Cuando los cristos de piedra valen más
que los de carne y hueso…
Cuando los actos de contrición
dentro del templo se exhiben
para alabarse a sí mismo
-más que al dios al que debería
estar dirigidos-
Cuando la impiedad
hacia los otros y los propios
ni siquiera pasa ya
por el filtro de la vergüenza…
Entonces,
¿de qué está hecha esa creencia?
¿en qué sustancia han mutado esos corazones?
¿ha sido alguna vez –al menos-
ciertas esas convicciones…?
¿o es que en cambio siempre
han aparentado esas certidumbres?
Vanas apariencias
en que convirtieron a sus religiones…
La necesidad del hombre de algo superior no tiene límites, ni siquiera los del autoengaño y la devoción irracional.
ResponderEliminarun fuerte abrazo, y besos dobles.
Querida Mónica, este poema se acopla perfectamente a mi último post. Y es que la hipocresía es un defecto muy general, pero particulamente unido a muchos religiosos.
ResponderEliminarSalud y República
Ya el titulo que le has puesto lo dice todo, por desgracia hay mucha hipocresía, para mí demasiada, no creo que a Jesús le agradase ver el Vaticano, y no hace falta ir allí, hay muchas iglesias en las cuales el ver tanto lujo, te daña la vista. Está claro que para nada se practica la enseñanza que él nos dejó.
ResponderEliminarUn besote y feliz agosto.
Rezo entre valiosas paredes, y demasiadas miradas desviadas a la cruda realidad enfrentada.
ResponderEliminarFuerte Neo, muy fuerte.
Mi abrazo madrina.
Una gran verdad Moni,las religiones no son más que motivos de conflictos y guerras,en los cuales hay muchos intereses por medio.
ResponderEliminarMuy buena entrada.
Besotes.
no son las religiones las hipócritas, o ampulosas, son los hombres que fallan. Fallamos en la vida civil, en la social, en la laboral.¿ Es que en la vida religiosa debemos dejar de ser humanos? La religión que yo conozco me ayuda a comprender mejos a los demás hombres
ResponderEliminarSe ha desvirtuado mucho la fe,en un mundo lleno de vanidades, materialismo, injusticias...¿donde ha quedado?
ResponderEliminarEn toda creencia religiosa hay algo perverso y terrible, la de creerse mejor y más especial que el resto de los humanos y eso en si, es aberrante.
ResponderEliminarSi pudiese poner una fe como recomendable, sólo sería la de la fe en el ser humano e incluso en ese caso, a veces, dudo de que exista porque lo de Somalia quema el alma.
Un abrazo.
Amiga Mónica, las religiones se hicieron, creo, sin mucha fe por mi parte, para apagar los "miedos", para resolver dilemas, eso en la letra escrita en uno, dos, tres Libros o más.
ResponderEliminarLuego, como dice Mari Carmen, se montó el tenderete de los ritos y el mercado empresarial y el control universal, o sea el PODER que duraaaaa y dura más que las pilas alcalinas, se recarga con férrea voluntad milenaria desde arriba y los creyentes algunos sinceros de corazón, otros numereros teatrales de golpe en pecho, los hay ciegos a base de dogmas, guerras santas y consignas de este a oeste, norte y sur, de todas razas y pelajes.
Encima eso de...la mía es la única verdadera, la tuya se equivoca, proclamado por los mandamases de cada creencia. Mucha arrogancia y falta de respeto, mucho sembrar odios y fanatismos.
¿Qué dirían Jesús, o Mahoma, o Buda, o Lutero, Isis, Mitra, Krisma, la Madre diosa...si vieran en lo que se ha convertido sus prédicas?
Hipocritas existen fuera y dentro de las religiones, que no tienen la patente, lo admito.
Un poema muy oportuno, muy bien en las palabras y la intención. !Aplauso! besito cariñoso.
Estás definiendo la fe de los más altos represnetantes de la iglesia católica, Papa incluído.
ResponderEliminarCuando los iconos pretenden reemplazar aquello que representan, se pierde el signo y su significante. Las apariencias no alcanzan, son odres vacíos de contenido. Buen trabajo Amiga! Mi abrazo!
ResponderEliminarQuerida amiga. Después de leer a mis compañeros, poco puedo añadir.
ResponderEliminarCreo como Natali que las religiones las inventó el hombre para combatir a sus dudas y sus miedos.
Pero se dio cuenta, de que con ello, podía someter a otros hombres y además lucrarse.
Y se hicieron guerras para imponer sus creencias, sus voluntades en nombre de sus Dioses que eran mejor y más poderosos que los de los demás.
Y así seguimos, después de tantísimos años como tiene la misma humanidad.
A unos por lo visto les gusta pensar por todos, decidir qué es lo bueno y lo malo, a otros, que les manden; no tener que pensar...
¿Y nosotros????
Quizás seamos los bichos raros...
Un gran beso amiga, estoy muy contenta por estar nuevamente en marcha después de las vacaciones.
Yo me pregunto si de verdad creen en Dios porque si así fuera serían más misericordiosos con sus semejantes y dejan mucho que desear, por cierto.
ResponderEliminarA Jesucristo nunca le gustó los mercaderes en el templo, los echó de allí.
Besos Mónica.