miércoles, 27 de agosto de 2025

CADA JUEVES, UN RELATO: BOLSAS DE PLÁSTICO

Me uno a la propuesta juevera  que nos hace Tracy desde su blog. L@s invito a leer todos los relatos.



NO ERA MEDUSA

Cuatro naranjas que llevará a la playa y una botella de agua mineral para hidratarse. A esa hora el sol está muy fuerte y no quisiera insolarse. No tiene grandes expectativas pero igual buscará de mantener el entusiasmo. La chica parece simpática y la cita no requiere de mayores compromisos. Si ve que la cosa no funciona, inventa una disculpa y desaparece sin muchas explicaciones. Sabe que a la hora de justificarse, mientras menos se extienda uno, más fácil es sostener la mentira que se ha inventado. Así que, nada. Paga en caja y se marcha hacia la playa con la bolsa en mano. Tampoco es cuestión de aparecerse con las manos vacías. Las primeras impresiones cuentan.

La tarde pasó volando y las naranjas y el agua fueron insuficientes. Debió comprar unas cervezas frías para sobrellevar el insoportable calor, pero por suerte, un vientito fresco se levantó justo antes de caer el sol y las dos parejitas culminaron el encuentro disfrutando de dulces arrumacos. Todo un éxito que buscarán repetir.

Rueda la bolsa con los desperdicios por la arena caldeada. El viento llega solícito aliviando las pieles ardientes mientras los cuerpos aprenden a tocarse. Una apariencia extravagante toma el indeseado envoltorio hinchándose sobre la orilla. Corre riesgo de enterrarse entre la arena, bajo los pies de los paseantes, pero una ráfaga insurrecta la arrastra mar adentro, jugueteando manso entre las olas espumosas. No tarda en desaparecer hundiéndose en el mar inquieto, llevando en su interior cáscaras y mordiscos de cuatro adolescentes torpes.

Unos pececillos curiosos laceran el traslúcido atado mecido por el oleaje. Las cáscaras de naranjas se dispersan, ablandadas por el salitre. Queda ahora a la deriva la bolsa anudada en su lisura. Se confunde entre un enjambre de medusas que flotan, leves, bajo la superficie del mar apenas dormido.

Recién llegada de los arrecifes, una tortuga celebra su suerte apurando el festín que se mece frente a ella. Lo devora con fruición, aprovechando los últimos rayos solares. 

Se aleja de pronto, confundida la tortuga, atascado el último bocado en su garganta. No sabe que no ha sido una medusa la razón de su atoramiento. Tampoco que los perfumados restos ingeridos precipitarán muy pronto su muerte.

miércoles, 20 de agosto de 2025

CADA JUEVES UN RELATO: AROMAS

 Acercándose la fecha del aniversario de la muerte de mi mamá, quise reeditar, como aporte juevero que nos proponen las chicas de Artesanos de la Palabra esta semana, este breve poema que escribí hace un tiempo en su memoria. Dar clic aquí para leer todos los relatos participantes del evento.




 TU AROMA


Aromado a café

aún persiste

en mi mente

tu recuerdo

por las tardes,

cuando después

de la pausa breve

de una siesta

apenas dormitada

apareces, leve

en la penumbra,

ofreciendo compartir

aquel momento

por siempre

inigualado.

Madre,

en ese instante

tu presencia adquiere

-otra vez-

la consistencia íntima

de un aroma

tan real

como añorado.


domingo, 17 de agosto de 2025

CIERRE Y PASE JUEVERO



Habiendo llegado el domingo, agradeciendo a tod@s quienes se sumaron a esta (no sencilla) convocatoria, doy por culminado el evento que me ha tocado conducir cediendo la batuta juevera a nuestras amigas de Artesanos de la Palabra, quienes serán las encargadas de proponernos nuevo tema.

Tengan tod@s una muy linda semana!

P.D

Recuerden que andamos escasos de futuros anfitriones. Serán muy bien recibidos quienes se ofrezcan.

jueves, 14 de agosto de 2025

CADA JUEVES UN RELATO: PARES DISPARES

 Agradeciendo la nutrida participación, me sumo con este texto a mi propia convocatoria. Reconozco que no fue fácil enlazar con coherencia todos los pares de palabras, pero por suerte algo salió, jeje. 

Pasar por el post anterior para leer todos los relatos.



SIN TÍTULO

Allí en la alto de la colina, como un elefante milenario guardando antiguas memorias, se yergue una vieja ermita.

Custodiando la entrada como mudo regente, un ángel de humilde prestancia e imberbe expresión de infante, observa sin mirar a los pocos que traspasan el umbral de aquella estancia sombría.

