lunes, 22 de septiembre de 2014

NEGACIÓN


A veces el no saber es cálido refugio.
Inocente o estúpida manera de preservarse intacto.
Es cierto que la verdad merece ser siempre la que gane. Al menos en teoría es eso lo que sostenemos.
Pero…¡ay como duelen ciertas verdades!
Duelen tanto por impensadas, por cruentas, por mal negadas.
Duelen y trastocan desde el cimiento lo que con esfuerzo hemos levantamos.
Duelen al punto de no querer seguir. De preferir negar, siempre negar y rezar porque un milagro llegue y vuelque hacia atrás esa metástasis.
¡Qué sanador sería poder retroceder en esos trances! ¡qué bendición, aunque egoísta, sería reiniciar hasta el punto de borrar lo que tanto daña!

9 comentarios:

  1. Yo, para mí prefiero la verdad, pero dudo estar de acuerdo en transmitirla a terceros, especialmente cuando la herida que deja es mortal de necesidad.
    Un texto que te deja en alerta.
    Besos

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  2. La verdad da confianza. Es verdad que a veces preferimos no escucharla, porque duele. Pero a veces no llega a doler mas la mentira, y creo que la mentira contra mas tiempo pase, mas duele.
    Prefiero una verdad que duela a una mentira piadosa.
    Y me han gustado tus palabras. De verdad.
    Un beso.

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  3. Sin embargo, no se puede. Hay que aprender a vivir hacia adelante. Incluso aunque seas tú el causante del daño. Incluso aunque seas tú el dañado.
    Besos.

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  4. Entiendo que no hay nada mas bello que la verdad y algo bello no debe causar dolor.
    Un abrazo.

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  5. Trato de encontrar qué verdad decirte, que te haga bien, que contagie ganas de seguir el camino...

    besos

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  6. Yo también prefiero la verdad, aunque me duela.

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  7. Entiendo la verdad como el único camino posible, aunque es cierto que la tentación de atajar con una mentira en ocasiones esté muy latente.
    Un abrazo.

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  8. La verdad querida Neo,en ocasiones puede hacer mucho daño.A veces hay que usare un poco de diplomácia y tacto, para no hacer demasiado mal a personas que no lo merecen.
    Peroamísiquenome vengan con mentirijillas, que me las huelo a tres leguas.

    Un fuerte abrazo

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