizo muy bien.
ResponderEliminarHas jugado muy bien con los duetos.
Es malo tener miedo de todo.
Un abrazo
Creía que te había dejado un comentario,pero no aparece. Te decía que no te habías conformado con usar un dueto, sino todos, así es que tienes mi admiración más absoluta.
ResponderEliminarMagnifico relato, Monica. Usastes todos los duetos!
ResponderEliminarEso de arriesgarse me gusta, de tomar los toros por los cuernos, de sentirse esperanzada.
ResponderEliminarQué buena historia Neo! De a poco nos vas introduciendo en la manera de ser y de sentir del personaje. Nos acercas a sus vivencias y vas perfilando su personalidad. La vida, sin dudas, no le pasó en vano y finalmente, decide desde lo más profundo de su ser, sin tomar en cuenta la opinión ajena.
ResponderEliminarEl final de tu relato deja una gran enseñanza de determinación y aceptación.
Me encantó, tanto tu aporte como la propuesta. Fue un gusto compartir!
Besos!
Gaby*
late.
ResponderEliminarretumba sin sonidos
el destino salvaguardado por su hacedora que en la balanza de las decisiones ningunea su propia esencia para en un acto pleno de humanidad cambiar el rumbo de su vida de lo que aparentemente era su destino y ser dueña de la situación,
Buenas tardes, Mónica:
ResponderEliminarExcelente tu relato y reconfortante su final con esperanza.
No es fácil resumir una vida en 350 palabras; y menos hacerlo de una manera detallada, que nos permite acompañar a un personaje que tiene algo de todos nosotros.
Un abrazo, Mónica.
Sobrio. Elegante, con contenido y un tierno y consecuente final. La vida tiene eso.
ResponderEliminarBesos
Qué bien, como buena anfitriona reuniste todos los duetos muy bien hilvanados en tu relato. Celebro que la protagonista escogiera al final vivir la vida aceptando sus retos con todas sus consecuencias, hubiera sido muy cobarde de no haberlo hecho.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un beso
Hola Moni
ResponderEliminarQué bien has hecho todo: el relato y la conducción. La propuesta ha sido un disfrute y la concurrencia lo ha agradecido maravillosamente
Un placer compartir otro jueves y leerte...
besos (dobles, por supuesto)