miércoles, 3 de agosto de 2022

CADA JUEVES, UN RELATO: Ha llegado el circo!

 Me sumo con este texto reeditado a la convocatoria que nos deja Dorotea desde su blog



EL CIRCO

Ubicadas en el sitio preferencial, cercanas a la pista central y separadas del resto del público por un elegante acordonado bastante pretencioso, las mullidas butacas del sector Vip (Very Important People) aguardan ser ocupadas. Mientras tanto el resto de los espectadores, ansioso y entusiasmado, puja por a acomodarse en sus lugares, estrechos escalones entablonados bastante incómodos y con evidentes rastros de viejas representaciones: escritos obscenos, astillas levantadas y chicles pegoteados. Inequívocos vestigios de otros públicos, de otras funciones.

Cansada por la larga espera que tuvo que soportar antes de pagar sus entradas, la gente llega con las manos cargadas de pochoclo, salchichas y bebidas azucaradas. Apenas antes de comenzar el show y sin haber tenido que pasar primero por la boletería, los ocupantes del sector Vip van arribando y se acomodan sin complejos, haciendo gala de la ostentación que acostumbran con fingidos aspavientos. Para la gente de las gradas populares, vistos desde lejos, semejantes personajes resultan parte del espectáculo.

De improviso todo se queda a oscuras y en silencio. Un potente reflector luego se enciende y el maestro de ceremonias enfundado en lustroso frac anuncia con grandilocuencia que el gran espectáculo está a punto de iniciarse. Un festival de luces irreales enmarca el comienzo del desfile, cerrando por unas horas las puertas de la realidad que afuera angustia y oprime.

Payasos y malabaristas versados hacen su entrada triunfal desfilando en grupo y con aparatosas genuflexiones mientras la música suena. Máscaras y pinturas ocultan sus verdaderos rostros, fingiendo, en cambio, sólo las muecas de lo que pretenden ser. Todos se afanan por mostrar empatía ante los embobados espectadores, quienes ansían que la magia circense los transporte hacia ese edulcorado mundo de fantasía que se anuncia desde los carteles.

Tragafuegos y acróbatas  trasnochados intentan sostener su arte sin demasiado esfuerzo. Domadores sin fieras se las ingenian azotando al aire sus látigos chispeantes. Saltimbanquis con antifaces coloridos asombran con sus volteretas, dando tumbos de aquí para allá sin que se les caigan sus ornamentos, mientras acompañan a los artistas principales haciendo equilibrio sobre delgadas cuerdas extendidas sobre la multitud que los contempla.

De vez en cuando un estallido de vaporosos papeles de colores distrae nuevamente a la multitud, que aplaude con insistencia. De veras esperan que aparezca el mago que saque de la galera algo que les cambie el destino y los maraville.

A esas alturas se advierte que la inocencia no es sólo de los más pequeños: cada vez que el telón se eleva y los fuegos de artificio anuncian con estruendos un nuevo número, la expectativa de la gente para dejarse llevar por la magia y la ilusión se renueva pese a lo obsoleto de los trucos.

       *Cualquier similitud con el circo de la política local NO es mera coincidencia


23 comentarios:

  1. Esa ultima observación, cae de genial. La politica y el circo, es juego de pobres.... y muy real

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te gustara Gustab. Lamentablemente suele serlo. Muchas gracias por leer. Un abrazo

      Eliminar
  2. Politica universal diria yo, que no teneis por ahí la exclusiva. No te extrañe que cuando aplaudan a los artistas, algun vip de la clase politica se dé por aludido.
    Una fina ironia se advierte en la separacion entre publico y los vips, dejando s los ultimos en un punto intermedio entre "artistas"(de la politica) en el circo, y público.
    Abrazoo Monica

    ResponderEliminar
  3. No sé porque a veces salgo anonimo. Con gustab tambien me ha pasado.
    Disculpa la duplicidad, pensaba que podria borrar el primero, pero tampoco puedo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vale el doble entonces tu comentario, Gabi! Jajaja... No hay problema, son varias las desprolijidades de lis comentarios últimamente. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención

      Eliminar
  4. Nada mas intimidante que el circo. Recuerdo que se decia que una vez un tigre se salio de la pista y le mordio la cabeza a una chiquilla.