Quedan afuera lo superfluo y lo urgente. Sólo se acoge lo inmortal y lo infinito.

Un tractor chirriante se pierde al fin en el horizonte disolviendo así el último factor profano de la tarde.

El cielo se despuebla de nubes. La tierra, de labores y viandantes.

Se arrodilla y santigua una joven viuda frente a la antigua virgen que corona en su soledad el altar de la capilla.

Ni la una ni la otra conocen de oropeles ni brocados. Conmueven ambas por la dureza y sobriedad de sus pobrezas al igualarse en la sencillez de sus recatos.

Con el sol aún lejano del poniente, sube desde el patio terroso un vaho caliente que parece ser el soplo del averno.

Intenta el capellán menguar el fogoso castigo  cerrando con firmeza los postigos. La muchacha cancela por un momento su plegaria, como quien recela hasta de su propia sombra.

Lanza una disculpa muda el mulato clérigo hacia la rezadora, mientras que -carente  de relato- alcanza a la virgen nívea la mejor flor del jardín recién brotado.

Reposa la flor su aroma en la frescura del agua mansa, mientras la enviudada esposa borda en silencio sus plegarias.

Muere la tarde, al fin, entre lamentos de campanario. La luz sangrante se trueca en noche sacramentando todo lo allí rezado.

Se persignan en silencio capellán y devota orante. Se alejan ambos, cada cual hacia el silencio de sus propias soledades.

Quedan solos -igual que ellos- la blanca virgen y el mustio ángel, custodio tácito de aquella sacra morada.

 

 


miércoles, 13 de agosto de 2025

domingo, 10 de agosto de 2025

CONVOCATORIA JUEVERA 14 DE AGOSTO: Pares dispares

 Hola juever@s!

Agradeciendo a nuestras queridas Rosana y Patricia del blog Artesan@s de la Palabra por habernos conducido durante el evento semanal que culmina, tomo nuevamente la posta y asumo la responsabilidad de proponer nuevo tema.



Esta semana la consigna que les dejo consiste en utilizar dentro de una historia breve con temática y estilo libre, todos o algunos de un grupo de pares de vocablos parecidos agrupados por caprichosa cercanía fonética. Cada par de vocablos deberá, en la medida de lo posible, ser utilizado dentro de la misma oración y resaltado adecuadamente para evidenciarlo.

Acompañando el texto con la imagen y el título que les indico, deberán subir su historia a partir del miércoles, dejándome el link del mismo en esta entrada para ir armando yo la lista de participantes el jueves 14. Como siempre, les dejo abierta la invitación a quien quiera sumarse, respetando las indicaciones aquí resumidas.

Vuelvo a recordarles que andamos escasos de anfitriones para futuras encuentros jueveros. Les agradecería se animen y me hagan saber la fecha que les convenga organizar. 

L@s espero!


miércoles, 6 de agosto de 2025

CADA JUEVES UN RELATO: EL SACUDÓN

 Me sumo con este texto a la convocatoria juevera de esta semana, cuyo tema nos proponen las chicas del blog Artesanos de la Palabra. Los invito a acercarse y leer todas las historias.



EL SACUDÓN

Las últimas lecturas de los controles no mostraban nada inusual ni sospechoso. Ningún alerta en el sistema de radar anunciando algún elemento interrumpiendo nuestra rumbo.

De repente un sacudón inusitado nos sacó de la ruta trazada y rápidamente perdimos altitud. El sistema automático tomó el control del manejo y eso amortiguó el golpe. Salimos ilesos, pero nuestra nave quedó inoperable. Nada pudimos hacer para restaurar los sistemas operativos y tal como lo indica el protocolo en estos casos, debimos destruir todo rastro de nuestra misión, aún a costa de la integridad del vehículo.   

Jamás logramos reestablecer la comunicación con nuestra base, por lo que un eventual rescate quedaba definitivamente desechado. Nos hallábamos totalmente indefensos en medio de un mundo atrasado y hostil.

Si bien no existía beligerancia entre nuestras civilizaciones, estudios anteriores nos hacían presumir que -de conocerse nuestra presencia- se desencadenaría inmediatamente el caos en medio de aquellos aborígenes, aguardándonos un destino peor que la muerte.

Asumiendo lo inevitable, comenzamos a organizar nuestra estrategia de supervivencia. Siguiendo las recomendaciones del manual de emergencias, al quedar varados a nuestra suerte, cada uno de nosotros debería intentar mimetizarse al extremo con los lugareños. Para evitar reducir las posibilidades de ser descubiertos, a partir de ese momento debíamos separarnos asumiendo individualmente la identidad que resultara más conveniente.

