viernes, 12 de octubre de 2012

LA CACERÍA

Luego de releer el relato que escribí para este jueves, se me ocurrió continuar la historia en retrospectiva, ahondando en la culpa que el personaje fue reviviendo a causa de esos misteriosos llamados telefónicos. Si las musas me ayudan -y el público me acompaña (jejeje)- intentaré luego completar la trilogía con los sucesos que dieron origen a los otros dos.
Gracias desde ya por su constante compañía.


Cuadro Perro De Cacería Hacemos Cosas Increibles Chcanos!!


LA CACERÍA

Ese fin de semana sería la cacería. Luego de varios intentos al fin pudieron ponerse de acuerdo sobre los detalles y lograron combinar el día. El pequeño grupo saldría muy temprano hacia las montañas, acamparían, y desde allí se dividirían en dos. El Tuerto y un fulano del pueblo irían río arriba y él y el Manso bajarían hasta el lago para probar –de paso- suerte con la pesca. Él se llevaría al Dingo -ya confirmado como avezado rastreador- de ese modo se aseguraría lo que en realidad buscaba: toparse con el oso que varios campesinos habían estado viendo por las cercanías, atacando incluso a dos ovejas que pastaban en las afueras del bosque.

Pese a lo que en un principio había temido, no estaba nervioso. Más bien se reconocía ansioso por poder llevar adelante su plan tal cual lo venía armando desde que le dieron la nefasta noticia.

Como si desde ese instante nada más hubiera tenido sentido, se dedicó los siguientes días y noches a elucubrar la manera en que pudiese vengarse de aquel desgraciado. Fantaseó con gran placer mil y una maneras de matar al susodicho con sus propias manos, llegando incluso a imaginar con nitidez la expresión que tendrían en ese momento sus ojos vidriosos.

La sola idea de poder aniquilarlo le resultaba íntimamente satisfactoria, llegando incluso a mitigar las laceraciones de antiguos resentimientos. Pero la imagen avergonzada de sus padres y de su hermana se le cruzaba en sus ensoñaciones de venganza, logrando ese hecho cambiar el rumbo de sus pensamientos. No. La revancha no debía realizarse abiertamente. Debía diseñar con gran cuidado lo que debería parecer un accidente y en realidad sería un frío asesinato.

La eventualidad de la aparición de aquel oso por los alrededores le despertó la idea y su merecida fama de cazador experto le dio la fuerza como para organizar, con gran tino, la excusa de esa cacería como velo para ocultar sus verdaderas intenciones: matar al Manso haciendo que parezca un lamentable infortunio.

………..

Llegó por fin la madrugada tan esperada, los cazadores estaban listos, al igual que los perros. Se dividieron los grupos, se alistaron los pertrechos. El Manso siempre le había confiado a él la provisión de sus rifles, no por nada lo llamaba, bromeando, “el gran experto”. Fue durante un breve descuido que cambió los cartuchos: sustituyó municiones buenas por salvas. Como era de esperarse, nadie lo advirtió.

La habilidad del Dingo como rastreador apresuró el encuentro, ambos hombres ubicaron esa misma tarde su presa cerca del lago, en las afueras del bosque, tal cual él lo había conjeturado.

El oso era inmenso, bravo y ágil. Cualquier cazador de aquellos parajes lo consideraría un muy digno oponente. Confiado por sentirse respaldado por su colega de caza, el Manso se adelantó unos pasos intentando ser quien abriera el fuego. Varios fueron los disparos que dio antes que por su mente pasara la sospecha de que algo estaba mal con los cartuchos. Una y otra vez, gatilló en vano antes de gritar desesperado al ver que aquella fiera enorme se le abalanzaba sin contemplaciones. La incredulidad fue más grande que el terror al comprobar que su compañero observaba desde cerca sin dignarse a disparar. Sólo lo hizo cuando la fiera salvaje había realizado ya su faena descuartizando a quien –sin imaginárselo siquiera- había sido presa de un muy bien calculado asesinato.

9 comentarios:

  1. Amiga, la presa siempre tiene miedo...

    Saludos y un abrazo.

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  2. Me he quedado muda.
    Y esperé que el oso fuese pacífico con los humanos...esa era mi venganza con el traidor compañero de caza.

    Odio la caza. Cada día más.

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  3. nunca mataría un animal, no entiendo el matar por matar y si comprendo en cazar o pescar para alimentarse.
    La presa, como siempre queda en un eslabón más de la cadena alimenticia

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  4. es una historia muy cruel, usar como pretexto la cacería, que es inhumana hasta los huesos, para matar a alguien tratando de camuflar un crimen para que quede impune y así lograr una cuartada perfecta, además que culpa tiene el oso? tiene que comer por dios! es por ello que tiene que robar las ovajes, es un animal depredador, y somos nosotros los que invadimos su hábitad, para colmo de malos con la naturaleza somos perversos, no te culpo, es una historia que se basa en la coducta real del humano, pero me jode que sea así, sólo espero que el día final de la humanidad, sólo ese día estaré convencido de que el mundo se habrá librado de un ser diabólico y perverso

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  5. Esta precuela le da sentido a la historia. Explica a que fantasma le temia el protagonista. Puedo agregar que algunos consideran fantasma a la proyeccion de los temores humanos, no algo sobrenatural. Tiene sentido que alguien capaz de cazar por deporte sea capaz de una venganza tan friamente planeada.
    Las musas te han inspirado, tal vez por eso hoy estoy trabado al escribir, estan muy ocupadas. Fue un chiste. Muy bien escrito.
    Tal vez hayas cometido un error en lugar de salvar por cargas buenas, sospecho que iba cargas buenas por salva.
    Estaría logres termninar la trilogia.

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  6. Me encanta cuando un relato no termina, sigue vivo en nuestra mente y la historia va adquiriendo sentidos, a la vez que genera otras inquietudes. ¿De qué se quería vengar el protagonista?
    Me gustó, estoy atrapado por la historia.
    Besos.

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  7. ¡Pronto seguimos! A trompicones, con sobresaltos, o como la vida nos deje.

    Mientras tanto, no me olvides.

    Un abrazo, compañera. :)

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