Un tema que siempre me intrigó y me despierta mucha curiosidad es el de las premoniciones, presentimientos y afines.
Dicen que el poder de la mente está prácticamente inexplorado, que estamos acostumbrados a utilizar sólo una pequeña parte de las capacidades de nuestro cerebro y en forma muy parcial.
El alcance real de lo que podríamos conseguir si lo desarrolláramos adecuadamente, sería casi ilimitado.
No sé bien si es tan así, pero sí estoy segura que hay territorios de nuestra mente que desconocemos por completo.
Son numerosas las anécdotas de personas que “presienten” hechos que van a suceder , siendo advertidos sobre peligros inminentes que afectan a seres queridos.
Dicen que esa capacidad depende de la estrechez del vínculo entre dos personas. La unión íntima que existe entre una madre y su hijo puede dar pie a situaciones muy fuera de lo común.
En modesta medida, yo tuve una experiencia de ese tipo que nunca podré olvidar.
Cuando nació mi primera hija, me debieron realizar una cesárea, por lo que estuve tres días internada antes de irme a mi casa. Recuerdo que hacía mucho calor, ya que mi bebé nació en febrero. Por ese motivo, en lugar de dejarla en una cuna plástica, de las más cerradas, la colocaron en una de las más antiguas, de barrotes, para que no sufriera tanto las altas temperaturas.
Como yo me sentía muy bien, no fue necesario que alguien me acompañara durante las noches, así que pusieron la cunita pegada a mi cama y yo, algo limitada en movilidad debido a que todavía tenía el suero, trataba como podía de revisarla a cada rato, dada mi inexperiencia de reciente madre primeriza.
Quizás por los nervios, quizás por el efecto de la anestesia, recuerdo que la primera noche me quedé dormida rápidamente aprovechando que la bebé también lo hacía. A pesar de que estaba muy cansada, mi sueño no era tranquilo, me sentía inquieta, aunque sin saber el motivo. Cuando logré dormirme, recuerdo que tuve el presentimiento que la bebé se iba resbalando por entre los barrotes de la cuna y se caía al suelo.
Entreabrí los ojos muy sobresaltada pero no conseguía despertarme del todo. Así, entre una extraña pesadez y con el corazón agitado vi que efectivamente, la mitad del cuerpito de la beba estaba colgando por entre los barrotes metálicos de la cunita, y dado que no alcanzaba a mover mi brazo izquierdo debido a que estaba sujeta por la canalización del suero, con gran desesperación debí con una sola mano, sujetarla para que no se cayera. Así, en medio de la irrealidad del momento, y sin saber si estaba todavía soñando, haciendo un gran esfuerzo conseguí acomodarla dentro de la cuna.
Recién cuando la vi a salvo logré calmarme un poco y tuve real conciencia de lo que había pasado: aún mientras dormía estaba pendiente de ella, sin verla supe que estaba en peligro y mi cabeza instintivamente me hizo reaccionar para sujetarla. Fue la primera vez que sentí verdaderamente lo que es el vínculo entre una madre y su hijo. Algo que nunca va a desaparecer, aunque los años pasen y mis hijas maduren.
Más relatos extraordinarios en lo de Maru
Hay algunos que te contaría la teoría de que el cordón umbilical tiene un poder especial que no se rompe con el paso de los años. Es como ese hilo rojo que comenté alguna vez. <te une para siempre... y lo tuyo "umbilicalmente" hablando, todavía más porque estaba muy reciente.
ResponderEliminarBesito y café.
Que maravilla no??? Debe ser esa una de las mejores sensaciones que una mujer siente.
ResponderEliminarDicen que la mujer tiene un sexto sentido, pero creo que no es más que ese vínculo entre madres e hijos, algo que sólo ellas saben percibir y perdona que hable en ignorancia más que en hechos, pues no tengo ningún pequeñin.
Conmovedor y precioso relato.
Besines y achuchones wapa
Mi modesta experiencia: me despertó un timbre a las cinco de la mañana. Momentos mas tarde me llamó mi hermana:
ResponderEliminarmi madre que vivía con ella y era ya mayor, se había caido de la cama y tuvimos que llevarla a urgencias.
Llevas razón ese lazo hace que presientas, es increibe el vínculo madre hijos, preciosa esta experiencia Neo, realmente ese sexto sentido se hizo presente en ti.
ResponderEliminarBesitos.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, querida amiga. La mente está utilizada en una pequeña porción. Como dice Verónica también creo que el cordón umbilical unen para siempre a una madre a un hijo (al revés no estoy tan segura...)