El tiempo fue pasando al ritmo que este lejano planeta orbita alrededor de su sol y poco a poco me fui asimilando a las formas nativas que venía estudiando antes del accidente.

Sin darme cuenta me he mimetizado con ellos con naturalidad, llegando en ocasiones a  actuar  tan contradictoriamente como es distintivo en su especie. Tal vez, cambiando de perspectiva e interpelando más de cerca la naturaleza de sus actos, he comprendido más en profundidad sus reacciones instintivas al punto de justificarlas.

Quizás sea la influencia tóxica del microclima social en el que he tenido que involucrarme, o el empeño extremo que he puesto para asimilarme a sus costumbres, lo cierto es que he perdido ya la objetividad con la que interactuaba en un principio y la irracionalidad de sus razonamientos ha infectado mi razón y mi naturaleza convirtiéndome en algo tan autodestructivo como ellos.

Pareciera ser que su mera cercanía resulta, para nuestra propia especie, una influencia muy peligrosa.


miércoles, 30 de julio de 2025

CADA JUEVES, UN RELATO: SANDALIAS

 Me sumo con este delirio a la propuesta juevera que esta semana nos deja Mercedes desde su blog. Dar clic aquí para leer todos los relatos.




SANDALIAS 

Atractivas y sofisticadas un par de sandalias de altos tacones descienden con elegancia por la escalera de mármol.  Se entretienen en el descanso jugando con desdén a atrapar miradas.

El arte de la seducción se despliega con gracia a partir del sutil calzado que ansía desde su pretil a otros pies, con similar talante.


Unas toscas sandalias náuticas avanzan, de improviso y desubicadas, hacia el rellano en cuestión sin mediar sutilezas ni igualar prestancias. Rehúyen con distinción las delicadas sandalias el encuentro torpemente provocado.

Quedan despechadas las plásticas náuticas sufriendo- a la vista de todos- la humillación inesperada. No se hace esperar la respuesta, grosera y soberbia, del desgastado calzado hacia la sugestiva fémina. Avanzan con impostura los sintéticos chanclos cerrándole el paso con insolencia.

No encuentran escape las delicadas sandalias arrinconadas entre las balaustradas y el oloroso calzado, ordinario y burdo.

Más abajo, en el salón, un personaje impensado, ajeno a todo fulgor, observa desde lejos y decide, ante la afrenta, intervenir caballerosamente en defensa de las sandalias y la dama que las porta.




Un par de prolijos huaraches ascienden –decididos- por la marmórea escala, dispuestos a hacer justicia y liberar a la elegante dama de tan vulgar ultraje.

Con solvencia, el par, da los primeros pasos evitando desde el vamos cualquier traspié. Se ubica estratégicamente entre los altos tacones y las plásticas chanclas, que, ante la notoria diferencia de talla, retroceden cobardemente sin presentar resistencia. 

Sin necesidad de recurrir a la violencia las franciscanas resuelven el tema sin tropiezos. Apelando a la solvencia de quien pisa seguro y sin titubeos, dejando su huella simplemente por lo que se es, sin arcos forzados ni falsas capelladas.


domingo, 27 de julio de 2025

CIERRE Y PASE JUEVERO



Habiendo llegado el domingo, agradeciendo la nutrida y variada respuesta a la convocatoria juevera que ya culmina, doy formalmente cerrado el evento y cumplo en entregar la batuta juevera a nuestra amiga Mercedes, quien desde su blog, será la encargada de anfitrionarnos esta semana. 

Aprovecho para recordar que está abierta la invitación para quienes deseen ofrecerse como futuros anfitriones, cuyas fechas disponibles podrán ver visitando nuestro Inventario

Les dejo mi mail:  moni_fr_123@hotmail, para cualquier consulta u ofrecimiento.

 Tengan una muy linda semana

jueves, 24 de julio de 2025

CADA JUEVES, UN RELATO: 5 ELEMENTOS, mi aporte

 Les dejo a continuación mi aporte para esta convocatoria. Pasar por el post anterior para leer todos los textos participantes.


Se despertó de improviso con la doceava campanada, sumergida en un sopor pesado que hizo que se sintiera tan desconectada como si surgiera de un pozo profundo. El sobresalto fue intenso y le faltaba el aire. No había escuchado algún ruido que la pusiera en alerta, no recordaba haber tenido alguna pesadilla ni nada que surgiera quebrándole la tranquilidad del sueño. Simplemente se despertó con la certeza de que todo a su alrededor, incluso las personas, resultaban parte de un montaje diseñado para observarla y su existencia, apenas una sustancia tóxica peligrosa dentro de aquel aceitado mecanismo montado como un gran ensayo.

