miércoles, 31 de mayo de 2023

CADA JUEVES UN RELATO: LISTA DE PARTICIPANTES

 



Y LOS RELATOS VAN LLEGANDO...








(en su comentario en este blog)











domingo, 28 de mayo de 2023

CADA JUEVES UN RELATO. CONVOCATORIA PARA EL 1 DE JUNIO

 

 


Hola amig@s!

Nuevamente me corresponde proponer  tema para el próximo Encuentro Juevero, para el que se me ha ocurrido hablar de situaciones reales o ficticias en donde el tema del engaño, la simulación y las mentiras estén presentes de alguna forma concluyente.

Bajo el título TRAMPAS, ENGAÑOS E IMPOSTORES y encabezando el texto con la imagen que les dejo como elemento unificador, l@s invito a escribir con cualquier estilo y forma un texto acorde de alrededor de 350 palabras (en la medida de lo posible).

Ya saben cómo es la mecánica: a partir del miércoles pueden ir subiendo sus relatos y dejándome los respectivos enlaces. El jueves armaré el post con la lista de participantes y desde allí podremos ir leyendo y comentando cada una de las aportaciones. Espero les entusiasme la propuesta y resulte un encuentro numeroso y creativo.

P.D

Aprovecho para convocar a quienes deseen ofrecerse para anfitrionar algún jueves futuro. L@s dejo mi mail moni_fr_123@hotmail.com para contactarse por privado y el enlace de las fechas libres para que puedan organizarse con tiempo. L@s espero!

BLOG INVENTARIO JUEVERO 2

miércoles, 24 de mayo de 2023

CADA JUEVES, UN RELATO: IMÁGENES EN BLANCO Y NEGRO

 Este jueves, Moli nos deja desde su blog, una serie de las estupendas imágenes que nos propone como inspiración para nuestros relatos. Yo he elegido la siguiente y vaya a saber por qué, el texto me ha salido en verso. 




ENTRE EL RANCIO HUMO

 

Tras el mazo tenso de cartas ajadas,

las siluetas turbias de viejos paisanos.

Llevan boinas mustias y cien calendarios.

Callados perfilan, desde la penumbra,

con gestos solemnes instando jugar.

 

Entre el humo rancio de cigarros acres

cada quien sostiene sus propios fantasmas:

uno a uno emergen, con su rastro incierto

entre velos viejos de angustias y duelos

y terrones secos de sueños sin miel.

 

Grises ojos tristes de sabias memorias

almas sosegadas en mil letanías de rezos

e historias, ante la certeza de la hora pronta,

en el juego torvo que marca La Parca

-pese a lo improbable-

no quieren perder.

 

miércoles, 17 de mayo de 2023

CADA JUEVES, UN RELATO: ANECDOTARIO

Esta semana es Myriam quien nos conduce desde su blog y nos propone contar anécdotas que den argumento a nuestros relatos. La que elegí no es personal, sino que le sucedió a una amiga de un conocido, pero doy fe que corresponde a una circunstancia real. Intenté acortar el texto tanto como pude, pero nuevamente he superado las 350 palabras (ya es costumbre!).



UN TÉ ENTRE TIGRES Y LABERINTOS 

Ella era estudiante de filosofía y letras. Desde siempre se supo una exigente lectora, no todo lo que caía en sus manos era de su agrado, siempre fue muy selectiva, y como tal tenía en su personal escalafón de escritores a dos o tres que concebía como genios, como los que realmente tendrían que estar siempre en el podio de la excelencia.

Entre ese grupo estaba el que eligió para realizar su tesis final, sobre él quería escribir. Sabía que su proyecto era pretencioso, sabía que por eso mismo corría el riesgo de que resultara el peor de los fracasos. Pero siempre fue caprichosa en las decisiones que tomaba y una vez que se decidía por algo no había quien lograra hacerla cambiar de opinión.

Preparó y repasó el proyecto una y mil veces. Buscó todos los datos de las biografías que de él se habían escrito. Aprendió cada detalle de su vida y obra hasta sentir la sensación que ella misma la había vivido. Releyó cada libro, cada poema, cada cuento, con la minuciosidad de quien está a punto de enfrentar un momento decisivo y no quiere dejar detalle en manos de la improvisación.

Recurriendo a las mejores fuentes consiguió el número de teléfono del maestro.

No lo podía creer, estaba frente a la posibilidad cierta de concertar una entrevista con aquél que desde niña le abriera las puertas de la poesía y el amor por la literatura.

Sabía que eran muy pocas las probabilidades de que pudiera concertar una entrevista, el hombre era ya mayor, sumamente famoso y muy solicitado por todo tipo de medios.  Se le ocurrió pensar que tal vez no debía pretender demasiado de la improbable entrevista, y muchas veces se veía tentada de abandonar lo que sin lugar a dudas sería un privilegio al que muy pocas personas pudieron acceder.

