jueves, 28 de septiembre de 2023

CADA JUEVES, UN RELATO: DE PUENTES

 Me sumo -con un relato algo más extenso de lo sugerido- a la convocatoria juevera que nos deja Myriam desde su blog. Dar clic aquí para leer todos los textos.




PUENTE

Venía escapando bordeando el rio sin encontrar forma de cruzar hacia la frontera. Pensaba que una vez allí, jamás lo atraparían. Llevaba en su mochila una pequeña fortuna. Lo necesario para construirse una nueva vida. Quedaban atrás las deudas, la miseria y sus viejos secuaces.

Decidió pasar la noche entre los sauces que crecían junto a la orilla. Agotado por la carrera y el miedo por ser descubierto, se permitió un momento de distención contemplando las estrellas, mientras el murmullo de las aves se apagaba y la luna ascendía hacia su cenit. Sin darse cuenta se durmió y soñó con  tierras y cielos nuevos.

Apenas despuntar el sol, abrió los ojos, sobresaltado. El graznido de una gallareta lo trajo de inmediato a la realidad y lo reubicó en el vértigo de la huida. Comió apresurado el último bocado que traía en su morral y lavó su cara con agua helada para terminar de despertarse. De inmediato retomó la senda buscando un modo seguro de cruzar las aguas caudalosas.

De improviso, un puente. De viejas tablas verdinegras y robustos pilotes, camuflada entre la bruma mañanera, la inesperada estructura se tendía desde la orilla hacia el horizonte ofreciéndose como escape. Sorprendido por no haberlo visto antes, se aventuró tanteando el estado de los viejos maderos.

Se sentían sólidos y seguros aunque no lograba divisarse el final, ya que la neblina cobraba más y más espesura con cada paso que daba. A medida que lo recorría, su andar se volvía más confiado dejando de lado sus primeras cautelas.

Después de una hora de caminata sin llegar a la orilla ansiada, el hombre comenzó a perturbarse: el rio no podía ser tan ancho ni tan extenso un puente construido con maderos clavados. Para colmo la niebla seguía sin despejarse y nada alrededor le brindaba datos sobre su ubicación real.

Empezó a angustiarse al punto de olvidar su pretensión de pasar inadvertido y comenzó a gritar esperando que alguien respondiera a su llamado. Nadie lo hizo. El silencio brumoso sólo se cortaba por el rumor de las aguas o el sobrevuelo de algún ave socarrona que parecía disfrutar de su desconcierto.

Se hizo otra vez noche, pero esta vez la luna no brilló. La oscuridad era total y la nubosidad espesa seguía rodeándolo. Se largó a llorar desesperado, decidido a regresar por el camino recorrido apenas despuntara el alba. Así lo hizo o al menos, así lo creyó. Lo cierto es que intentó desandar sus pasos para llegar antes de la próxima noche al punto de partida. No lo consiguió. Dos veces vio nacer el día pero no arribaba a ninguna orilla.

Pensó, ya aterrorizado, que había confundido la dirección por lo que retornó nuevamente sobre sus pasos en sentido contrario, esta vez, por tres días, sin detenerse. Tampoco llegó a ninguna parte. Mientras tanto, la niebla continuaba espesa y sombría, disipándose por breves momentos apenas lo suficiente como para adivinar el horizonte acuoso. 

....

Dicen los lugareños que a veces, cuando la niebla se torna particularmente densa sobre el rio, cerca de la orilla aún se escucha su voz lastimera pidiendo ayuda, ofreciendo en recompensa para su rescate la fortuna que lleva en su mochila.


domingo, 24 de septiembre de 2023

NOCTÁMBULOS - CIERRE DE CONVOCATORIA

 


Agradeciendo la nutrida y cálida concurrencia, habiendo disfrutado de las historias entretenidas y variopintas que cada un@ de l@s participantes ha querido compartir, doy formalmente finalizado el encuentro juevero de la semana que ha concluído. L@s invito a pasar por el blog de Myriam quien será la anfitriona del próximo encuentro. Tengan tod@s una muy linda semana.

