UN MUNDO DE CUENTOS
Erase una vez en un mundo muy
distinto al actual, donde el poder de la imaginación de la gente había
alcanzado un alto grado de desarrollo y la magia fluía sin restricciones ni especulaciones
ni egoísmos ni censuras.
Era aquel un mundo de desbordante
fantasía, poblado de eximios contadores de cuentos de muy variadas edades,
personalidades y estilos, con el maravilloso poder de hacer realidad lo narrado
frente a sus oyentes, mientras durara el desarrollo de sus relatos. Constituían
ellos un selecto grupo de artistas reconocidos y respetados, aclamados por el público que acudía raudo a presenciar
sus espectáculos cada vez que surgía una convocatoria.
Los había expertos en relatar cuentos
de aventuras, de exploraciones de corto, mediano y largo alcance. Había grandes
entendidos en ciencia ficción y tecnologías futuristas, capaces de adelantar
con su imaginación los cambios futuros que la ciencia seguramente alcanzaría luego,
debido a su inspiración. Abundaban –por supuesto- los narradores especializados
en fábulas con moraleja, increíbles relatos protagonizados por animales
parlantes que con sutiles mensajes subliminales ilustraban a los más chicos en
cuanto a valores morales y enseñanzas de vida.
Eran notorios los cuentistas de
historias terroríficas. Atrevidos personajes que gustaban de poner a la
audiencia al borde de un ataque cardíaco cada vez que sus historias cobraban
vuelo en algún escenario intencionalmente tenebroso. Para este tipo de
historias –por precaución- los más chicos nunca debían asistir solos. Únicamente
se los dejaba participar de la
experiencia bajo la tutela responsable de algún mayor.
Dentro de la amplia gama de
temáticas narrativas, quizás las más populares entre las jovencitas eran
aquellas en las que el amor se abría paso en medio de alguna disputa de
familias o prevalecía sobre celos y mezquindades. En ellas, príncipes y
princesas olvidaban el peso de sus coronas dedicándose a apreciar las cosas más
importantes de la vida. Mientras estas historias se iban materializando con
singular encanto -según surgieran las palabras de la boca de los cuentistas- los
suspiros, abrazos y caricias alimentaban el romanticismo del público concurrente.
Quizás los cuentistas más
afamados eran los que abarcaban con soltura y sin problema cualquier género de narrativa.
Aventajados improvisadores, ellos aprovechaban el factor sorpresa con el que
contaban a la hora de soltar sus cuentos multicolores. Lograban atrapar a los
oyentes con sus relatos sin tener en claro de antemano qué rumbo lograrían sus
historias, virando –según tantearan el interés de la audiencia- hacia el
suspenso, el romance o la franca diversión, consiguiendo -sin ideas previas- construir
aquellos mundos fantásticos que se materializaban con encanto a la vista de sus
atentos escuchas.
Sea cual sea la forma y la
estrategia que cada contador de cuentos de aquel maravilloso lugar elegía para
desarrollar sus relatos, la magia que surgía lograba conmover tan intensamente
a la audiencia que el espíritu de la fantasía llegaba a fundirse constructivamente
con la realidad. En aquel mundo –tan distinto al actual- la libertad de soñar,
pensar y decir resultaba ser la llave maestra para conseguir que la gente abriera
su mente y su corazón de tal forma, que ser feliz lograba ser interactivo,
fácil y cotidiano.
más relatos de fantasía en lo de Vicente.
Hola Neo, no se si te acordaras de mi, soy Merche de Wl (Campanilla) Hace muchisimo que abandone el blog y no entraba por aqui, me instale en las redes sociales jajajaja, pero ahora me han entrado ganas de volver y escribir y paso a visitarte para dejarte un saludito ... me encantaria ser cuentacuentos... un besote.
ResponderEliminarHabía una vez un mundo ideal inventado por Neo, idealista tozuda, comprometida y soñadora.