Pero como además de joven era terca, no quiso darse por vencida sin intentar. Apelaría a la humildad que había escuchado tanto alabar en él, porque a pesar de encontrarse en el momento de mayor fama y prestigio, se decía que el hombre era muy sencillo y de buen trato.

Al fin se decidió y cuando ya tenía resuelto el tema del viaje y del hospedaje, juntó coraje y marcó el número. El teléfono sonó varias veces sin que nadie lo atendiera, cuando ya estaba por colgar, una voz de mujer preguntó quién hablaba. La joven tartamudeó un poco al principio, pero enseguida logró encaminar correctamente la conversación, presentándose para solicitar la entrevista. Apenas unos minutos más de espera y la respuesta la dejó casi sin palabras: el viejo escritor aceptó de buen grado recibirla, acordándose una tarde de la siguiente semana para concretar la reunión, que sería obviamente en su casa, ya que el hombre, muy mayor y ciego, no quería trasladarse.

La rápida resolución de los acontecimientos la tomó por sorpresa, quedando perpleja por lo fácil que le había resultado aquello que desde el vamos intuyó como una improbable locura.

El resto de la semana estuvo cavilando por el cariz que preferiría que tomara la reunión: no quería parecer irreverente, pero tampoco convencional. Ni uno ni lo otro sería bueno para evitar que el encuentro se convirtiera en algo muy breve que no rindiera buenos frutos. Toda esta tensión y la ansiedad que le producía el hecho próximo de encontrarse frente a su admirado escritor hacía que, por momentos, el objetivo último del encuentro, que era realizar la tesis decisiva de su carrera, pasara a segundo plano, siendo suficiente como logro, el privilegio que iba a tener: estar frente a frente con uno de los más grandes de la literatura contemporánea.

Al fin la fecha señalada llegó, y la joven emprendió su tan esperado viaje  a la Capital.

Anunciándose por el portero eléctrico, la misma voz de mujer que la había atendido en el teléfono, la invitó a subir.  

Sin exageraciones ni carencias, la suntuosa lámpara de cristal que señoreaba en el techo de yeso decorado con molduras despertaba respeto a quien cruzaba por primera vez aquella recepción.

Un espejo de bordes biselados duplicaba su figura que parecía haberse vuelto más pequeña. El ascensor subía lentamente, mientras su corazón, por el contrario,  se aceleraba con rapidez.

Apenas unos segundos frente  a la puerta del departamento, y una señora mayor, de aspecto sencillo, la invitó a pasar hasta la sala, donde, envuelto en la tenue luz de la tarde, el viejo escritor se encontraba sentado en un sillón de pana roja, con sus manos cruzadas reposando sobre su bastón que formaba parte inseparable de su persona desde que se había quedado ciego. Con la mirada lejana, atento a los menores sonidos, aquél hombre sabio y discreto, la esperaba para satisfacer su más atrevida ocurrencia.

Con un hilo de voz, apenas pudo pronunciar su nombre cuando la criada la presentó y el hombre, mirándola sin verla, le extendió la mano para saludarla.

Sin duda su nerviosismo la delató, el temblor que la recorría de pies a cabeza no pudo pasar desapercibido, a pesar de la ceguera. Con una inesperada calma, el hombre fue quien comenzó a preguntar, allanando el camino que hasta ese momento se presentaba cuesta arriba.

Poco a poco y sin que ella se diera cuenta, estaban hablando de literatura, recuerdos, anécdotas, viajes, familia, regalándole así la vida, aquella oportunidad reservada para unos pocos.

Una a una se sucedieron las anécdotas y el tiempo parecía revivirse para los apagados ojos del anciano y para su embelesada interlocutora.

Por momentos se dedicaron a recorrer, él con la memoria y ella con los ojos, los maravillosos tesoros de su biblioteca. Hablaron de tigres, de laberintos, de la magia de los espejos. No faltó a la cita el tema de la muerte ni tampoco el de la búsqueda de la trascendencia. Cada una de aquellas palabras tan ciertas volaban blandamente desde los labios del anciano hasta el corazón de la joven.

De improviso, el ama de llaves entró a la sala y le preguntó si le resultaba inconveniente que ella se ausentara por una media hora, para realizar unos trámites. La joven, bastante confusa, le dijo que no había ningún problema, que no tenía límite de horarios, por lo que podía salir tranquila. La mujer le agradeció y se fue enseguida.

Mientras la charla se hacía cada vez más amena, un viejo reloj de pared sonó anunciando que ya eran las cinco de la tarde, - hora del té – interrumpió gentilmente el hombre, y con una de sus más abiertas sonrisas la invitó a dirigirse hacia la cocina, donde le pidió, si era tan amable, de preparar ella misma el té que iban a compartir.

