jueves, 4 de febrero de 2021

CADA JUEVES UN RELATO: UN ENCUENTRO INOLVIDABLE

 Siguiendo la propuesta juevera de esa semana de la mano de Mag, nos metemos en el mundo de la mitología imaginando un encuentro con algún ser mitológico. Me he decantado con la Esfinge, curioso monstruo inmortalizado de distintas maneras. Para leer todos los aportes, dar clic aquí.




Cuentan que la Esfinge es un monstruo con cuerpo de león, rostro y busto de mujer que asoma detrás de un par de fuertes alas emplumadas. Un monstruo que acecha a los desprevenidos que se aventuran por los caminos escarpados que conducen a Tebas. Cuentan, además, que es maléfica y cruel su revancha para con quienes no logran responder sus enigmas.  Dicen, que los trozos de sus víctimas han quedado esparcidos a la vista de todos, como advertencia de su ira que no sabe de indulgencias.

Dicen, todos dicen, pero en realidad son muy pocos quienes han logrado verla de cerca. Suponen que llegó enviada desde la lejana Etiopía para sembrar el terror en nuestros campos, en castigo por alguna afrenta espuria que nuestros reyes cometieron contra los dioses. Pero en realidad, nadie sabe nada con certeza. Tan sólo yo, que la he visto distendida luego de haber atacado -implacable- recordando a todos lo sangriento de su asedio.

Yo, miserable mendigo sin nombre más que el que me digo a mi mismo, la conozco desde hace tiempo. Ella, hija ilegítima del mismo rey que ahora tanto le teme, fue arrojada al poco tiempo de nacer, debido a su deformidad, al mismo páramo en donde yo solía guarecerme. Y en medio de la soledad y el desamparo la vi crecer, desproporcionada y enana, alimentando su odio y su venganza desde que fue expulsada.

Alguna vez, cuando ya todos la habían olvidado, se cruzó entre los riscos con una leona salvaje enferma de los ojos. Bien dicen que las bestias entre ellas se entienden, porque al poco tiempo ambas desahuciadas descubrieron que se complementaban: una aportando su fuerza y destreza, la otra como guía y ojos del animal minusválido, montándolo en sus cacerías.

No pasó mucho tiempo hasta que la bastarda despreciada perfeccionó su plan de venganza contra la ignominia de su padre. Engarzando en torno a sus hombros las enormes alas de un águila capturada durante sus persecuciones, en forma subrepticia se las ingenió para ocultar sus pequeñas piernas y brazos de la vista de los curiosos y embadurnadas ambas –amazona y leona- con la tierra y el polvo de los riscos que frecuentaban, se encaramaron las dos, como un sólo monstruo, acechando a los aldeanos pretendiendo ser castigo de dioses vengativos.  El detalle de plantear enigmas para ofrecer su rendición ante los que llegan inútilmente para enfrentarla, ha dado hasta ahora buen resultado: le agrega al mito más inquietud para quienes buscan, infructuosamente, congraciarse con un rey cada vez más acobardado.

Ahora ha llegado hasta ella un joven intrépido que se dispone a dar batalla resolviendo uno de sus encriptados acertijos. Dice llamarse Edipo. Se lo ve bien plantado. Veremos cómo responde…

42 comentarios:

  1. Triunfal respondió y salvó a Tebas de la condena de aquella atormentadora esfinge.
    Curiosa y original manera de describir a la esfinge con tu creatividad...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por lo de original, Volarela. Siempre lo intento. Un abrazo

      Eliminar
  2. Qué buena versión, Mónica. Impoluta e interesante. Me ha encantado.

    Abrazo grande, y muy feliz día 💙

    ResponderEliminar
  3. Una versión de la Esfinge que aclara, pero nos deja imaginar.

    Muy bueno. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te gustara Albada. Muchísimas gracias. Un abrazo

      Eliminar
  4. Simpatía por el ser extraño, aunque peligroso.
    Un buen recurso, para plantear una ficción mítica.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre pensé que esas leyendas originalmente habrán tenido como fuente un hecho real que le dio sustento. Después vinieron las deformaciones y los condimentos que cada quien aportó hasta crearse el mito. Gracias Demiurgo

      Eliminar
  5. Me has tenido pegada a la pantalla a ver qué era lo que ocurría. Nos has contado una bella historia donde la deformidad hizo grande y temible para otros. Gracias Neo por este mítico relato. Un fuerte abrazo .

    ResponderEliminar
  6. Hala, qué aportación de tu parte a la mitología griega. O a las mitologías, porque aquellas tenían tantas versiones...Me ha gustado mucho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te agradezco Fackel. Valoro mucho tu comentario. Como le decía al Demiurgo, siempre se me ha dado por imaginar el posible origen de estas leyendas que logran traspasar el tiempo. Pudiera ser que los monstruos no hayan sido lo que pensamos 😉. Un abrazo

      Eliminar
  7. ¡Qué manera más chula de presentar la historia, Moni! Has hablado de la minusvalía, de la pérdida, aunque sea en plan vengativo, para hacer fuerza entre dos seres desterrados de la sociedad.
    Juntas lucharon, juntas conquistaron, pero la venganza ciega, como pasó al final, y pasó lo que pasó... pero, Edipo, ¿puede ser quien narra la historia? Podría ser porque anda que no fue desdichada la vida del pobre hombre.