ResponderEliminarEn ese mundo los cuentistas de todos los temas eran aclamados porque la gente no perdía la ingenuidad ni era mezquina.
Esos cuentos aún se cuentan en la plaza de Djemaa el Fna en Marrakech, sucede al caer el sol cada día, lo he visto. Existen pueblos capaces de embobarse escuchando al narrador de viva voz, cada cual con su historia y sus llamativos gestos, existe capacidad de ensoñación para creer en las Mil y una noches, si se quiere.
Besitos cariñosos.
Bravo Neo, has sabido dar un merecido homenaje al responsable de que todos disfrutemos con los distintos tipos y géneros de narración que en el mundo existen.
ResponderEliminarEl mundo ideal del contador de cuentos, que es irreal, pero que a muchos nos gustaría visitar, aunque fuera una sóla vez.
Que bonito es hacer soñar.
Un abrazo y muchas gracias
Pues bienaventurados los que disponen del don de hacer volar con la imaginación a quien con ojos o oídos hábidos de sueños, escuchan y vuelan.
ResponderEliminar(me conformo con que mi marido me escuche con entusiasmo, lo que me sucedió en el día a la hora de la cena, que no sucede todo los días claro, jajaja...)
besos dobles, por supuesto.
.... En aquel mundo –tan distinto al actual- la libertad de soñar, pensar y decir resultaba ser la llave maestra para conseguir que la gente abriera su mente y su corazón de tal forma, que ser feliz resultaba ser interactivo, fácil y cotidiano....
ResponderEliminarBueno, en esta última frase querida Neo creo que está la llave de lo que nos pasa. Nos hemos olvidado de soñar, de fantasear, de decir la verdad, sin ira, sin rencor. De escuchar a los demás y respetar el que no piensen como nosotros... No será que...¿eso no existe más que en los cuentos?????? Que penita. Pero no dejemos de soñar y creer en los cuentos, igual algún día se cumplen!!!!!
Pesitos, querida amiga.
un final con una verdad más grande que una casa,
ResponderEliminargenial
saludos
Ir y alcanzar a todos con las historias más variadas jamás contadas, al punto de captar no solo la atención, sino, abrir corazón y mente a los oyentes, para remontarlos a mundos fantásticos o de realidades variadas, no es tarea fácil. Hay que tener el don.
ResponderEliminarPor suerte aún tenemos contadoras que nos tienen en vilo, nos sorprenden, nos animan y entretienen, regalan poesía, pasión, suspenso... Tu eres una de esas contadoras de cuentos excepcionales. Y, por suerte, cada jueves, descubro que se puede entrar por ventanitas que se abren para dejarnos entrar en un mundo de cuentos!
Un beso al vuelo!
Gaby*
Que suerte, la de esa gente.
ResponderEliminarUn mundo feliz, sin dudas.
Buen relato.
Un abrazo.
Apreciada Neo.
ResponderEliminarMe ha parecido fascinante, de tu mano, recorrer todas esas facetas de cuenta cuentos.
En el mundo actual, siguen habiendo muchos "cuentistas" que, lejos de hacernos soñar, nos quitan el sueño.
Esa es la cruda realidad del país en donde vivo. ¡Ojalá! el mal sueño, termine pronto. Nos lo merecemos.
Te dejo un abrazo.
Maat
Yo, como dice el poeta, me sé todos los cuentos.
ResponderEliminarPues ya ves, que no pierdo la esperanza de ser un cuentacuentos anónimo, en un mundo como el que tu nos dejas, en una plaza donde bulla la fantasía y yo pueda cambiar la trama segun vea en los ojos de los escuchadores.
ResponderEliminarUn beso
Cada cuento tiene su contador y cada contador un cuento...Existen tantos contadores como cuentos.
ResponderEliminarQué bonito!
Besos
¡Que lindo Neo!
