ESTE JUEVES,UN RELATO! El Testigo

EL TESTIGO Ni la pena ni el espanto hacían mella en su profesionalismo. Testigo de guerras, dramas, terremotos y cataclismos, con su cámara al hombro recorría ciudades en llamas, desiertos, valles anegados, selvas, humedales, infiernos terrenales en donde no se distinguen crímenes de castigos. Aunado con la lente de su arma sin balas, el fotógrafo se esmeraba en plasmar la tristeza más auténtica, el grito silencioso, la soledad más absoluta. Su talento era innegable. Lograba atravesar la barrera de la imagen conmoviendo con la elocuencia de sus capturas hasta los más experimentados cronistas. Su misión, asumía, era ser testigo fiel de lo que sucedía. Nada menos importante. Jamás pensó en los premios, que igual recibía. Sinceramente estaba convencido que su cometido en esta vida era estar en el centro del huracán para mostrar la crudeza de su castigo. Hallarse en medio de las batallas para demostrar la arbitrariedad de las muertes. Ese era su objetivo y como tal debía asumir su tarea como algo externo a la barbarie de cada día. Sintiéndose ya casi inmunizado frente al terror, la injusticia y las balas, se concentraba en desnudar sin tapujos el lado más oscuro del corazón humano. Ese era su poder. Esa era su denuncia. Un día, mientras perseguía de cerca la muerte vestida de soldado, se vio frente a frente, cámara mediante, ante los ojos de un niño a punto de morir. El enemigo le apuntaba y en un destello previo al fogonazo, con gélida mirada le avisaba que estaba por matarlo. En una fracción fatal de aquel segundo interminable, por vez primera, el fotógrafo dudaba de asumir con consistencia su papel de testigo imperturbable. Tal vez fuera la hora de decidirse, por fin, a ser protagonista… Este jueves, conduce Gustavo.