Aquella ciudad tan idílica que
había recorrido en sueños no le resultaba completamente desconocida, si lo
pensaba bien, se parecía mucho a su ciudad natal, aquella que habitaba desde
que su identidad comenzara a formarse enlazando memoria y corazón. Pero a la
vez aquella Utopía soñada era muy diferente a todo lo que le rodeaba.
Pertenecía a un mundo donde la
gente salía a las calles portando siempre una sonrisa. Niños y mayores parecían
muy felices de andar por aquellas veredas pulcras y coloridas bajo las sombras
frescas de los árboles frondosos. La buena convivencia entre vecinos se
plasmaba sin esfuerzo tanto en las aceras como puertas adentro. La gente se
conocía desde siempre y a nadie se le ocurría transitar sin ofrecer un sincero
gesto de buenos días. Flores multicolores aportaban, generosas, desde ventanas
y balcones la calidez de sus tonalidades contrastantes.
La prisa era allí un hábito
desubicado. No existían los ruidos estridentes ni el hollín ni la basura
arrojada poblando calles y avenidas. La gente era respetuosa de las normas que
se había trazado para facilitar esa dicha urbana que se respiraba plena, sin
que su realidad fuera noticia.
No exigía ningún esfuerzo transitar
por las vías rápidas. Nadie se adelantaba al otro a causa de esa incontinencia
ilógica que suele atacar a los automovilistas
en las horas pico del tránsito en nuestras ciudades más ajetreadas. Los
vehículos eran silenciosos y no contaminaban. La mayoría estaban destinados al
transporte colectivo. La gente allí viajaba muy cómoda y tranquila,
aprovechando el breve trayecto para distenderse, leer, dormitar o simplemente
disfrutar el paisaje urbano que maravillaba por su verdor y armonía.
Las distancias no eran excesivas.
La escala urbana permitía a todos conocer a la perfección barrios y centros
comerciales. El diseño del trazado surgía de las necesidades del peatón y no de
los vehículos o la especulación inmobiliaria.
La gente sabía disfrutar de los
espacios exteriores. Se sentía parte de su ciudad que los contenía seguros, sin
conflictos ni inequidades. El río que corría a su vera les aseguraba un
enriquecedor intercambio con la Naturaleza. Allí los pájaros abundaban y la
gente se dejaba llevar por la tranquilidad que nacía de esa proximidad.
La organización de la sociedad
nacía de una comprometida participación solidaria. Todos se sentían parte de un
núcleo vital que los aunaba y por lo tanto todos opinaban libremente ejerciendo
un democrático respeto.
Por distintos canales de
información y participación la gente aportaba sus inquietudes y propuestas y a
la hora de tomar decisiones, los debates nacían sin conflictos, dispuestos a
enriquecerse con la opinión ajena. El equilibrio entre todos los sectores se
practicaba con altura y sin fricciones inútiles, a sabiendas que el bien común
era el objetivo de todos. Se cultivaba la honradez como valor fundamental de la
sociedad, a la vez que se incentivaba el diálogo y la concreción de propuestas.
Los discursos no se lanzaban al viento sin sustancia y contenido, por el
contrario, se sabía que la palabra dicha era palabra empeñada y las ideas
nacían como fecunda simiente de prosperidad y armonía.
Al punto de despertarse –quizás a
consecuencia de la inocencia que inspira el primer destello de sol en la
mañana- el soñador intuyó que quizás no fuera tan lejano ese mundo idílico, que
tal vez no fueran tan imposibles de lograr aquel equilibrio y esa
concordia entre ciudadanos. Pensó que
todo comienza con un primer paso y que de veras podría hacerse algún día
realidad esa Utopía.
Más utopías jueveras, en lo de Juliano el apóstata
Para ver:
City in the sky from Tsvetan T on Vimeo.
más me parece un planeta diferente, un relato cargado de mucha ciencia ficción, en un futuro que quizás no llegue, pero que estamos seguros que todos los deseamos soñemos o no, todos quisieramos que este cuento sea algún día realidad, pero para ese entonces, ninguno de nosotros viviremos, y humanos sean quizás otro tipo de seres muy diferentes.... me ha gustado, besos!!!!
ResponderEliminarpd: que rico es ser el primero
Parecía una utópica maqueta, pero al despertar sintió que paso a paso, en la calle, en las plazas, el rastro de ese sueño podría ser posible, creamos en ello, en la utopía necesaria, amiga mía que tú me revelas a pedir de boca y de sueño. Besito.
ResponderEliminarQué ligados estamos a los sueños!
ResponderEliminarEse sueño es el sueño de todos los que anhelamos un lugar tranquilo,silencioso, natural,de ciudadanos felices y respetuosos, donde nadie viva holgadamente mientras otro no pueda sustentarse. Un lugar hecho para el disfrute de sus habitantes, cómodo para la vida.
ResponderEliminarUn beso.
Una ciudad maravillosa para vivir en armonía con todos sus habitantes muy educados y respetuosos. Nada que me voy para allá. ¿Has dicho donde se encontraba?, hacia el Norte, quizás? ¿más al este, dices?....
ResponderEliminarUn beso de verdad.
Como comenté ya en no recuerdo cuales blogs, el imaginar algo deseado es una forma de empezar a hacerlo posible. Sobre todo cuando depende de las buena voluntad de las personas, el escribirlo puede ser un redescubrimiento para quienes lo lean.
