Aligera la carga.
No te apegues
a lo que enceguece y brilla.
No te esfuerces inútilmente.
Aligera la carga.
Deja lo superfluo
y aférrate sólo a lo
realmente importante.
Porque cuando llegue la hora
-la verdadera y trascendente-
lo que te podrás llevar
a inapelable destino
no podrás asirlo
entre tus puños.
Tan sólo será
lo que sobreviva
-eterno y constante-
más allá de tu propio corazón.
Cuando llegue el momento ,te llevarás los buenos ratos compartidos con las personas a las que quieres,los paseos,los amaneceres...mejor disfrutar la visa,tal cual viene,sin pensar en el mañana.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Apegarse a lo esencial.
ResponderEliminarLo demàs, es cartòn pintado.
Làstima que tanta gente piensa que las mortajas tienen bolsillos!
Un abrazo.
Un sabio consejo que todos deberíamos seguir.
ResponderEliminarViviríamos más felices y haríamos más felices a nuestro entorno.
(El planeta también sería más feliz, seguro...)
Un abrazo, Moni.
Lidia
Muy cierto, nada podemos llevarnos, solo lo que se puede cargar en la consciencia y en el corazón. Aligeremos entonces.
ResponderEliminarbesos
me has recordado el paseo por la playa ayer, estuve un buen rato mirando como luchaban para que un globo subiese, soltando lastre, mucho lastre, todo el azul allá arriba bien lo merecía :)
ResponderEliminarBesote NeO
Yo diría: no te aferres a nada, fluye, déjate ir.
ResponderEliminarsólo partimos con el fulgor de las estrellas pero no su materia , que nos fue prestada.
ResponderEliminarEs una sugerencia tentadora. Cargamos tanta cosa inútil en la mochila, tan doblada está nuestra espalda. Es buen momento para detener la marcha, hacer honor a tus palabras y comenzar una nueva etapa, más ligeros. Besos Moni, muchas Gracias!
ResponderEliminarSolo aquello que se cultiva en el corazón va de equipaje.
ResponderEliminarQue linda es esta versión de los mareados.
Abrazo!
Yap..es curioso como vamos adquieriendo pesos innecesarios. De vez en cuando tenemos que revisar esa mochila que vamos cargando y hacer limpieza de todo aquello que nos daña, o que nos hace ir con la cabeza baja y triste. Caminemos ligeros y por el camino encontraremos algo que merezca la pena, hasta el mismo caminar tan solo, ya lo merece.
ResponderEliminarUn beso, del Aire