Mientras intentaba disipar la confusión de su cabeza contemplando por su ventana el perfil sereno de la calle iluminada por las estrellas, una casi imperceptible anomalía bajo la piel de su cuello llamó su atención al palpar la zona: algo de considerable dureza como una astilla o pequeño alfiler -que jamás antes había advertido- alteraba la esperable blandura de su cuello.

¿Qué podía ser aquello camuflado bajo su piel? ¿En qué momento se había incrustado allí? ¿Se le habría introducido en forma accidental o se lo habían colocado intencionalmente sin su consentimiento?

Un torbellino de preguntas se desató en su mente desbaratando el inestable equilibrio con el que solía despertar. Se sintió vulnerable, avasallada, perpleja. Luchó por bucear en las profundidades de su mente intentando retrotraerse hacia un evento borroso que empezó a surgir en su memoria como una sombra de lo que alguna vez vivió y después buscó ocultar pretendiendo autoprotegerse.

Haciendo un esfuerzo inmenso para asirse a aquellos débiles recuerdos, logró vislumbrar lo que alguna vez sintiera con descarnada crudeza: recordó luces enmarcando extrañas siluetas con esmeriladas vestimentas rodeando el cubículo en el que ella se hallaba expuesta. Percibió sus pensamientos sin que ellos emitieran palabra o sonido alguno. Supo cuáles eran sus fines y qué objetivos tenían sus experimentos. El video síntesis que aquellos visitantes observaban daba cuenta de lo ocurrido con su planeta terroso: la violencia y la desidia de la humanidad se había desbordado al punto de acabar con toda forma de vida, a excepción de un último feto criopreservado que los visitantes habían logrado desarrollar para experimentar, al fin, dentro de la simulación virtual en la que ella resultaba estar inserta.  

miércoles, 23 de julio de 2025

sábado, 19 de julio de 2025

CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL 24 DE JULIO: 5 Elementos

 Agradeciendo a la querida Campirela por haber asumido el anfitrionazgo de la semana que se cierra, tomo nuevamente la batuta juevera y les convoco a un nuevo reto.

Esta vez la consigna es simple. Se trata de incluir en una historia breve, tratando de no superar las 350 palabras, los siguientes Cinco Elementos que explicito en la imagen de cabecera. 



Estoy segura que, pese a la uniformidad de elementos con la que partiremos, cada quien, con su estilo y creatividad, dirigirá su historia hacia argumentos bien distintos y tendremos una nutrida lista de entretenidas historias para disfrutar. 

Espero les entusiasme la propuesta.

Tengan una muy buena semana.

jueves, 17 de julio de 2025

CADA JUEVES, UN RELATO: EL VIAJE QUE NUNCA HICE

En medio de toses  y cierto decaimiento provocado por una leve gripe o algo similar, rescato uno de mis  textos ya publicados para  sumarme a la convocatoria juevera que nos deja Campirela desde su blog. Creo que la temática de la historia puede adaptarse a la interesante consigna. Dar clic aquí para leer todos los relatos



EL ÚLTIMO VUELO

Apenas llegar al aeropuerto la vi en la fila de embarque del que sería mi último vuelo. Se destacaba de entre el resto de la gente por un extraño halo que parecía envolverla, una especie de irreal resplandor que se desprendía de su rostro pálido mientras observaba a todos con sus ojos turbios y la frialdad de quien se sabe más allá de lo aparente. Pero más que sus ojos indescriptiblemente intimidantes, lo que más desasosiego logró despertarme en aquel momento fue su sonrisa: una perpetua sonrisa incomprensible dibujada secamente sobre su rostro a modo de estudiado camuflaje entre tantas personas ansiosas y entusiasmadas por la inminente partida.

Me impresionó desde el principio, pero al poco rato busqué diluir mi inquietud ocupándome de los rutinarios trámites de embarque. Sólo después de instalado en mi asiento, resignadamente dispuesto a sobrellevar las veinte horas de vuelo de la mejor manera posible, volví a pensar en su inquietante sonrisa cuando por casualidad, entre la multitud del pasaje, la vi ubicándose en primera clase. Un nudo de angustia se me instaló en el estómago desde ese momento y nada de lo que intenté hacer después para distenderme consiguió sacármela de la cabeza.