ResponderEliminarPues mira, la foto que has puesto me ha recordado una ciudad, o proyecto de ciudad que visitamos mi esposa y yo hace algunos años: Auroville, a pocos kilómetros de Pondicherry, al este de la India. Hay allí una espera forrada con paneles dorados, el Matrimandir. Por todo ello y por la idea que se tenía cuando se edificó, se la llamó la ciudad de la aurora. Me la has recordado con tu relato.
ResponderEliminarUn beso
Esa ciudad es posible, si todos nos aunamos para conseguirla. Ya sé que es difícil, pero lo que no podemos es quedarnos parados, para que la ciudad del futuro nos la proyecten los "calatravas" de turno.
ResponderEliminarBello relato.
Un abrazo.
Todas las actitudes que nos has mostrado en tu ciudad, si nos lo propusieramos lo lograríamos. A lo mejor es más fácil que cada uno empecemos a hacer algo, por ejemplo una sonrisa. Me ha gustado tu relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cada vez me reafirmo más que esas ciudades son posibles.
ResponderEliminarParece una utopía y la verdad que es un paso tras otro, sumados a unos cuantos que en definitiva soñamos lo mismo. Así Geminiana.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Pd.: gracias, no me había dado cuenta.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEs la ciudad en la que tosdos quisiéramos vivir. Un beso desde Motril
ResponderEliminarpor lo que sea me has llevado a esa teoría que habla del hombre abndonado en la naturaleza. no recuerdo su nombre...algo así como el buen primitivo..no lo sé.
ResponderEliminarveo que , como yo diría, tu tendencia, perdón, la tendencia de este relato es de etndencia roja-comunista.
has ido por donde algunos compañeros han ido.
yo creo que os olvidáis de que la natraleza humana, como mínimo, es ambivalente: mala-buena. y que conste que lo de malo y bueno no me convence para nada, pues es la simpleza de aceptar que el hombre puede ser bueno o malo o...el hombre es cualquier cosa menos malo o bueno...es decir, hablo de el consenso al que se ha llegado para decir que esto es bueno o aquello es malo.
por otra parte alguien me habló de que en tu ciudad en un tiempo se pudo jugar en las calles, de que en tu ciudad las puertas estaban abiertas...eso pasaba en mi pueblo, por cierto.
sabes, mónica, no siempre los adelantos se pueden catalogar de buenos, no siempre el progreso es bueno, no siempre la industrialización es buena. y creo que no hace falta que te explique el porqué.
hemos perdido el contacto con el cielo y la tierra. incluso yo, un tipo de pueblo, muchas veces vivo de espaldas al campo, al cielo, etec.
medio beso, que me he extendido mucho.
Es verda, todo empieza con un primer paso. Grandes cosas se han logrado así, con un primer paso, y en un principio se creían utópicas.
ResponderEliminarUn abrazo
Sonrisas, tranquilidad,tiempo, espacio, palabras esenciales para lograr una ciudad donde la calidad de vida nos haga disfrutar. Besote
ResponderEliminarSalvo que el soñador despertado a una realidad mejorable sea Dios y salvo que Dios exista, que de ambas cosas tengo dudas, mucho me temo que tenemos lo que tenemos; pero algo podemos hacer para mejorar. Si lo hemos soñado... es posible.
ResponderEliminarComo siempre un relato potente.
Besos
Todas las utopías están al alcance del primer paso...
ResponderEliminarBesos.
Es la ciudad ideal, todo un propósito, ¿habrá existido alguna vez? muy buen relato Neo. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarDime dónde se encuentra esa ciudad y emigro.
ResponderEliminarUn beso
Salud y República
Qué bonita ciudad y qué bien todos tan buenos y todo tan maravilloso y tan ideal, pero hoy estoy negativa y se que eso jamás llegará a ser realidad por mucho que lo deseemos.Es lo que es, una UTOPÍA. Por otra parte está espléndidamente relatado. Bs.
ResponderEliminarMarta, también en su momento demostrar que la tierra era redonda, o llegar a la luna parecía ser imposible...y sin embargo...
ResponderEliminarA no perder la fe y la constancia, amiga!
=D
Nunca hay que perder la esperanza, ni los sueños, calculo que el mundo tendría que volver a nacer para poder realizar esta utopía, pero tengo fe, siempre tengo fe.
ResponderEliminarUn besote.
Un sueño precioso, Neo, tanto como el despertar. Un gusto leerlo :)
ResponderEliminarBesos.
♥Hola mi querida amiga, excelente me ha gustado, y no pierdo la fe en que algún día el mundo sea mejor.
ResponderEliminarTe abraza tu amiga de Venezuela
♥♥♥SOYPKS♥♥♥
Hola, ola de mar...
ResponderEliminarUn mundo similar a ese, supongo que inspirada por alguna película o algún libro imaginaba cuando era más joven e idealista. Me amarga ver que ya no tengo esa ilusión o esa capacidad de pensar que el mundo puede llegar a ser un lugar mejor. Hay tantas generaciones de humanos que no han sido así, que me cuesta trabajo pensar que pueden, podemos cambiar. Pero me gusta leer que hay personas como tú que aún se lo pueden imaginar y creer en ello y que al narrarlo, de alguna manera a los demás nos devuelve un poco de inocencia que hemos dejado perder.
Un beso
del
Aire
PD . Por fin pude entrar!
Que lindo que fuera asi!
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