ResponderEliminarCuentacuentos que cuentan historias sin fin, ya quisiera yo encontrarme uno así en cualquier plaza. Pero no me puedo quejar, de momento me los encuentro a través de la pantalla donde la libertad de soñar y de hablar nos abre la mente y nos hace un poco más felices.
Un beso
Mar
... ¿y quien no ha pertenecido alguna vez al fascinante mundo de los cuentos?, porque yo -como cualquier madre- he sido cuentacuentos para mis hijas e incluso para mis sobrinos, me gustaba interactuar con mi público haciendolos intervenir como un personaje mas en los cuentos famosos, que claro, quedaban personalizados... y a veces, no creas, nos involucrábamos tanto (el público y yo), que se nos iban al traste los horarios de los baños y etc. !qué maravilla el transmitir sueños!, ¿verdad?, de aquello ya hace, hoy mis hijas son mayores y aún me queda muchísimo para poderlo hacer con mis nietos (que espero tenerlos, aunque tenga que esperar la intemerata);
ResponderEliminares hermoso ese comienzo de "erase una vez"..., también el final "y colorín, colorado, este cuento se ha acabado"; es muy hermoso todo lo que envuelve el fascinante mundo de los cuentos.
Mil besitos gordotes
El contador de cuentos, es alguien especial, hecho de otra pasta, capaz de dejar sin palabras a sus oyentes, entusiasmados con las historias que salen de sus labios.
ResponderEliminarMerecido homenaje a ese género humano que es el contador de cuentos.
Un abrazo
Y este jueves todos hemos sido un poco como esos contadores de cuentos. No estamos tan lejos de aquellos cuentista. Y en cuanto nos dan la oportunidad nos lanzamos como locos al mundo de la fantasía. Y con un poco de imaginación casi oímos las voces de los narradores.
ResponderEliminarUn beso.
¿Sale alguna nave con dirección a ese mundo? No, solo por tomar billete de ida y vivir escuchando esas historias.
ResponderEliminarMagnífica idea, Neo. Besos.
Ya me gustaría vivir en un mundo así, donde la gente tiene la capacidad de ilusionar al projimo de esa manera. No han desaparecido los cuentistas, no, lo que ha desaparecido es la sana intención de los narradores. Ahora nos cuentan cuentos para embaucarnos, para aprovecharse de nosotros, para mentirnos aviesamente, para prometernos lo que son conscientes de que nuncan podrán cumplir, etc. etc. ¿Donde está ese mundo, Neo, porque quiere sacar billete para trasladarme a el.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Estupendos el relato que nos has dejado.
ResponderEliminarLlevo algunos días desconectado de visitar a los amigos. Disculpa mi tardanza.
Saludos y un abrazo.
Hola Neo, el papel del cuenta cuentos, es tan importante como el cuento mismo, me encanta que reivindiques su figura, yo tambien quiero participar en ese viaje.
ResponderEliminarGracias por regalarnos tantas sonrisas y fantasias juntas....Besos guapa amiga.
Un cuento al día debería ser obligatorio, por prescripción facultativa ; ) Un ciento de besitos para tí que siempre tienes buenas dosis de dicha medicina
ResponderEliminarLos cuentos son literatura hablada y hay quien tiene facilidada para narrarlos, pero si además son interactivos y la audiencia participa de la narración, el resultado puede ser inesperado, interesante y único.
ResponderEliminarUn beso
Salud y República
Me parece que estoy bastante de acuerdo con M.Jesús, cuentos ya, a mi edad, pocos cuelan, prácticamente todos experimentados. Ahora como los críos a seguir aprendiendo.....a sobrevivir, pero a pelo, sacando pecho y sin subterfugios... la vida nos trae, nos cuenta y nos lleva. Bss.
ResponderEliminarUn don como otro cualquiera de los muchos dones repartidos, personas que con solo comenzar a contar atrapan la atención de todo el que lo escucha, la imaginación la hacen volar hasta el límite.
ResponderEliminarUn homenaje para ellos has traido.
Besos.