No logré tragar bocado ni distraerme con juegos, lecturas o películas. Sólo conseguí al fin evadirme gracias al fuerte somnífero al que recurro cuando los nervios me ganan la pulseada en circunstancias difíciles. Sumergido en el grato murmullo que el resto de los pasajeros me regalaban como canción de cuna, me dejé llevar por el sueño buscando espantar los temores que se empeñaban en asomar en mi cabeza. No sé bien cuánto tiempo dormí. No recuerdo nada que me sirva como referencia de lo que pudiera haber pasado. Sólo sé que desperté sobresaltado con el mismo nudo apretándome el estómago y un extraño sabor amargo inundándome la boca.

Al mirar a mi alrededor sólo logré ver butacas vacías. Me puse de pie para conseguir una mayor perspectiva de la cabina y a nadie conseguí divisar entre la penumbra, ningún otro pasajero, ninguna azafata atendiendo algún pedido, todo estaba quieto y silencioso. Avancé aturdido por el pasillo y el mismo panorama desolador se presentó ante mis ojos en la sección de primera clase, ningún ser viviente quedaba a la vista, sólo los inequívocos rastros de que en algún momento sí habían estado allí, sentados y entretenidos en sus cosas: abrigos, bolsos, teléfonos celulares, bebidas aún calientes servidas en las bandejas, pero nadie a quien recurrir para intentar aclarar lo qué pasaba.

Sentí cómo mi sangre se heló en el momento en que la recordé y supe, sin dudarlo, que ella era la causante de todo aquello. Al centrar mi atención en el zumbido de los motores del avión que inexplicablemente aún seguía en vuelo, tuve la firme convicción que la encontraría piloteando la nave. Haciendo un esfuerzo sobrehumano para vencer el terror que se apoderó de mí en aquel instante, me dirigí hacia la cabina de mando y abrí la puerta. Para mi sorpresa, los puestos de los pilotos estaban también vacíos. Los pocillos de café humeantes, las chaquetas colgadas prolijamente sobre los respaldos de los asientos, nada que pudiese indicar alguna lucha o alguna circunstancia fuera de lo habitual, simplemente nadie más que yo quedaba en aquel Boeing que seguía su rumbo entre las nubes de la noche.

De repente el “clic” de la puerta de la cabina de mando delató que alguien la accionaba desde el pasillo. No alcancé a darme vuelta, sobresaltado, y la vi. Otra vez el filo de su mirada parecía observar todo desde un mundo distante, mientras, con su sonrisa incomprensible desafiaba mis interrogantes despertando mis miedos más profundos. Disfrutaba de mi terror y gozaba haciéndomelo saber. No cabían dudas.

Paralizado ante su presencia no atiné a pronunciar ni un grito, menos, una palabra.  Después, avanzando su rostro hacia el mío y dejando entrever unos dientes oscuros y filosos balbuceó:

-sólo faltas tú-


miércoles, 9 de julio de 2025

CADA JUEVES UN RELATO: LA PLAYA

 Me sumo con esta historia a la convocatoria juevera de esta semana que nos propone Mercedes desde su blog. La misma se inspiró en una de las escenas más metafóricas de la película El árbol de la vida  que me conmovió hondamente. Espero les guste. 

LA PLAYA DE LA VIDA

Se despierta frente al mar pero no recuerda haberse dormido. Tampoco haber llegado hasta allí. Su inadecuada vestimenta lo delata y contrasta con todo lo que tiene registrado en su memoria como apropiado: traje oscuro, camisa blanca, corbata negra y zapatos lustrados que se hunden en la arena húmeda mientras intenta, como por instinto, llegar hasta la orilla. Se descalza, la molestia es grande y quiere estar cómodo. El oleaje acuna al sol que se abre paso entre las nubes. Todo a su alrededor lo conmueve en su arrullo, lo serena, lo hipnotiza. Libres gaviotas surcan los cielos graznando hacia el infinito, invitando a sus pulmones a inspirar hondo. La sal del aire lo reanima mientras la humedad marina atraviesa su piel aún debajo de su acicalada vestimenta. La sorpresa inicial se disipa completamente. De inmediato se afloja la corbata como queriendo respirar más profundo y así atrapar con intensidad la energía vital de ese momento. Su mente se aclara dejando atrás las trivialidades, las urgencias, las tensiones, las absurdas contradicciones en las que vamos cayendo a medida que avanzamos por la vida. Su percepción busca ir más allá de los sentidos, más allá de lo aparente, esmerándose en atravesar hacia la esencia de ese extraño mundo. Se deja llevar, liviano, por los arrebolados giros del aire que eleva su alma hasta las nubes. Íntimas preguntas afloran en su interior buscando certeras respuestas. La esencia de su ser intuye que frente a ese mar confluyen todos los orígenes y todos los destinos y no será su razón quien logre dilucidar los nudos de los porqué con que se ha venido interrogado a lo largo de su existencia.

