jueves, 7 de octubre de 2010
FELICITAS - Final de la historia
Parte Final: PASIONES DERRAMADAS
Conocer el amor luego de enviudar y perder hijos en las circunstancias que ella lo había padecido fue un remanso que la vida le propuso. Dejarse llevar por semejante sentimiento tan esperado y profundo fue la respuesta inmediata con que su corazón apasionado le respondió.
El sopor la transporta otra vez hacia aquellos ojos que la encandilaron, tan mansos, tan protectores, tan intensos… y otra vez las sensaciones renacieron intactas, tal como surgieron aquella noche, mientras desde afuera, la lluvia agudizaba sus sentidos…
Samuel no tardó en proponerle matrimonio…y ella menos en aceptarlo. Mientras la felicidad se acomodaba en los rincones de su alma, la otrora muchachita forzada a contraer enlace, disfrutaba por primera vez de festejar su destino.
No distingue ya a ciencia cierta si fue ayer o hace siglos que decidieron comunicar a todos su compromiso. Sus pensamientos brotan ahora libremente sin que ella pueda ya guiarlos…
Se ve nuevamente rodeada de sus sirvientes, disponiendo la casa, enviando las invitaciones, organizando el agasajo en el jardín, renovando su vestuario.
Los carruajes fueron llegando, también algunos obsequios. Uno en particular le llamó la atención: una enorme caja, perfectamente embalada y con sellos y timbres indicando que había sido enviada desde Paris.
Su curiosidad pudo más que su mesura y se apuró por ver su contenido: un bellísimo vestido de novia de vaporosos encajes, preciosas perlas enhebradas en la delicada tela, nubes y nubes de tules finísimos con un maravilloso tocado de azahares y perlas…y haciendo juego con tanta belleza, una cascada de similares maravillas a modo de ramo nupcial…su corazón casi se le salta del pecho al leer la tarjeta: lejos de lo que jamás hubiese imaginado y para su desazón, la firmaba Enrique Ocampo, y le dedicaba: “Para mi futura esposa”.
Los sucesos recientes se repiten aún más desordenados en su mente. No logra recordar en qué momento supo del inesperado regreso de quien para ella sólo había sido un festejante, uno más en su larga lista de admiradores…lo cierto es que al saberlo un presentimiento áspero se apoderó de ella y algo en su interior le avisó que debería estar prevenida.
Quizás por eso al verlo atravesar el hall de su casa decidió alejarlo del resto de los invitados proponiéndole conversar a solas en la sala junto al recibidor. Supuso que el hombre no sabría enfrentar sin gritos ni incómodos reclamos las palabras que ya tenía elegidas para hacerlo entrar en razón, para intentar recomponer su confuso papel en la página de su historia que pretendía fuera diáfana y sin complicaciones. No quería escándalos en su casa, menos aún en ese día especial.
Ahora en estos últimos instantes -que parecen haberse trocado en eternos- mientras su vida se reduce a un puñado de recuerdos borrosos, Felicitas se desangra sobre la alfombra, tan roja como las pasiones recién derramadas. Comprende, ya sin remedio, que no debió haber sido tan confiada, tan ciegamente ilusa, suponiendo que un caballero jamás le dispararía a quien dice amar…y menos aún por la espalda, como sólo matan los cobardes… los que ponen el honor como excusa para someter a su voluntad a quien intente defender su derecho a elegir por su cuenta…sobre todo si ese alguien es "tan sólo" una mujer.
(fin)
Nota complementaria:
Felicitas Guerrero viuda de Álzaga fue asesinada por Enrique Ocampo en su propia casa, luego de comunicarle a éste su compromiso con Samuel Sáenz Valiente. Los primeros en entrar a la sala donde Felicitas agonizaba tendida tras la puerta, fueron su pequeño hermano de catorce años (a quien Ocampo también dispara, rozándole la cabeza) y un primo de ambos, de diecinueve años, quien, enfurecido, se arroja sobre Ocampo, forcejea con él hasta que logra matarlo con su propia pistola. Para preservar a los dos muchachos, la familia de Felicitas convence a las autoridades que el mismo Ocampo se suicidó luego de disparar contra la mujer. Felicitas agoniza durante veinte días. Sáenz Valiente jamás concurre a visitarla, a pesar de su insistencia pidiendo verlo.