    Desde ese dia procuro evitar dicho lugar.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Coincido. Nunca me gustaron. Es más, me parece un ambiente muy deprimente, sin nada de la magia que se intenta mostrar. Con o sin animales, el mundo circense nunca me resultó atractivo. Un abrazo y muchas gracias por leer, José

      Eliminar
  5. Es la magia, sobre todo en la mirada de loss niños, los adultos recuperamos un poquito de ella, pero a saber si es suficiente.

    Un buen texto, con tantos pesonajes circenses. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mí intención de fondo fue la ironía, haciendo. Un paralelismo entre el circo y la política local, más allá de mostrar la magia circense. Puede que no haya sido muy explícito. Un abrazo, Albada

      Eliminar
  6. Desde que leí el "VIP" esperaba esa referencia crítica a la política y no me has defraudado.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja me alegra que lo hayas notado. Tenía que fuera muy sutil. Un abrazo Noelia y gracias por leer con atención

      Eliminar
  7. Curiosa crónica personal acerca del circo. El circo nos llegó a todos al corazón. Yo asistía a una sesión cada vez que aparecía. Me has hecho recordar una anécdota. Una vez nos llevó un tío a dos de sus hijos ya mí al circo. Compró un esbelto manojo de ¡plátanos! y allí nos vieras comiendo como monos uno tras otros. Sin indigestión. Se ve que la expectación, la ilusión y la risa permitían una buena digestión.

    Salud, y del otro circo que tenéis ahí permanentemente montado mejor no hablar. Aquí lo hay también, pero no tan grave. Pero aquí también nos crecen los enanos, los incendiarios, los equilibristas de poco pelo y los clowns de poca gracia. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Curiosa anécdota que te agradezco compartir. Vaya con la merienda circense. .. ¡plátanos! Jaja muy original y memorable. Sobre la magia de lis circos reales, nunca la he sentido. Los pocos que he tenido la ocasión de conocer han sido muy deprimentes, al menos, así me han parecido. Nunca me llegó el encanto que a otros le producen, salvo los más contemporáneos como el de Soleil. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer

      Eliminar
  8. No tengo apetito por descubrir un escenario circense, tal vez por la única ocasión que fui y el accidente fatídico que hubo.

    El tuyo es más real, casi que lo estoy viendo

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tampoco me gustan los circos tradicionales. Intenté ser sarcástica en mí relato. Gracias por leer.

      Eliminar
  9. En el trayecto, me hiciste visualizar las distintas formas de distracción que tienen nuestros gobernantes para hacer creer al pueblo, ''público'' lo que ellos quieren.

    Abrazo, Neo

    ResponderEliminar
  10. Leyéndote he asistido a una sesión de circo, dentro de otra y soporto aún menos la de los VIP, que la de los pobres animales.
    Muy bien relatado y muy buenas reflexiones las que has hecho al respecto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te agradezco, Tracy, por tu amable comentario. Un fuerte abrazo

      Eliminar

  11. Traes una buena historia para la convocatoria de hoy. A través de ella reflejas a los diversos políticos que tenemos, son puro circo.
    En mi entrada, hablaba de cuando era pequeñita, con la edad se adquiere conocimientos, cultura, capacidad analítica y vas evolucionando...
    Dejé de ir hace mucho tiempo. No me gustan los animales enjaulados. Me quedo con Los Payasos de la Tele y los magos.
    Para el tema de hoy los traje, marcaron mi infancia, juventud y madures, no les olvidé...
    Gracias por comentar.
    Un beso y abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre es interesante ver los distintos puntos de vista que se disparan a partir de un mismo tema. Éste que nos convoca está semana es un buen ejemplo. Muchas gracias por tu visita. Un abrazo

      Eliminar
  12. Bien contada esta historia sobre el circo farsante que otorga engaño, prometiendo ilusión.
    Cuando hay un abismo entre el engaño y la ilusión.
    Bien contado. Un abrazo.

    ResponderEliminar