    Millones de gracias por tan singular aportación. A mí, me ha encantado y la he disfrutado, en serio, Moni.
    Un beso enorme.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que gentil de tu parte Mag! Me alegra y me motivan tus palabras! Muchísimas gracias. Es un gusto poder sumarme a este tipo de propuestas que apuestan a la creatividad. Un fuerte abrazo

      Eliminar
  8. Los monstruos fueron lo que el imaginario popular quiso que fueran. Y los dioses, y los héroes, y las situaciones épicas...

    ResponderEliminar
  9. Un repaso a la historia desde la mirada de los dioses, la mitología da para mucho si se conoce y se sabe escribir como tu. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Intenté mirarla desde alguien bien terrenal que conoce el secreto de lo que otros llaman monstruo. Gracias Ester por tu visita y comentario. Un beso

      Eliminar
  10. " El Hombre..." fue la respuesta de Edito a la pregunta de la Esfinge que terminó sus días arrojándose por un precipicio. Tuvo que ser un ser con complejo de su propio nombre el que acabara con el terrorífico ente.
    Nos has llevado en tu historia bien documentada a una de las leyendas más apasionarte. Gracias
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te gustara Rodolfo. Hice un intento para humanizar a ese monstruo. Un abrazo

      Eliminar


  11. Nos abres la imaginación pensando cómo acabará con Edipo.
    Un fantástico relato te quedó
    Un placer leerte
    Beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te agradezco Charly. Siempre apunto a que la imaginación participe de la narración. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer

      Eliminar
  12. Edipo resuelve el enigma, pero lo que viene detrás es una verdadera "tragedia griega".
    Precioso relato.
    Besos.

    ResponderEliminar
  13. Así es Juan. No sabe el pobre lo qué le espera... gracias por acompañarme. Un fuerte abrazo y me alegra que te haya gustado el relato

    ResponderEliminar
  14. Esta versión tuya del mito de la Esfinge y Edipo me ha resultado más interesante que otras más intiguas que conocía. Especialmente, me gustó tu forma de ensamblar la esfingie, cuya unión hace a su fuerza.

    Besos, Mónica




    ResponderEliminar
  15. Te agradezco mucho tus palabras Myriam. Viniendo de todo una experta, me llenan doblemente de orgullo 😁. Un beso grande y gracias por tu constante compañía

    ResponderEliminar
  16. Interesante historia con ese final abierto que da pie a la continuación real pero que podeos adornar con la imaginación.
    Un abrazo Neo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre la imaginación liderando las mejores batallas jeje😁 gracias Tracy por pasar y leer

      Eliminar
  17. Una historia llena de verdades, la mitoligía esconde en sus relatos llenos de fantasias trozos de nuestra Historia...quizá eso nos ayuda a comprender mejor nuestros actos. Preciosa fusión entre la Efigie y Edipo.
    Abrazos Neo.

    ResponderEliminar
  18. El tiempo perfecciona la venganza y la pondera. Me gustó, Neogéminis

    Abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te gustara Mujer de Negro. Muchísimas gracias x pasar y leer

      Eliminar
  19. En este final está la clave del mito, sin duda alguna.
    Besos.

    ResponderEliminar
  20. En su respuesta se definirá no sólo el destino de la Esfinge sino también el del propio Edipo, que sufrirá en carne propia lo dramático de la tragedia griega 😁 muchísimas gracias Pedro por tu visita y comentario. Un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  21. Y es que la unión hace la fuerza... Bonita historia y muy bien contada. Besos.

    ResponderEliminar
  22. Seguro! más que monstruo se trataba de la conjunción de dos marginadas!... jeje gracias por pasar y leer, Moli. Un beso

    ResponderEliminar
  23. vaya historia has montado (igual que has montado a la esfinge por partes). Has racionalizado, no dejando de ser un relato fantastico, el origen de la esfinge , montndo toda uan historia alrededor, y nos has dejado a los pies de lo conocido. toda uan precuela del mito conocido
    brava. me ha encantado el derroche de creatividad
    besosss moni

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te agradezco muchísimo tu pormenorizado comentario Gabiliante. Un fuerte abrazo

      Eliminar
  24. Nos cuentas una preciosa leyenda que nos mantienes en vilo hasta el final del relato, Neo, muy buena tu aportación.

    Besos.

    ResponderEliminar
  25. Qué gran relato amiga. Tú capacidad para crear la atmósfera ideal es maravillosa, y resumes tanto en tan poco espacio que enseguida uno se mete en tu mundo imaginario y puede llegar a ver y casi tocar a esa esfinge.
    Siempre es un placer leerte.
    Una abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué amable de tu parte Jorge! Valoró mucho tu comentario porque sé que viene luego de una atenta lectura. Me halaga y me estimula. Muchísimas gracias. Un fuerte abrazo

      Eliminar