A modo de homenaje póstumo (¿tal vez intentando menguar su culpa por haberla obligado a casar contra su voluntad?), los padres de Felicitas mandan construir una iglesia (Santa Felicitas) en homenaje a su hija, en el lugar donde se alzó la casa donde habitó y fue asesinada. Una estatua de ella con su pequeño hijo le fue dedicada a modo de monumento conmemorativo.
Me he leído toda la historia seguida, las tres entradas. Me ha impresionado mucho. La historia en sí, esa vida real novelada, y la forma de narrarla.
ResponderEliminarMagnífica.
Gracias por ofrecernos tan buenos ratos literarios.
Un beso
Hermosa historia. Trágica, pero hermosa.
ResponderEliminarLos tiempos han cambiado: hoy somos un poco más dueñas de nuestras vidas.
Trágica. Las culpas no se expían así, de todas formas.
ResponderEliminarExcelente.
Que historia tan triste.
ResponderEliminarDurante años se dijo que Ocampo, se habìa suicidado.
bien relatado.
un abrazo.
Como la historia nos tiene acostumbrado y aun pasa en la vida actual, una mujer para muchos no tiene voz ni voto para hacer su santa voluntad.
ResponderEliminarQue triste historia, hay casos hoy en dia que son asesinadas porque era suya...
Primavera
Neo ¿Se aplauden las novelas? ¿Se puede aplaudir acá? Por las dudas.
ResponderEliminar¡Pla, pla, pla, pla, pla, pla!
No solo con un buen argumento se escribe algo muy bueno.
Me encantó tu historia y agradezco que no hayamos tenido que esperar mucho para el final.
Es una historia muy triste Mónica, pero muy bien contada, de verdad.
ResponderEliminarFelicidades.
Saludos progresistas de Madrid.
Linda y trágica historia Moniqué, relatada magnificamente, como acostumbras, te dejo un abrazo fuerte fuerte mujer bonita
ResponderEliminarCuídate un mundo
Anny
Trágica historia, contada de forma exquisita.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte Mónica,
Y el mejor viernes...
A.
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◢■■■■■■■■■◣FELIZ FINDE
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La Amistad es uno de los Dones
Más hermosos que poseemos.
Recibe mi abrazo a la distancia.
Gracias Monica por brindarme tiu amistad.
Tú amiga
(¯`v´¯)
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Esperaba que colgaras el final, para leerte de corrido, que historia más triste y muy de la época, lo que no entiendo es porque Samuel Sáenz Valiente no la quiso ver?
ResponderEliminarMe encanta como relatas , he estado viendo la historia como si de una pelicula fuera, mientras la leia.
Petonets amiga
Hola Mónica,
ResponderEliminarA mí, personalmente, siempre me costó entender la utilización del “amor”, como justificación de conductas que, en otros ámbitos de nuestra vida, serían, sin duda alguna, totalmente condenables y repudiables.. Esta historia refleja bien todo ese complejo mecanismo, no sólo individual, sino tambien social, de manipulación y utilización de los sentimientos, convertidos en obligaciones, costumbres, tradiciones, sometimientos.. y hasta en brutales agentes (a veces legales) del odio, el rencor y la venganza.. y convirtiendo a sus portadores y protagonistas, en víctimas y verdugos..
Afortunadamente, en algunos de estos casos, de clara y despiadada “utilización” de los sentimientos, creo que hemos avanzado bastante, en las últimas décadas.. pero tambien creo que, aún, nos queda un largo camino a recorrer..
Un abrazo Mónica
Yo también espero la última parte para leer la narración de un tirón. Y como siempre me gustó.
ResponderEliminarUna historia narrada con delicadeza y con veracidad.