jueves, 21 de septiembre de 2023

CADA JUEVES, UN RELATO: NOCTÁMBULOS - Mi aporte

 Me sumo al reto juevero de esta semana con el siguiente relato. Para leer todos los participantes, pasar por el post anterior

 


NOCTÁMBULOS

En la noche, el mundo se mira diferente. Se alcanzan a percibir ciertas cosas que luego se ocultan con la luz del alba para después -casi todo ello- caer definitivamente diluido en el olvido. Pero para algunos, la nocturnidad logra potenciar la verdadera dimensión de su realidad personal, transformándolos en lo que realmente da razón a su existencia. Como ella, que se suelta apenas caer el sol preparándose para su profunda metamorfosis.

Maquillaje perfecto de delineado gatuno, sombra oscura acentuando su mirada intensa, brillos leves destacando mohines, apenas perceptibles bajo el misterio de su tez de luna. El cabello bruñido compitiendo en oscuridad con la noche, que avanza en silencio y misterio. La cintura cimbreante subrayando sus curvas. El vestido oscuro de transparencias prohibitivas, los accesorios justos, sólo con el objetivo de impactar. Cuidada magia insana en su andar felino atrapante y seductor.

Y allí va, hacia el horizonte perfilado de mil luces de neón prometiéndose en cascada ante sus ojos ávidos por lo que quiera presentarse, dispuesta a jugar con lo inesperado, decidida a tentar y a dejarse llevar por locuras inciertas que el destino quiera derramar a su paso.

Entre caracolas de hojarascas que la brisa nocturna arrastra desde el parque, la misteriosa mujer se deja envolver por el hipnótico hechizo de las luces tramposas de los bares clandestinos. Los sedientos noctámbulos la admiran desde cerca y desde lejos. Ella les deja sondearla. Los tienta. Los manipula sin siquiera pronunciar palabra. Sabe el poder de su misterio y se entretiene con ello. Lo ejerce con arte y sin apuro.

Al fin, elige uno entre tantos que se le han acercado y comienza entonces otra batalla. Más directa y mucho más desinhibida. Ella sabe lo que busca, y sabe también lo que en cambio buscan ellos. En definitiva es un juego de dos que se va delineando cuidadosamente gesto a gesto, susurro a susurro sin adelantar el nudo de la trama que va desplegando con cada suspiro junto al oído de quien, pronto… será su víctima.

miércoles, 20 de septiembre de 2023

domingo, 17 de septiembre de 2023

CONVOCATORIA JUEVERA PARA LA PRÓXIMA SEMANA

 
Hola a tod@s!

Nuevamente me corresponde anfitrionar otro encuentro juevero para el que se me ha ocurrido proponer el siguiente tema:



Como ya tod@s saben, la idea es escribir sobre lo que el título les sugiera, intentando no superar las 350 palabras, con libertad de estilo y género. 
A partir del miércoles podrán ir publicando los textos en sus blogs, dejándome aquí los correspondientes links con los que el jueves armaré la lista de participantes. 
Tienen hasta el sábado para sumarse. 
Recuerden que la convocatoria es abierta, quedando sobreentendida la reciprocidad de lecturas y comentarios. 
Espero que se entusiasmen y dejen volar su imaginación.  
L@s espero!

jueves, 14 de septiembre de 2023

CADA JUEVES UN RELATO: JUGANDO

 Me sumo con los siguientes versos a la propuesta que nos deja Moli desde su blog. Pasar por alli para leer todos los textos participantes.

 


 

ESCONDIDAS

 

Uno, dos, tres… contando!

hasta cien y salir buscando

la banda de camuflados.

 

Sorprender sin ser advertido.

develar, sin ser escuchado.

 

Muy lento voy avanzando

tratando de ser más listo,

sin ruidos que me delaten,

queriendo descubrir el sitio

impensado y resguardado

donde astuto alguien aguarda.

