(homenaje a La Trochita, viejo expreso patagónico)
Su pequeña trocha marca el vínculo que se tendió al fin
entre lejanos pueblos, pequeñas poblaciones perdidas en medio de la estepa patagónica.
Su silbato agudo anuncia que su presencia rompe el quejido
de la tierra desierta, esa que se extiende inmensa ante la blancura del invierno que parece nunca terminar.
Sus viejos vagones marchando en unísono trajín tras la
locomotora humeante, llevan y traen baqueanos en su destino errante. Silenciosos,
solitarios, ateridos por el frio de sus soledades, apenas suspiran de alivio
junto al fuego de la salamandra que les da cobijo con un dejo de nostalgia.
Resuena el Trochita en la lontananza, desde la memoria de
aquel sur que late ansiando hallar un horizonte cargado de esperanza.
Más relatos de trenes, en lo de Susana
Los viajes en tren, especialmente los de antes donde te daba tiempo a pensar, siempre me parecieron sueños románticos. Saltos y brincos
ResponderEliminarPoética prosa. Digna de la entrañable belleza de lo antiguo, que fue necesario y ahora es pieza de museo.
ResponderEliminarMe recordaste el "trenillo" de mi Valdepeñas natal.
Un abrazo.
Qué sugerente es la imagen de un tren surcando una estepa...
ResponderEliminarCurioso, sin saberlo, yo escribí también ayer sobre trenes y estaciones.
Besos.
Me gustan los trene. Prosa poética para recordar lo antaño. Mi padre era ferroviario y viajamos siempre e tren. Feliz fin de semana.
ResponderEliminarEstuviste de vacaciones y volviste lista para el tema juevero. Fue una casualidad oportuna. O las musas te ayudaron.
ResponderEliminarYo, en cambio, hice lío. Pensado que no había anfitrión, me propuse. Y hubo quien empezó a escribir sobre Mara Laira, ya que ese era el tema que propuse. Me propongo para la proxima o para el 19 de abril, que es su cumpleaños.
Me gustó lo que escribiste. Y las fotos.
¡Qué romántico!
ResponderEliminarTus letras siempre tan poéticas y más acompañando las fotos tan nostágicas de la Trocha. Me encantan los trenes de vapor y su chacachá monótono, eran tan románticos!!
ResponderEliminarUn beso.
Uno similar teníamos en mi ciudad y la unía con el puerto, banquitos de madrea duros como una piedra y un traqueteo infernal, ruidoso como él solo...
ResponderEliminarQué bonito recuerdo me has traído. Gracias.
Bonito texto. Un viejo tren que inexorablemente se acerca a su final. Me hiciste recordar las despedidas y la emoción.
ResponderEliminarSaludes
Un texto que nos deja llevar... por los rieles, por lugares lejanos, en ese vaivén (que imagino -nunca viajé en tren) debe tener el andar de los vagones. Suave recorrido nos has dado desde tus palabras, y las imágenes, poniendo la cuota ilustrativa.
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Relato con sabor nostágico con aquellas máquinas que hacían tanto ruido; pero que tenían algo que los hacían especiales.
ResponderEliminarUn abrazo
Que lindo recuerdo, un texto que es poético y hecha bocanadas de nostalgia. Gracias por el viaje!!! Un beso.
ResponderEliminarUna pincelada con mucho arte que rescata de la memoria esas imágenes de la 'trocha'. A tantos kilómetros de distancia física y lejanía en el tiempo, he sentido su silbido.
ResponderEliminarUn beso.
Una añoranza bonita.Cosas y recuerdos que perduran con el paso del tiempo.
ResponderEliminarAbrazos.
me ocurrió algo parecido a lo que nos dice el Profe Pedro Ojeda, he colgado ayer una poesía -así la considero yo- que se desarrolla en un tren
ResponderEliminar.
leerte me llevó 54 años atrás ¿tantos?
si tantos, porque fue un viaje de muchas horas de Montevideo a Rivera
saludos desde Uruguay
Uno de tus mejores textos. Para mi. Creo que como los primeros que te leí, hace ya más de un año.
ResponderEliminarUn beso.
Muy rico tu homeje a ese tren ya emblemático. La llegada del ferrocarril a un lugar tan alejado es como dotarlo de un cordón umbilical con el mundo, mal llamado, civilizado.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Neo.
Me debo estar haciendo maduro, antes en otras épocas me pirraban los aviones y los aeropuertos y ahora, esos trenes de vapor enormes, esas estaciones sin tanto protocolo de seguridad -bueno en Madrid eso es un decir, los controles del AVE son iguales que el aeropuerto o un poco más suaves-, lugares de encuentro todavía con ese toque de familiar.
ResponderEliminarAh, las fotos son estupendas.
Besotes.
Bonito homenaje a un tren que viajó en color y paisajes, en días y noches y que seguro va cargado de historias que contar.
ResponderEliminarMe gustan estos trenes... pero la vida sigue modernizándose para que todo sea más rápido. Lo qué nos perdemos ¿verdad?
Besos
Un precioso homenaje a un tren antiguo y hermoso que se recuerda con nostalgia.
ResponderEliminarBonitas fotos también.
Un beso
Un texto lleno de belleza Neo, nos acercan tus palabras a ese tren de vapor , de incansables vaivienes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Has traido a mi memoria viejos trenes con duros bancos de madera, maletas de cartón y cestas de mimbre cargadas de alimentos. Los viejos trenes de antes.
ResponderEliminarBonito homenaje a ese trencito que conectaba aldeas y poblaciones lejanas.
Un fuerte abrazo.
Un tren maravilloso, una vez vi fotos. Es curiosocomo por allá véis esa conquista delugares incomunicados mediante el trén y aquí (relatos de Pepe o Fabián), pensamos en aquellos que quedan abandonados, líneas que se cierran, estaciones en las que ya no se para ... Supongo que es la diferencia de un país más joven y rico, como el vuestro, a otro más viejo y agotado.
ResponderEliminarBesos.
Hola, al fin me hice un tiempo para pasear por los blogs...tu relato me llevo a momentos que me han contado viejos ferroviarios,fue volver a escucharlos a ellos, gracias Neo, gracias!!!
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