jueves, 10 de diciembre de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO; Aniversarios cruzados

Esta semana Dorotea nos propone narrar alguna historia en donde se enlacen distintos sucesos en apariencia, inconexos. Mis musas tardías me aportaron el siguiente texto, que no sé muy bien si se ajusta a la propuesta de nuestra anfitriona juevera. Espero sepan disculpar si me alejé un poco de lo pedido.




Desde el principio, aunque jamás se animaran a confesarlo, ambos presintieron que sus destinos estaban entrelazados de alguna manera insospechada. Ninguno tenía conciencia cierta sobre la existencia del otro, pero, de alguna manera muy sutil intuían el paralelismo existente entre los distintos tramos de sus vidas.

Cuando ella nacía, él salía con su padre para hacer pastar sus cabras. Cuando ella estrenaba bici, él sostenía por primera vez un arma de largo alcance a orillas del desierto.

Cuando ella terminaba la primaria pensando en festejar su próximo cumple con baile en lugar de pelotero, el padre de él entregaba quince de sus mejores cabras para comprarle a su hijo una esposa.

Cuando ella entraba en la facultad soñando con viajes y nuevos horizontes, él enterraba su primogénito a consecuencia de la impiadosa sequía.

Cuando ella encontraba su primer buen trabajo como periodista, él, en el otro extremo del mundo perdía sus pocas posesiones a causa de la guerra.

Cuando ella se estremecía de gozo al escuchar por primera vez el llanto de su hijo en la sala de partos, él enseñaba a su tercer retoño cómo sostener aquel viejo fusil que heredara de su propio padre.

Cuando el hijo de ella era el que estrenaba su bici, el cuarto hijo de él alimentaba sus odios a causa de una nueva guerra.

Cuando el hijo de ella fue a su primer concierto de rock para festejar su cumpleaños con sus amigos, el menor de los hijos de él se encontraba en un callejón oscuro de una extraña ciudad preocupado por no hacer estallar antes de tiempo los explosivos que le aferraban la cintura.

Cuando el único hijo de ella moría sin saber cómo y por qué en medio de la estridente música camuflada por estallidos, el último hijo de él inexplicablemente recordaba las cabras de su padre justo en el momento de hacer reventar su cuerpo siguiendo una inverosímil trama de violencia e injusticia sostenidas.

16 comentarios:

  1. Todas las exclamaciones que me se imaginatelas escritas. Un relato estremecedor pero original bien llevado, llegando al fondo de nuestros odios. Te aplaudo con admiración. Lo voy a copiar para mostrarlo a todo el que quiera leerlo. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Bravo, bravo por este texto, uno de los mejores relatos tuyos. Bravo.

    ResponderEliminar
  3. Nuestra vida siempre está conectada con la de otro por muy lejos que se encuentre. En este caso para morir juntos aunque por causas diferentes. Justas para uno. Injustas para el otro.
    Un texto mágico, de verdad, de esos que te hacen pensar lo injusta que es la vida por haber nacido en un lugar diferente... en una casa diferente, en una cultura diferente... Mil cosas.

    Un beso enorme.

    ResponderEliminar
  4. Impresionante, es tremenda su lectura y lo peor es que no es nada ficticio, es que esas coincidencias se dan en el mundo a tods horas, pero cuando te las ponen delante conmo tú lo has hecho....te estremeces.

    ResponderEliminar
  5. Desde luego las prioridades de cada uno era diferente; pero uno murió por convicción y el otro se lo llevaron por delante arrebatándole la vida porque el otro no le importaba la muerte para nada.
    Muy buen relato.
    Me ha gustado mucho la postal, eres una artista.
    Un beso

    ResponderEliminar
  6. Mónica tu relato nos muestra cómo el universo nos une con hilos invisibles en la vida y en la muerte, nada es casual...Todos de alguna manera estamos conectados, por eso es importante elevar pensamientos positivos para seguir creando y renovando la vida a través de la sincronicidad...Mi felicitación y mi abrazo por tu profundidad.
    Tu bella tarjeta navideña la he colgado a la derecha de mi blog enlazada al tuyo.
    Gracias de nuevo y que seas feliz con los tuyos estos días y todo el año.
    M.Jesús

    ResponderEliminar

  7. Irremediablemente, tirados por hilos invisibles e imposibles de romper, se acercan a una única fecha de desenlace. El aniversario cruzado más cruel e imponente. Gracias por tu aportación, Mónica, un beso.

    ResponderEliminar
  8. Ufffffff Mónica... hoy tu relato me toca un nervio descubierto... es tremendo, y llega, llega mucho.

    Un besote enorme, y un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Me ha gustado mucho tu relato, en el que esos lazos invisibles entre la vida y la muerte, parecen salir de la nada, cuando hay algo mucho más importante.
    Besos

    ResponderEliminar
  10. Al principio pensé que se trataba de una historia de amor y que los protagonistas se conocerian mas adelante...tarde me di cuenta al punto donde llegaste y recordé los acontecimientos terroristas de hace poco...Siempre he tenido miedo de las estadísticas de sucesos...y miedo a esos lazos invisibles que existen y que en algún momento te harán aparecer en alguna de ella...pero como no se puede vivir con miedos, luego hago que me olvido de ellas....besos

    ResponderEliminar
  11. Wow.... impresionantemente hermoso y muy bien logrado, me has dejado boquiabierto, anonadado con tan semejante relato, por eso mismo, nunca hay que juzgar a los de ningún lado en un conflicto, todos somos víctimas de lo mismo.... maravilloso, te felicito

    ResponderEliminar
  12. Impresionante relato, que nos habla de una realidad factible en el enrevesado mundo de hoy.
    La pena es que uno moría a sabiendas por el fanatismo religioso impuesto y el otro moría cuando en realidad lo que pretendía es disfrutar de la vida.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Tremendo Neo: me ha hecho estrecer. Lo has contado cronologicamente y te ha salido perfecto. ¿Cuantos cruces de vidas deben de haber en el mundo, que como el tuyo no se saben...!!! Hace pensar esta historia. Saludos amiga.

    ResponderEliminar
  14. Así es. El odio y la guerra solo traen muerte. Pasa cada día, aunque solamente nos preocupamos cuando nos toca cerca.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  15. Impresionante y estremecedor relato. Un beso Neo

    ResponderEliminar