ResponderEliminarYo estoy segura que, en el paritario, antes de que saliera mi hijo, lo oí llorar perfectamente dentro de mi...
Gracias pro venir, reina mora, y gracias por tu relato tan especial y conmovedor.
Besitos, cariño.
cuando pienso en mi madre siempre pienso en sus manos, será porque siempre las tiene abiertas para una : ) Precioso NeO. Un beso
ResponderEliminarBueno, eso es una premonicion, y no es algo tan raro.
ResponderEliminarCuando el vìnculo es muy fuerte, suele ser hasta comun.
Un abrazo.
He visto premoniciones increíbles.
ResponderEliminarParece que es cierto nomás lo de la conexión madre-hijo, tienen como un radar que les anuncia si su hijo está en peligro. Imagino que habrá sido un momento de desesperación, ver que la nena se caía y no poder moverse. Menos mal que pudo rescatarla!
ResponderEliminarLinda historia
un beso
Dicen que el cerebro es el órgano más desconocido del hombre y que sólo se utiliza el 10% de él.
ResponderEliminarExperiencia premonitorias en las familias es relativamente corriente. El caso de hermanos mellizos en que uno siente, aunque esté lejos, lo que le pasa al otro, es real, yo lo he vivido con mis hijos.
Hay muchos secretos en nuestra mente que desconocemos, sobre todo de carácter emotivo.
Un beso
Salud y República
Siempre he creído que esas premoniciones no son más que el pensamiento inconsciente, intentaré explicarme:
ResponderEliminarDe forma inconsciente almacenamos datos en nuestra cabecita, sonidos, sucesos, imágenes y nuestro subconsciente las procesa de manera que de repente llega a una conclusión y nos prealerta, siempre fuí muy intuitiva, puede porque sea muy poco consciente, y mis corazonadas como yo las llamo no son más que eso, un cúmulo de datos que de repente se ordenan en mi loca cabecita, seguro que tu cabeza guardó el espacio entre barrotes, el tamaño de la preciosa niña y aunque durmiendo, un solo roce de su cuerpecito con la sábana te dijo, cuidado, tu niña se cae!!! y que no haría una madre por una hija en peligro no?, precioso y emocionante relato, ais, los hijos, cuanto se quieren!!!, miles de besosssssssss
Precioso Mónica. Ya dicen que las madres tenemos un sexto sentido, y es el que funcionó cuando sentistes que tu hijita corría peligro.
ResponderEliminarUn beso
Probablemente es verdad que existe un vínculo entre personas que han estado fuertemente unidas durante un tiempo. Madres e hijos y también se habla de la comunicación tan sensible que tienen los gemelos.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo creo firmemente en las premoniciones Mónica, he vivido algunas y me han hablado de otras, personas que las sintieron.
ResponderEliminarPor eso estoy segura que ese sexto sentido te avisó, ese vínculo invisible madre-hija funcionó en el mismo instante que la nena se caía.
Preciosa tu historia, me encantó la forma de relatarla.
Un abrazo.
el saber popular va delante de la ciencia, Llegará el día que todo tenga una explicación científica, quitará el romanticismo existente , pero consagrará algo que era evidente
ResponderEliminarMe identifico plenamente con tu experiencia, para mi el nacimiento de mi hija tb fue algo que me marco para siempre, una autentica experiencia inolvidable. Me ha chocado cuando dices que hacia mucho calor porque era febrero...he tenido que pararme a pensar en lo lejos que estás amiga mía.
ResponderEliminarUn besado
Lo que dices es verdaderamente palpable, creo que algún dispositivo en nuestra mente sigue alerta ante cualquier incidencia que nos preocupa o respecto de la que somos responsables.
ResponderEliminarComo el caso que tan bien cuentas.
Besos.
Una hazaña y un recuerdo imborrable.
ResponderEliminarMi mamá me contaba un episodio muy similar y que le ocurrió conmigo.
Intuición? premonición? cosmogonías?
Vaya a saber si algún día lo sabremos, pero que las hay, las hay!!
Felices recuerdos del futuro ;D
Neo: Me reitero en lo comentado por otros compañeros. El vínculo entre madre e hijo es muy especial, muy intenso y dura siempre. He tenido muchas ocasiones en que se me ha hecho patente. Momentos en los que ese sexto sentido, inexplicable a veces, ha preservado a mis hijos de más de un peligro.