Respira. Hondo. Pausado. Profundo. Concentrado su ser en ese sencillo y esencial acto primordial. Respira. Mientras, con los ojos cerrados, la levedad de una flama vital se asoma rompiendo la oscuridad en la soledad de su corazón. Dibuja el fuego cambiantes nebulosas, difusas nubes, ondeantes galaxias de maravillosos colores descubriéndose ante él,  abriéndole camino a su espíritu. Las puertas del infinito se abren en ambos sentidos: hacia afuera, hacia la enormidad del cosmos que lo embelesa y hacia adentro, buscando la intrínseca universalidad de su esencia. Todo confluye. Todo se muestra. Todo se prepara para ser descubierto. Respira otra vez. Hondo. Pausado. Profundo. Concentrado en la determinación de su propio ritmo.

Otra vez el mar. El oleaje acunando. El viento y el sol arrullados por la paz que lo abarca y completa todo. El aroma a salitre penetrando todas las cosas. Blanquísimas gaviotas y albatros suspendidos en el aire van surcando hacia un horizonte rojizo. La luz crepuscular se filtra en su interior con cada nueva inspiración. Percibe al fin su propia identidad tal cual le fue dada en los inicios. Se descubre. Se reconoce. Dibujadas entre la bruma marina que se diluye, alcanza a divisar otras siluetas. Libres y armoniosas van caminando hacia ese mar que a todos convoca. La espuma del agua besa los pies descalzos de quienes allí se saben íntegros y protegidos. Extienden ellos hacia él sus manos, saludándolo. Leves y sinceras sus sonrisas. Reconoce miradas, algunas, nunca antes vistas. Son sus pares. Sus prójimos. Los que fueron antes que él. Los que le amaron. Los que le aman. Los que llegarán luego. Los que persisten. Entre ellos se siente vivo. Se sabe cierto. Se reconoce inmortal.


jueves, 3 de julio de 2025

CADA JUEVES, UN RELATO: 5 AÑOS NO ES NADA


 Esta semana Tracy nos propone reescribir la primer entrada juevera de julio del 2020, en mi caso bajo el anfitrionazgo de María José. 

Releyéndola una y otra vez, sigue conformándome como fue concebida en aquel momento, por lo que, si se me permite, la traigo otra vez por aquí con apenas un párrafo menos, intentando acortarla un poco sin alterar su integridad.

LA ESCALERA ESPIRALADA

De blanco mármol labrado y curvilíneas barandas decoradas, la imponente escalera espiralada se elevaba majestuosa hacia un luminoso domo de vidrio que lucía límpido en el cenit. Con entusiasmo comenzó su ascendente derrotero disfrutando el espectáculo que aquellas elaboradas formas iban desplegando ante sus ojos a media que sus pies avanzaban ágiles y bien dispuestos. Manteniendo su vista hacia lo alto mientras sus manos se deslizaban sin esfuerzo por el pasamano lustroso, la cadencia de aquella escalera iba cobrando un encanto singular bajo los irreales chorros de luz que la embellecían al punto de no parecer de este mundo.  

A medida que ascendía ensimismado por las gloriosas elipses, el hombre iba perdiendo la noción del trecho recorrido. Asombrado por su despiste y levemente mareado, decidió detenerse para verificar entre qué pisos efectivamente se encontraba. Resolvió  continuar hasta el siguiente rellano y allí averiguar. Para su sorpresa, ninguna interrupción encontró alterando aquella impensada sucesión de peldaños curvos, a la ver que sus piernas comenzaban a sentir el esfuerzo.

Decidió asomarse por sobre la baranda y evaluar por el ojo de la escalera el tramo recorrido. Según sus cálculos hacía rato que debería haber llegado al quinto piso. Logró callar un grito de asombro al comprobar la inesperada distancia que lo separaba del punto de partida, muchísimo mayor de lo que suponía. La inmediata reacción ante aquella comprobación fue -por oposición- mirar hacia arriba comparando el tramo restante. Tremenda fue su sorpresa cuando corroboró que lo que quedaba por ascender resultaba ser similar a lo que en un principio estimó deberían ser unos siete pisos.

Peleando con su razón intentó no caer en el engaño de lo que –sabía- era imposible: las escaleras son artilugios simples que la arquitectura utiliza para salvar acotadas distancias en altura y de ninguna manera podía suceder que lo que no debería medir más de veinticinco metros se hubiese trastocado de repente en una altura mucho mayor. Alguna alteración de su percepción debería de haberse disparado para que, desde su perspectiva, la escalera pareciera haberse extendido inexplicablemente en su recorrido.