Pobre Felicitas, como a veces ocurre, cuando mejor te encuentras puede llegar lo peor. Esta también es la vida.
Un beso.
Salud y República
Hola Noe:
ResponderEliminarEs una de las historias de amor mas desangradas de la historia...
Muy bien contada. El primo (el vengador) estaba enamorado de Felicitas secretamente...
Beso grande!
Una historia triste. Narrada maravillosamente. Me atrapó remontándome, a esas historias mías, que conocés. Lamentablemente como dice Javier D, para cambiar la "utilización del amor", por la razones que sean, nos falta mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Cristina
Leí los tres capítulos de un tirón, a sabiendas que se trata de una historia verdadera, tu la has contado espléndidamente, desde sus ribetes tristes, luego esperanzados y felices, hasta llegar al trágico final, como si fuese una novela. Podríamos pensar... "son historias de antes", pues sí, tal vez ya no se da esa cuestión de que se determine con quién debe casarse una jovencita por los motivos que sean; las mujeres hemos ganado terreno en nuestras decisiones. Pero me queda, ese dejo amargo de que la violencia aún persiste, que es una plaga actual, lo comprobamos al ver en los noticieros, como mujeres son matadas, agredidas, por sus esposos o parejas... Coincido con lo que Javier dice,¿cómo puede utilizarse el "amor" para encubrir situaciones totalmente repudiables e injustas? Podríamos decir, que hoy por hoy, debemos lamentar la ida de muchas "Felicitas".
ResponderEliminarTu escrito, no solo es un homenaje sino un "recuerdo", de una realidad que se mantiene vigente.
Besitos al vuelo:
Gaby*
Triste y bonita historia de amor, me gusta como relatas y los detalles, como ya han dicho muchos parece que la has realizado en "cinemascope".
ResponderEliminarMónica.. la vida supera las situaciones más rocambolescas que podamos imaginar.
ResponderEliminarMuchas veces me he avergonzado de ser hombre, cuando veo en los telediarios, o prensa, sucesos de violencia de género ( asi los denominamos aquí)
Gracias por tus entradas
un beso
¡Qué historia tan terrible! Era difícil la vida de las mujeres en esa época.
ResponderEliminarEn este caso bien se puede decir que el dinero no garantiza la felicidad.
Besos.
¿Por qué acabas la historia con la frase "tan sólo una mujer"?
ResponderEliminarDeberías -y sólo es la opinión de un "pelao"- haberla acabado quizás "la historia de toda una mujer".
Por fortuna los tiempos han cambiado, pero yo creo que aún no todo lo suficiente.
Un fuerte besote, esta historia al contrario que otras veces, la leí a trozos y no todo seguido como es mi costumbre.
Ángel Iván, la expresión "tan sólo" es un gesto irónico que precisamente busca reforzar el menosprecio (o sumisión) que en aquella época existía a nivel social en relación al género femenino. Por supuesto que Felicitas intentó con grandeza enfrentarse a esos cánones y por eso mismo acabó trágicamente.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos por su atenta lectura y cálidos comentarios.
Hola, bello blogg, preciosas entradas, te encontré en un blogg común,si te gusta la poesía te invito al mio,será un placer,es,
ResponderEliminarhttp://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
muchas gracias, buen día, besos.
Guerrero, Valiente, ElCampo,no puedo dejar de pensar en la relación inusual que a veces marcan los nombres y apellidos.Al margen de ello, tu historia, y la breve nota al pie, me transportaron.Y hasta guglié felicitas, después me "harté", más de bronca que de interés. El asesino es solamente un real hijo de puta, sin medias tintas ni claroscuros.Pero más bronca me dió leer el comentario en la autobiog. de Victoria Ocampo, y me pareció tan parecida a ciertas "descripciones" de los asesinos en la dictadura, durante, y aún ahora mismo..." el león es un sanguinario en toda generación" cantaba Violeta Parra.
ResponderEliminarPerdón, amiga me extendí, gracias por traer a la memoria una historia que desconocía
abrazón de alma