Junto al mar, en una isla de pescadores casi desierta, al
pie de un acantilado se levanta desde siempre la casa que fuera de sus abuelos
y él heredara de sus padres. Todo lo que conoce como raíces se yergue allí,
entre esas pobres paredes de madera y piedra.
Mientras las olas bravías estallan sobre las rocas de la
costa y su mirada se pierde en el horizonte,
su enjuta figura de viejo solitario insiste en aferrarse a los pocos
recuerdos felices labrados en su memoria. Alguna vez él fue también padre…y su
hijo, su única esperanza.
Lo vio crecer, hacerse hombre adentrándose con él en ese mar
que aprendió a entender y respetar, como sus ancestros. Después otro joven, más
descontrolado, más impetuoso, más altanero, acabó con su vida en el breve lapso
en el que el alcohol desvela las más oscuras bestias interiores.
El tiempo que ha pasado desde entonces no ha amortiguado ni
su dolor ni su angustia… más bien los ha convertido en otra cosa, más
siniestra, más impiadosa, menos confesable.
Este viejo pescador que solía ser pacífico y medido, parte ahora
hacia el interior de su isla, hacia lo profundo de un bosque remoto, donde habitan
apenas algunos otros solitarios hundidos en sus propios silencios.
Uno de ellos, recluido en una rústica cabaña, agazapado entre
sus culpas, alimenta los fantasmas de una lejana noche nefasta. No sabe que este
otro hombre –un padre destruido- ahora
va hacia él dispuesto a hacer lo que equívocamente llama justicia…y no resulta
ser más que una indigna venganza.
Más relatos vengativos, en lo de Teresa.
Hola Monica!
ResponderEliminarDesde siempre, me parece una estupidez la venganza de cualquier tipo, porque no hay modo de que esa acción repare el daño sufrido anteriormente...
Digo esto sin haber pasado nunca por una situación como la que cuentas en tu relato, pues no sé si no reaccionaría de igual modo que el pescador ante un daño irreparable a un ser querido...
Beso grande!
RoB
No tiene escapatoria cada acción tiene su consecuencia, el joven va a pagar por sus excesos, con la ira de otro. Si esto siguiera de venganza en venganza dónde terminaría...
ResponderEliminarMónica,tu relato me ha fascinado y más con la música de fondo.
ResponderEliminarUn acto que siempre trae consecuencias fatales para quién lo realiza.
Un besazo gigante.
No comprendo la venganza.
ResponderEliminar"Ojo por ojo y al final todos ciegos", bien, eso dice la frase...pero somos humanos y hay cosas que, si bien no son disculpables, sí pueden entenderse.
ResponderEliminarUn beso
Me costó entrar en el tema del jueves, me cuesta entender que ese viejo haya dedicado sus años a tramar la venganza, creo que destruye y creo que no resarce de nada, eso me parece aunque pueda comprender que si se alimenta crece y no para.Da gusto y deja regusto amargo.
ResponderEliminarRelato triste, intenso de una vida malograda, dos vidas, tres.
Besito.
yo, calleja y de los moranes, afirmo que el hecho de la utilización de la adjetivación es algo que confiere a los textos su colorido...claro está, que esto po sí solo no hace de un texto bello...pero si ese colorido ha logrado estar ajustado, ha lo...si este colorido ha sido utilizado más o menos bien, sólo eso, el texto queda enriquecido con una variedad de colores que...un texto colorido es vida...
ResponderEliminaresto has conseguido tú, mónica...
medio beso.
Yo tampoco terminé de entender. El padre se culpa a si mismo de la muerte de su hijo y piensa en hacer justicia??? o sea piensa en el suicidio???
ResponderEliminarNo me haga mucho caso porque a esta hora mi cerebro no arrancó todavia. El texto me transmitió angustia aun sin tener claro el final
un beso
No Any!...va en busca del asesino de su hijo y piensa matarlo!...(se ve que no he sido clara si interpretaste la intención de suicidio!) A veces uno tienen la idea clara en su mente, pero sus letras no logran transmitirlo.
ResponderEliminar=(
Es muy duro perder un hijo; pero la venganza bien poco arregla, no le devolverán a su hijo.
ResponderEliminarBuen y sentido relato.
Un abrazo
la venganza es un plato que se disfruta frío, y quizás sea cierto, porque cuando realizas tu venganza al día siguiente, pues casi no se disfruta tanto como cuando dejas pasar el tiempo, y buscas a esa persona que ya olvidó su pasado y que ahora con esposa e hijos ha llenado ese hueco que creía que nunca llenaría por los remordimientos, es ese el momento exacto de utilizar la venganza, para que entienda lo mucho que dolió su actuar en el pasado, hoy lo lamentará porque dejará una mujer viuda y un hijo sin padre, quizás al final la venganza no pueda realizarse por culpa de la edad del padre y el asesino de su hijo vuelva a cometer otro crimen matando al padre en defensa propia y vuelva a ser sentenciado...