Decidió, pese a lo absurdo, volver a la planta baja para reintentar después el ascenso, contando con exactitud las vueltas de las curvas a medida que las iba recorriendo. Comenzó a descender apresurado sin poder controlar los agitados latidos de su corazón. Debieron pasar más de cinco minutos desde que iniciara el trayecto en rápida bajada pero lejos de disminuir, el tramo de escalones que tenía por delante  parecía dilatarse más allá de toda lógica. A estas alturas la desesperación se apoderó de él y sin ningún pudor, clamó a gritos por ayuda. Nadie pareció escuchar.

Asomado otra vez sobre la baranda helicoidal pudo comprobar, jadeante, que la imponente escalera parecía virar ahora sobre su eje con lenta y constante torsión, a modo de un sacacorchos gigante e infinito que sostenía su giro a la par que en vano él intentaba bajar o subir sus escalones. Se había transformado en una trampa sin fin de la que le resultaba imposible escapar.

Abrumado por la insólita situación, totalmente confundido, agotado y mareado por tan prolongada sucesión de giros, el pobre hombre trastabilló sin control rodando escalera abajo, golpeándose fuertemente la cabeza en varias oportunidades.

Cuando el portero del edificio lo halló sin vida al pie de la escalera, el desdichado llevaba aún asido entre sus manos el enigmático sobre que lamentablemente nunca logró entregar.

miércoles, 25 de junio de 2025

CADA JUEVES UN RELATO: NO A LAS DROGAS

 


Me sumo con este breve texto al difícil tema que nos propone Campirela esta semana. Pasar por su blog para leer todos los relatos.


ABISMO


Atrapado en un agujero,

conmina a su cuerpo a latir

tic tac, tic, tac

Con pupilas dilatadas

su mente incierta se llena

de fugaces complacencias

mientras consiente morir.

Ya no cuaja en este mundo

que le acosa y cruel le obliga

-con desprecio- a no vivir.

No conoce otro refugio

más que el karma en que se inmola

entre humos desflecados

sin mañanas que prometan

lo que teme descubrir.

Acodado en sus flaquezas

se hunde solo y sin destellos

cual jeringa descartada

que se arroja sin complejos

asumiendo que los males

que le colman su calvario

con despliegue de estertores

ya le excusan de sufrir.

 

Él se evade.

Ya se aleja.

Sofocándole los miedos

que le acaban de parir.

Destruido se contempla

desde lejos, como un alien

entre soles y galaxias

sin constancia de vivir


miércoles, 18 de junio de 2025

CADA JUEVES, UN RELATO: SILLAS NARRADORAS

 Me uno con este delirante texto a la convocatoria tan original que nos dejan nuestros amigos del blog Il Vici Solitari. Pasar por allí para leer todos los relatos.



UNA SILLA EN EL SALÓN OVAL

Aquí se sienta el poder, en esta oficina oval tan mentada y temida. Ombligo de las decisiones más importantes en esta parte del mundo que se la da de civilizado y conciliador.  Aunque a los ojos del resto resultan ser tan arbitrario e irracional como todos los otros a los que dice enfrentarse, los que aquí se sientan creen estar destinados a torcer el rumbo de la historia, cocinando los destinos de millones que ni siquiera les han votado. Pero extenderme en esas contradicciones es pretender ser juez y no es esa mi parte.

Aquí sólo soy una pieza más dentro del cuidado equilibrio de las templanzas que se requieren para los controlados juegos de quienes llevan sobre sus hombros las más complicadas negociaciones.  Mucho hay en danza aquí y por eso yo, pieza mínima dentro de un mobiliario exquisito y refinado preparado al gusto del gobernante de turno, paso a tener un rol fundamental del que nadie habla.

Camuflada en sincronía con mi cómoda contraparte dispuesta para el anfitrión, en la esquina opuesta a dicho señoreaje mi presencia anuncia el respeto y la equidad con la que el visitante suele ser recibido en medio de salutaciones formales, sonrisas falsas y cámaras flasheantes dispuestas a inmortalizar el encuentro.

Frente a tanto despliegue -ya iniciada la fingida y distendida charla- el eventual visitante se deja caer sobre mi aparente blandura como quien busca refugio en medio de una tormenta a la que se intenta soportar estoicamente, pero lejos de ser esa mi consigna, aquí me hallo para brindar una tarea mucho más sutil y utilitaria.