Aquel pedido singular la hizo otra vez entrar en la noción de lo extraordinario de la situación que estaba viviendo: no sólo había podido concretar una larga y fructífera entrevista con el autor de los mejores poemas y cuentos que había leído en toda su vida, sino que , además, ahora se le había agregado el privilegio, no sólo de ser invitada, sino de preparar con sus propias manos, el té que una tarde muy especial de primavera, el señor Jorge Luis Borges iba a compartir con ella conversando ambos en la cocina de su casa.

 


miércoles, 10 de mayo de 2023

CADA JUEVES, UN RELATO: LAS PUERTAS DEL CIELO

Sumándome a la propuesta juevera de esta semana que nos deja Campirela desde su blog, me ha surgido el siguiente texto a partir del cuento homónimo de Julio Cortázar que quizás conozcan. Me disculpo por haberme excedido en la cantidad de palabras y los invito a leer todos los relatos participantes.



LAS PUERTAS DEL CIELO (inspirado levemente en el cuento de Cortázar)

Los observo afanarse todas las mañanas, presurosos, cada quien ensimismado en la estrecha chatura que le ha tocado en suerte y no puedo dejar de sentir cierta ternura y conmiseración al verlos contentarse con tan poco. No es que no valore su esfuerzo cotidiano y su filosofía de no pretender más que lo que puedan lograr sin molestar al otro, pero viéndolos desde mi perspectiva de quien ha logrado despegar, no puedo dejar de pensar que su extrema sencillez, lejos de resultar una virtud, a la larga termina siendo un contrapeso indeseable en esa oquedad que habitan. Es sano tener una cuota de ambición. Es bueno esmerarse en dar un salto más alto de lo esperable. Si bien no está garantizado el éxito, al menos la posibilidad de avanzar está latente y saber que existe esa opción resulta, en sí mismo, una motivación para hacernos sentir diferente. Pero no la advierto en ellos. Apenas logro verles algún destello que los encienda cuando están de fiesta, como esta noche, sumergidos en esta sonora melancolía que contagia. Bajo las luces parpadeantes de la pista, arrinconado en una mesa junto al escenario, veo que ya se ha ubicado la orquesta. La melodía dulzona comienza a levitar junto a la enredadera florecida que penetra -con su esencia- la rancia realidad que se disipa mientras comienzan a llegar los bailantes en pareja o en pequeños grupos, vestidos todos con sus mejores galas. Ellos, enfundados en el único traje que reseñan como dominguero, -disimuladas las hebras sueltas y alguna mancha porfiada que se ha negado a desaparecer con la nafta blanca- ensayan poses de compadrito sosteniendo con desdén el cigarrillo tosco recién encendido. Ellas, mientras tanto, empolvadas y enjugadas  generosamente en agua de colonia, avanzan como gatas en celo, encaramadas con gracia sobre los tacones aguja con los que intentan forzar una estatura que las iguale a las modelos estilizadas de las revistas.  Mientras el alcohol, la música y el humo comienzan a unificar los rostros, empiezo a verlos como monstruos: especie indescifrable de caricaturas trazadas con gruesos trazos, entreveradas en sus sudores intentando reinventarse en medio de un paraíso que me sabe a infierno. Siento que no pertenezco a todo aquello. Aunque les entiendo los gestos, las palabras y las muecas, compruebo que entre ellos existen otros códigos, lenguajes sugeridos que les elevan sin que yo pueda alcanzarlos. Me siento excluido, relegado, imperfecto. Caigo en la cuenta que ellos al fin han logrado entrar en el cielo mientras yo, macerado en otras prioridades, me he quedado definitivamente atrás.


jueves, 4 de mayo de 2023

CADA JUEVES UN RELATO: INSPIRACIÓN

 Sin dudas influenciada por la sobre-abundancia de opinólogos, influencers y demás habladores pseudo-profesionales que hoy en día se consideran expertos en todo, aporto este caprichoso y breve texto a la propuesta juevera que nos hace Mag desde su blog. Pasar por alli para leer todos los textos.

  Nota: después de publicado caigo en la cuenta que no interpreté bien la consigna (la leí a las apuradas) me disculpo por no haber redactado tal como MAG lo propuso.

INSPIRACIÓN



N S P R C (consonantes de la palabra de origen)

Palabras que surgieron: Necedad soliloquio palabras repelen cacofónico

Mi texto:

Necedad ilimitada la de quien se cree mejor que el resto y juega a desnudar con palabras meditadas -vocablos grandilocuentes de sonidos cacofónicos – su soliloquio visceral de falsos enunciados que confunden y repelen hasta el más tolerante. Su relato de la realidad pasa a tener más importancia que la realidad misma y al final, hasta él/ella, termina por creérselo.