 

Sorprender sin ser advertido.

develar, sin ser escuchado.

 

Ansioso por descubrirlos

oteo desde un costado,

me subo a una rama baja,

me agacho a ras de suelo

con treta  detectivesca

buscando zapatos pardos.

 

Apenas ver un vestido

un rulo o un par de rayas

arriesgo y grito a destajo:

“¡Pica, Pepe, detrás del árbol!”

y salgo en carrera loca

ansioso por marcar el alta.


miércoles, 6 de septiembre de 2023

CADA JUEVES UN RELATO: FIESTAS PATRONALES

 Esta semana la querida Campirela nos propone hablar de las tradiciones de cada pueblo a la hora de celebrar un dia especial a nivel colectivo. Tengo que decir que lamentablemente por aquí no contamos con algo tan especial como sé que cuentan en otros lugares, y lo poco que podría contar de algún recuerdo lejano, no me inspira nada relevante. Pero como igualmente quiero sumarme al Encuentro Juevero de esta semana, les pido que sean tolerantes y me permitan aportar un relato totalmente ficticio y ajeno a mi lugar. Espero no resulte inconveniente.

Dar clic para leer todos los relatos participantes de la convocatoria



FIESTAS PATRONALES

En aquel pueblo de aisladas geografías, tanto los pecados como las desdichas se escondían bajo el manto de hipocresía que cobijaba a todos con resignada igualdad. Desde el alcalde hasta la panadera, desde el borracho hasta el cura, desde la maestra hasta el jornalero, todos vivían entremezclados en sus miserias a sabiendas del resto, que jugaba a disimular.

Del desapego que padecía la esposa del alcalde por parte de su marido ninguno dudaba. De las andanzas de la joven viuda casquivana que usufructuaba a sus fogosos amantes para montarse con lujo su casita, todos sabían. Que entre esos fogosos se hallaban el cura y el alcalde, también. Pero de cara al sol, todos aparentaban mantener su dignidad, siguiendo el rol que las buenas costumbres le asignaban a cada uno.

Lo que nadie se imaginaba era que aquel domingo tórrido, justo cuando se llevaban a cabo las Fiestas Patronales de aquel pueblo sosegado, ocurriría una desgracia difícil de olvidar.

Sin duda fue la mirada aterciopelada que el alcalde le dispensara sin pudores a la viudita casquivana, durante su discurso en la plaza principal, lo que actuó como disparador de la ira de su legítima esposa. La proximidad de los fuegos de artificios preparados para esa noche después de la kermese, justo al lado de la sacristía donde el cura solía recibir a la viudita al culminar cada fiesta de guardar, quizás le hiciera nacer la idea del supuesto accidente. Quizás la ocurrencia se le presentara doblemente útil ya que como presidenta de la Comisión de Damas del Sagrado, desde hacía mucho consideraba que el señor cura -tanto como la impía viuda- merecía una reprimenda ejemplar.

Lo cierto es que la señora se ocupó esa tarde de adobar con el mejor vino de misa al encargado de encender los dichosos fuegos para que el borrachín no se percatara del cambio de curso que una de las bengalas tomaría apenas prender la mecha. Que el cura y la viuda en cuestión estuvieran en el lugar indicado para recibir el fogonazo artero no sería difícil, ya que el impiadoso vejete solía aprovechar los momentos de mayor distracción para  desahogar sus demonios.

Con la sincronía de un ajustado mecanismo de relojería funcionó el maquiavélico plan de la señora Presidenta de la Comisión de Damas: a la hora indicada en que el cura se escabullía hacia la sacristía con la viuda descarada dispuesta a “expiar” sus culpas, la respetable dama discretamente trababa la puerta de la sacristía desde afuera, coincidiendo con el momento en que el adormilado encargado encendía las bengalas culminándose así oficialmente  los festejos de la jornada.