ResponderEliminarme gusto!!!! :)
Sí, desgraciadamente la venganza es lo primero que viene a la mente en una situación como esa. Pero, ¿de qué sirve? Deberíamos tener siempre fuerza para cambiar el camino de la venganza, que a menudo nos parece el más natural.
ResponderEliminarBesos
Yo creo que no hay acción, que sea hecha a propósito para hacer mal, que deba quedarse sin reacción. Llámalo venganza o llámalo defensa propia...
ResponderEliminarUn beso.
La venganza que se va palpitando en medio del odio creciente, se transforma en un dolor mucho mas fuerte aún, a mi mas que terrible, me sucede que me da una tristeza de pensar a donde puede llegar un ser humano.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Hay un viejo dicho que reza: ojo por ojo, todos ciegos. Bss.
ResponderEliminarYo siempre he pensado que la venganza no sirve para nada más que para sentirse mal, y sobre todo no tiene sentido después de pasado el tiempo.
ResponderEliminarBESICOS.
Es tan triste que ocurrirá en la vida real, lamentablemente.
ResponderEliminarMuy bien escrito pero muy doloroso.
Un abrazo
Con lo idilico que es el paisaje, el contraste negro del color de la venganza, toda una vida para no llegar a ninguna parte.
ResponderEliminarBesos
Una vez una rusa que estuvo en la guerra me dijo que la venganza alivia el dolor, y también provoca nuevas reacciones. La cadena es interminable.
ResponderEliminarTodos hemos realizado y sufrido alguna venganza, en alguna medida.
En el caso del relato, que refiere a sucesos tan trágico, se ve que el viejo ya no soporta más el dolor, y que el joven ya está acabado, de cualquier forma.
Un abrazo
Terrible debe de ser mantener una vida basada en urdir una venganza. Es algo que en un acto de locura momentanea se podría incluso entender, pero fraguarlo y macerarlo durante años es duro y dificil de justificar. Un espanto vamos.
ResponderEliminarUn abrazo Mónica
Supongo que esa venganza se urde desde el dolor, lo peor es que una vez acometida el dolor sigue... cuando falta un hijo la condena es de por vida, según dicen...
ResponderEliminarBesos!!!
La bravura y belleza de ese paisaje marinero que tan bien describes, resalta aún más la indignidad de una acción vengativa como la que está a punto de cometer el protagonista de tu historia, aunque el verdadero protagonista es el odio que ha ido aniquilando todo lo bueno que en él había.
ResponderEliminarUn abrazo.
Texto bien elaborado y con final feliz, hasta el momento. Besos
ResponderEliminarEspecialmente buena la ambientación musical. La historia la he imaginado en las islas Feroe, donde se retiró en su vejez Bergman. Poco sé de ellas, pero creo que es una localización de esta triste historia, que es corta pero da mucho de sí.
ResponderEliminarAbrazos.
Fabián, no creo que el final sea precisamente feliz...
ResponderEliminar=(
Justicia por mano propia, necesidad de cobrarse el dolor provocado por otro, venganza que en este caso, está bastante justificada.
ResponderEliminarOjalá de esa manera encuentre paz, aunque no lo creo.
Excelente relato Moni.
Un besote.
Hay momentos en que la bronca y el dolor debe ser insoportable. Solo así se entiende la venganza en caso de gente que ha actuado pacificamente como norma. Luego de ejecutada, seguramente, no se debe sentir mejor, pero, la explosión del ánimo, en muchos casos es inevitable. Al menos así he interpreto tu historia, narrada con un muy buen lenguaje.
ResponderEliminarBesos, dobles.
Pobre hombre, encima de la pena de perder un hijo, tener que vivir tantos años con esa terrible carga, que supongo debe de pesar mucho, y se llama venganza.
ResponderEliminarMuy buen relato Neo. Besitos.
Triste historia perder un hijo y dedicar la vida a esperar la venganza, sé que no soluciona nada pero lo puedo entender.
ResponderEliminarMe perdonas que no haya pasado a verte antes,Neo? estuve superliada!
Muchas gracias por participar y un beso enorme.
Yo no sé que haría si mi hija fuera asesinada. Por ello no me atrevo a juzgar a este viejo pescador.
ResponderEliminarUn abrazo
ibso
Pobre pescador.... Yo tampoco puedo juzgarlo.... Un buen relato como siempre amiga! Un beso.
ResponderEliminarUna vez escuché a un hombre que decía que la venganza para que de resultado debe quedarse un punto por debajo de las expectativas, porque si se hace lo del ojo por ojo, la vengaza no acaba nunca.
ResponderEliminarUn abrazo.
El dolor ciega, raya con la locura, de otro modo no se puede entender esa remota satisfacción que depara el devolver a otro el daño. Muy buen clima has creado Monica, lúgubre, de soledad y desquicio, es propicio para la venganza.
ResponderEliminarMe gustó tu entrada sobre la manifestación del jueves, quería decir algo allí pero la verdad es que ando a mil comentando a los jueveros, que no alcanzo a leerlos a todos
te mando un beso grande
La venganza, planeada con frialdad y consumada sin piedad, siempre es indigna.
ResponderEliminarUn gusto leerte.