Debajo del lujoso brocado de mi tapicería, resortes disimulados de rígida estructura se van haciendo notar bajo las distinguidas nalgas del recién llegado sin que el buen gusto le permita más reacción que la de ir intentando cambiar de postura para equilibrar su humanidad.  La difícil prueba de sobrevivir con elegancia a la evidente incomodidad a la que es sometido va haciendo poner nervioso al visitante quien poco a poco se va instalando en el borde de mi capcioso asiento, ubicación sesgada que se interpreta como gesto de debilidad y sometimiento frente al anfitrión que, en contraste, sigue expresándose cómodo y desinhibido sobre mi gemela.

Al final de la diplomática contienda, el visitante ha dejado de centrarse en el quid de la difícil negociación para la que ha sido convocado, totalmente sustraído de los  asuntos importantes gracias a mi ingeniosa e insospechada intervención.


domingo, 15 de junio de 2025

CIERRE Y PASE JUEVERO



Llegado el domingo -día del padre por aquí- doy por cerrado el  verde encuentro que nos convocó durante la semana que culmina. 

Habiendo disfrutado de numerosos textos ambientados con ese tinte cromático tan refrescante y  agradeciendo la entusiasta participación, doy formalmente finalizado el evento que me ha tocado conducir. 

A la vez  paso la batuta bloguera a nuestros amigos de Il Vici Solitari  quienes serán los encargados de conducirnos el próximo jueves. Aprovecho para reiterar la invitación a quien desee ofrecerse para anfitrionar nuevas fechas jueveras. 

Tengan tod@s una buena semana.


P.D

Les reitero mi mail: moni_fr_123@hotmail.com y el enlace a nuestro Inventario Juevero


jueves, 12 de junio de 2025

CADA JUEVES, UN RELATO

 Subo este texto ya publicado para sumarme a mi propia convocatoria. Pasar por el post anterior para leer todos los relatos



LA APERTURA DE LOS BUZONES VERDES (un delirio para ser contado a los más chicos)

Érase una ciudad gris, con cielo gris y piedras grises. En ella habitaban personas moderadas, medidas, modosas, siempre correctas. Así como no se permitía ninguna disonancia ni estridencias visuales tampoco se toleraban gritos, bocinazos, peleas ni risas ostentosas. Se vivía en armonía, eso sí, sin que a nadie le faltara nada para vivir dignamente, aunque sin lujos ni demasiada exposición. La cuota de distensión y desborde que se permitía entre aquellos ciudadanos uniformes se canalizaba exclusivamente a través de unos buzones verdes ubicados estratégicamente en cada esquina. En ellos la gente depositaba los sobres en donde anotaba cosas bien alocadas, secretos para nunca ser revelados, temores inconfesables y sueños extravagantes, volcados allí para ser conservados en clandestinidad, como elementos mal vistos dentro de una sociedad tan homogénea y  monocroma.

Si bien la situación de equilibrio y concordancia resultaba ser el status quo en que los adultos aceptaban y decidieron vivir, para los más jóvenes la vida se iba poniendo cada vez más insostenible, aburrida y abrumadora. Por lo que, un día tan gris y normal como tantos otros, sin aviso ni señal por la que hubiese podido ser advertido, se organizó un acto revolucionario impensado e inaudito que logró poder en jaque toda la monotonía establecida: de improviso y coordinadamente se abrieron  uno a uno todos los buzones en los que la gente depositaba a modo de catarsis sus chifladuras, liberándose en forma caótica y desbordada todo lo que hasta entonces había estado encerrado, aprisionado y contenido en los consabidos contenedores verdes.

De repente el cielo se llenó de azules impensados y pájaros chillones haciendo figuras cómicas con amasijos de nubes. Los árboles de divertían compitiendo por sus verdes mientras que los sorprendidos ciudadanos perdían su usual compostura comprobando que de algunos follajes brotaban frutas rojas y lustrosas y de otros, flores amarillas y perfumadas, todo sin orden ni regla estratégica que los mantuviera coordinados y prolijos. Las casas no quisieron ser menos y se animaron a llenarse de lunares, rayas, curvas y hasta de sapitos. Los autos comenzaron a ir por la vereda y los perros se negaron a pasearse con correa husmeando religiosamente cada arbolito. Los colores estallaron pintarrajeando todo aquí y allá, incluso lo que se movía. Las carcajadas comenzaron a brotar sin razón y contagiaron en forma incontrolable hasta los señorones más conservadores.  Hubo serpentinas entre los peinados de las señoras, zapatos con luces, silbidos agudos  haciendo que la gente se tapara sus oídos. Todo fue irreverencia a partir de ese momento en la otrora ciudad gris, mientras las locuras escapadas de aquellos buzones verdes alcanzaban por fin la estratósfera y se apelmazaban unas con otras para conformar el sol rojo e incandescente que aún reina en ese cielo desde entonces.