Esta semana conduce María José y la cosa viene de virus, en todas sus posibles acepciones.
Les dejo mi breve aporte:
Les dejo mi breve aporte:
A ritmo de un bolero, cansino,
seductor, va naciendo el virus. Alimentado por la penumbra, la música dulzona,
las miradas sugestivas…y crece. Sano, voraz, ávido por apoderarse de todo lo
que lo envuelve. Y crece.
A ritmo lento, como se cuecen los
mejores manjares y las más crueles venganzas…crece el virus. Avanza por terreno
fértil y se desborda, ansiando sentir la pasión que lo alimenta al punto de
enceguecerlo, sin contemplaciones, sin reticencias. Crece el virus, lentamente.
Se instala, se retroalimenta, se infiltra, se imbuye, contaminando,
extendiéndose por sobre cualquier otra necesidad o sentimiento. Y no hay
vacunas, nada lo logra combatir eficazmente. Pese al esfuerzo, pese a las más
ciertas intenciones…cuando se desata, nada logra controlarlo. Infecta todo lo
que toca, aún lo más puro, lo más íntimo, lo más sagrado.
El virus de los celos, de la
indisoluble ansia de posesión del otro. Ese a quien se dice idolatrar, pero en
realidad, sólo se sueña con dominar.
Todo lo carcome, todo lo destruye…y
al final nada queda, sólo el resabio amargo de lo que fue y la pérfida
estupidez que dio paso a lo que en definitiva destruyó aquello a lo que en un
principio se juró amar y respetar.
Que verdad mas grande, hablar de los celos como un virus, ese no tiene antidoto, ese como relatas entra, entra y destruye.
ResponderEliminarMe sorprende con que facilidad hablamos de virus como el de ébola y otros y no tenemos presente "enfermedades" de la sinrazón humana.
Un beso y un relato muy orignal, te felicito.
Es un virus destructivo que destruye al que lo padece, puede llevarlo a ser destructivo con la persona celada, si se lo permiten.
ResponderEliminarLo describes perfectamente en tu creación. Lo peor de una relación es cuando se contamina. El virus de los celos se introduce como el flu en el interior y otras veces como el Ébola. Porque golpea físicamente y psicológicamente o destruye y quita la vida.
ResponderEliminarBesos
Los celos y la mentira, una plaga difícil de controlar que acaba con el amor mas grande.
ResponderEliminar"A ritmo de un bolero, cansino, seductor, va naciendo el virus..."
¡Que lindo!
Un beso
Desde luego que es un virus imparable. Los celos no son racionales y pueden causar estragos . Mejor comprar un antídoto para su cura.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy interesante el giro que le has dado a este tema de los virus, Mónica. Los celos son la parte más dañina cuando el amor se convierte en obsesión irracional.
ResponderEliminarUn abrazo
Pensé que hablabas del amor, pero mágicamente pegaste un giro y le diste sentido a todas las palabras, es un virus que se propaga, genera alucinaciones y termina siempre mal.
ResponderEliminarExcelente relato Moni, me encantó
Un beso enorme.
Contundente y real como los propios celos. Un texto excelente que dibuja con precisión e ilustra con color el virus de los celos.
ResponderEliminarBesos
Por fin puedo dejarte el comentario, he estado sin conexión, ya lo tenía escrito y desapareció. Te decía que me encanta como lo has narrado, así son los celos, al comienzo pintan un mundo ideal lleno de amor y cuando te das cuenta has caído en las redes de un (o una) enfermo que confunde el querer con el poseer.
ResponderEliminarUn beso.
Yo también pensé que hablabas del amor, quizás sean sentimientos igual de intensos aunque los celos son dañinos y pueden llegan a matar equivocadamente en nombre del amor. Lo has descrito con la intensidad y la voracidad de un virus!
ResponderEliminarUn beso
Me confundiste y pensé que de nuevo el virus del amor hacía estragos, bueno el de los celos no solo hace estragos sino que mata y con violencia. Un original enfoque. Me gustó.Un besote y gracias por participar
ResponderEliminarEso hay que tratarlo como a una patología mental más. A Dios gracias, y como sucede con esos desequilibrios, es, percentualmente hablando, muy escaso (aunque tenga mucha difusión en la literatura, pero es más bien escaso)
ResponderEliminarUn besazo
"muerto el perro... muerta la rabia" es lo que me repetía mi madre cuando veía que la gente no lograba cambiar su manera de ser, y creo que después de leer tu escrito simplemente asiento, comprobando que en toda su verdad poética, muchas enfermedades como los celos enfermizos, no tienen ni tendrán nunca cura, tan sólo podríamos amputar lo malo, para poder rescatar lo bueno, mutilar la parte gangrenosa y putrefacta, para salvarle la vida a lo que aún puede salvarse, cortar de raíz todo mal, toda maldad, toda enfermiza esencia que una vez se pensó que era amor.... me encantó tu forma de encaminar tu texto, de dibujarlo, pintarlo en nuestra mente.... besos
ResponderEliminarmi comentario:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=nSUQOMeQ81s&feature=youtu.be
medio beso.
Muchas gracias a todos por leer y comentar
ResponderEliminar=)
Una enfermedad que padece quien la tiene y hace padecer a los que le rodean. Otra infección dura de tratar.
ResponderEliminarBesos.