ResponderEliminarUn abrazo.
sólo en cuanto al texto decirte que CHAPEAUUUU¡¡¡
ResponderEliminaren cuanto a mi mamá, y a mí, yo vivo, ella fenecida, y a los pocos días de haber muerto, yo juraría que la ...no, yo sé que la oí hablar abajo, en la parte baja de mi casa...no sé qué demonios le estaba diciendo a papá...no lo recuerdo. pero sí que recuerdo que era su voz, la de mamá...
medio beso, mónica.
se dice que el subconciente sigue despierto a pesar de estar uno profundamente dormido, y tienes razón en todo lo que cuentas, que muchas veces los científicos dicen que sólo usamos un 20% de nuestra capacidad mental, quizás el resto lo usemos para soñar o para crear, pero el subconciente doy fe que es poderoso, te dice en sueños lo que no ves cuando estás despierto, pero lamentablemente muchas veces nos lo dice de un modo que no entendemos, y muchas veces tenemos que recurrir a un libro de sueños, pero también está la telepatía, que justamente se puede manipular cuando uno está con la mente en blanco ingresando al sueño, si alguien piensa en ti, en ese momento la puedes ver y oir todo a su alrededor como si estuvieras presente, yo lo he probado, lamentablemente muchas veces no he logrado establecer contacto, quizás tu hija se conectó contigo, con tu subconciente y te pidió ayuda, y no fue una premonición, sólo fue telepatía...
ResponderEliminarme ha gustado tu historia, saber un poco de ti es muy grato
Me siento muy cercana a lo que cuentas. Recuerdo noches, cuando mis niños eran pequeños, en que me despertaba sin saber por qué y al instante uno de los dos estaba llorando. No es que me despertase su llanto, sino que yo ya estaba alerta antes de escucharlo.
ResponderEliminarEs una conexión difícil de explicar si no la has vivido, aunque tú lo has contado muy bien.
Un beso.
Yo he tenido también premoniciones de ese tipo, y con mi hija, por eso te comprendo muy bien. Pienso que al hacernos madres, nos volvemos más sensibles y observadoras con todo lo que sucede.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ese vínculo es invisible pero fuerte y maravilloso, es una conexión que dura toda la vida, energía pura.
ResponderEliminarMe imagino la desesperación que habrás sentido en ese momento, pero me alegra que a pesar de todo todo haya salido bien.
Un abrazo.
No creo que sea nuestra mente la que deba percibir "estas realidades", sino todo nuestro "ser". Para mí, un ferviente creyente de "la unidad", no es extraño esta, digamos, premonición de un peligro. Considera que hacía pocas horas que tu hijo y tú formaban parte de un solo cuerpo y ese vinculo no era solo físico. Con el tiempo, la mente racional y analítica nubla esta percepción. No creo que estuvieras soñando que tu bebé se caía de la cuna, más bien intuyo que estabas "sintiendo" ese hecho.
ResponderEliminarUn saludo
ibso
Un relato especial, sobre algo extraordinario y frecuente: la unión madre-hijos. Maravillosa y eterna unión que nos sensibiliza para siempre, desde antes de nacer.
ResponderEliminarPreciosa y valiosa experiencia que justifica ampliamente la haya elegido para este jueves.
más besos dobles (que nunca falten!!)
Me gustaría vivir en un mundo en el que el hombre pudiera desarrollar el cien por cien de la capacidad y efectividad de su cerebro.
ResponderEliminarQuizás en esos momentos de interconexión cerebral entre madre e hij@ se habilite un pequeño porcentaje mayor del habitual, que posibilite esa premonición. Lo preguntaré a mi mujer, no recuerdo que me contase nada al respecto.
Texto impecable
Besos
Le concedemos al cerebro demasiado poder creo yo, esa leyenda urbana de que sólo usamos un 10% de su potencial está cogida con pinzas, no habría forma de refrigerar nuestras neuronas si estuviese a toda mecha.
ResponderEliminarHay estudios de las premoniciones y los Deja-vú, que esos sextos sentidos no tiene base científica y como hombre de números, me cuesta creerlos.
Me gustaría ver ese vínculo del que escribes, pero siempre son experiencias personales, no se puede hacer una regla general.
En cualquier caso, extraordinario como dices y de modesto nada.
El vínculo que tenemos las madres, con nuestr@s hij@s, es tan fuerte en algunas ocasiones,que podrian escribirse muchos relatos extraordinarios, el nacimiento de un bebe, es una de las situaciónes más maravillosas que tenemos el privilegio de vivir las mujeres...Neogeminis menos mal que estuviste avispada y salvaste a tu niña, gracias por tu visita, y perdona por mi tardanza, los ultimos dias de carnavales, han hecho que ande tarde.....Besos...Lucia.
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