lunes, 28 de noviembre de 2011

DE LA HIERBA AL CRECER






















Dices
querer oír crecer
la hierba
y me sumo
a esa expectativa
grácil
de sintonizar
profundo
con el latido
de lo divino.

Discernir
la sutileza
misma
del proceso
del vivir,
separando
lo que estorba,
de lo que son
vitales
murmullos.

19 comentarios:

  1. Se va enredando, enredando, en el murito la hiedra, y va brotando, brotando...como el musguito en la piedra.
    hay que estar por lo que importa, dulce Mónica.

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  2. Fundamental que en nuestro escaso tiempo sepamos separar el grano de la paja y vivier intensamente.

    Salud y República

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  3. Confío, que en algún momento algo nos indica poder separar y ver...pero también es bueno que exista esa unión para poder apreciar mas lo importante...

    Un abrazo!!!

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  4. Siempre es interesante organizar nuestra vida.
    feliz semana.

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  5. muchas cosas pequeñas son más importantes aunque pasen desapercibidas en esta sigloveintiuneidad que nos dispersa...

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  6. Hermosas palabras neo!!!! Aunque esté un poco perdida en los jueves, siempre los tengo presente, en el verano vuelvo a mi casa de neco donde tengo internet para poder leerlos tranquilos y participar de los jueves!!!! :0) Besos!!!!

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  7. Lo esencial.

    Separar lo esencial de lo inùtil.

    Bien escrito.

    Un abrazo.

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  8. Hola Mónica,
    No sé si es porque, a veces, lo humano aspira a ser divino.. o porque, a veces, lo divino consigue humanizarse.. Lo cierto es que, a veces, lo divino y lo humano, parece que se pusieran de acuerdo.. para caminar, al menos un trecho, juntos y de la mano..

    Un abrazo
    PD: reiterandote ánimos para el collage fotográfico.. ya te va quedando menos, che.. (sshh.. procurá ponerme bien atrás del todo, si no se me ve, no te preocupés, ¿si?.. :))

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  9. Ya hace tiempo que decidí escuchar a la naturaleza. Cuando has pasado el ecuador de la vida tiendes a pararte más en las pequeñas cosas, caminas más despacio y ves mejor cuanto te rodea. Disfruto viendo crecer la hierba. Un beso.

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  10. mi madre me repetía que para vivir, tenía que quitarme el lazo que cubría mis ojos, nunca entendí el por qué, si nunca había llevado ningun lazo, pero con el tiempo entendí que estaba ciego, que la vida es tan diferente cuando uno abre los ojos hacia el ocaso

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  11. Buena propuesta, escuchar crecer la hierba, hacerse uno con la naturaleza. Y bien lo expresas, con ese brillante final.
    Besos.

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  12. Lo tenemos complicado saber separar lo que es esencia de lo anecdótico. Todo lo que nos rodea conduce a la confusión de valores. Nuestro esfuerzo habrá de ser mayor.
    Un beso

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  13. Cuando el día es soleado y primaveral u otoñal, me gustaría poner la oreja pegada a la hierba. El cuerpo sobre una manta, debajo de un árbol y cerrar los ojos esperando oír cómo crece... cris, cris, cris...

    Besito silencioso para poder escuchar.

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  14. Oir crecer la yerba y sobre todo no mancillarla. Dejar crecer lo natural y no destruirlo.

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  15. hay que prestar atención y tiempo a las cosas: sentémonos a ver crecer la hierba
    Besos.

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  16. Se me pasó este bello poema, vaya !! A ver si me devuelven mi portátil del ordenatólogo..
    Me viene a la imagen una situación que no he vivido, la de estar en medio d ela vorágine de la vida, con su stress, con su ruido, malestares varios...y parar un momento, tirarse en la hierba un instante con el oído pegado a la tierra...para escuchar su crecimiento y acompasar nuestro ritmo al suyo.
    Precioso
    Un beso, del Aire

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  17. lo de cerrar los oídos no lo tenemos muy controlado, pero cualquier método sería bueno supongo, qué tal descalzarse sobre esa misma hierba? ainss pero que mal leemos los libros de instrucciones... Un besote

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  18. ¡Sí, deseo oir crecer la hierba!

    También deseo mirar hacia el sol y acostarme en la tierra.

    Querer creer querer.

    Pensar que las hormiguitas son mis amigas.

    Estirarme al borde de la piscina sin caer al agua, a medianoche, un poco antes de que me crezcan los colmillos, y ver los dibujos que forman las estrellas.

    Llegar al extremo de mi espigón favorito, en mi playa favorita, donde un día quiero que revoloteen mis cenizas, abrir los brazos y gritar soy el rey del mundo.

    Esto casi se me ha olvidado. Más bien no tengo tiempo. Sólo tengo tiempo de vivir, que cuesta mucho trabajo, de compartir algunas de las cosas que hago, de esperar que los que están a mi lado sean muy muy felices.

    Y de leer cosas cosas tan bonitas como las que dejan por aquí mis amigos inmortales.

    Un beso.

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