Mi versión: Pies danzantes
Desde muy chica, aún antes de comprender cuál era el mérito, el esfuerzo y el significado mismo de lo que es talento, desde entonces los admiraba.
Sus pies, tan ligeros como el vuelo de algún ave delicada, acompasando sus giros con los de su compañero, literalmente flotaban, etéreos, gráciles, moviéndose al unísono.
Mientras, desde el otro lado de la pantalla, yo contemplaba extasiada aquellos maravillosos danzantes –aunque anacrónicos para mis años- no podía dejar de imitar, aunque fuera torpemente y sin atisbo ninguno de gracia, aquellos pasos cadenciosos, elegantes, breves, llevando el perfecto compás de la música que como fragancia impregnaba el ambiente.
Otorgándole más alas –¡como si les hubiese faltado!- la liviandad de las gasas y los tules envolvían a aquellos bailarines inigualables que se deslizaban como ángeles por el escenario.
Con sus perpetuas sonrisas e impecable estilo, Fred y Ginger se inmortalizaban danzando para siempre ante mis pupilas.
Más sobre pies, en lo de Gus
Una coreografia de emociones, asi me parece a mi tu relato, la musica para elevar el espiritu y los pies para anclar los pasos.
ResponderEliminarUn beso
Yo presumo de bailar mal y poco. Pero cuando veía bailar a esta pareja, los pies traicionaban mi realidad y al cerrar los ojos me imaginaba bailando al ritmo de la música.
ResponderEliminarUn abrazo
Mi querida niña, ¿Y quien, no disfrutó de aquellos pasos, que con tanta elegancia como si fueran cisnes, bailaban Fred y Ginger
ResponderEliminarRoger? El estilo, la coordinación todo cuanto hacían encima de un escenario, estaba estudiado al milímetro, era una verdadera obra de arte. Yo también y creo que todas las niñas de nuestra generación bailaban o al menos lo intentábamos, imitarles.
Bella entrada que hace volver atrás en los recuerdos.
Besos niña, y que sepas que aunque no te visite a menudo, por las presentaciones me quitan tiempo, sigo estando aquí y te quiero.
¡Menuda pareja!!!! Sí es verdad que tenían alas en los pies, sonrisa eterna y trajes de espuma...
ResponderEliminarRecuerdo que de pequeña leía tebeos del Mago Mandrake, y que siempre asociaba el que fueran vestidos igual, a la magia, cada uno en su campo.
Pies mágicos, pies alados.
Caray, buenos recuerdos, preciosos...
Besitos
Era un ritmo emocional e inteligente. Absolutamente correcto. Y con una belleza tremenda. Grandes, muy grandes transmisores de emociones con su baile.
ResponderEliminarBesos.
Salud y República
El día que los hombres perdimos las alas, tuvimos que adaptarnos
ResponderEliminara la bipedia que nos aferra al suelo
Yo pretendo, quiero y me esfuerzo para volver a volar de nuevo
De momento ya levanto un pie del suelo y agito mis brazos como las alondras, el día que aprenda a levantar el otro pie...volare Y verás lo que es bailar entre las nubes
beso
Era como volar, era ensueño, vértigo, elegancia en aquellos pies que seducían.
ResponderEliminarLos pies convertidos en fascinantes traductores de danzas.
No te olvides de Cyd Charisse, sensual diosa de la danza con Fred y con Gene Kelly.
Pies alados, se merecen esta danza de hermosas palabras que les dedicas.Besitos.
Lo más destacable de ese cine era que la sonrisa de los protagonistas eran eternas, era imposible salir enfadado de la sala.
ResponderEliminarUn besote y buen fin de semana.
Mñs que el mío era el entusiasmo que experimentaba aquel programador de la televisión pública cuando en mi pais no había más que dos caneles.
ResponderEliminarEl nos hizo espectadores e incluso algo entendido a base de pasarnos una y otra vez aquellos mismos filmes.
Lo hacía de modo premeditado. Buscando su compresión.
Ahora a mí me parece todavía inverosimil y fantástico contemplar a Ginger Rogers, Fred Astaire y otros danzando y haciendo piruetas en el cine.
Tésalo
Unos pasos llenos de emociones.
ResponderEliminarPasaba a dejarte mis saludos
y que tengas un buen fin de semana.
un abrazo.
Siempre quise bailar así. Alguna vez, en sueños, lo he conseguido.
ResponderEliminarBesos.
Tiempos aquellos...
ResponderEliminarSin lugar a dudas, marcaron toda una época.
ResponderEliminarUn bonito y entrañable recuerdo para estos dos bailarines.
Abrazos.
A lo mejor, cuándo ya estemos desocupados y en los salones de bailes de la tercera edad, podamos aprender y bailar como ellos.
ResponderEliminarAbrazos.
Que bueno, estaba esperando que alguien hablara de la danza para este jueves de pies(ces) ja.
ResponderEliminarMe he visto todas esas películas del año e' ñaupa, y vuelvo a verlas cuando engancho alguna en TCM (Un americano en Paris y Cantando bajo la lluvia las dan seguido). Y me sigue maravillando ese arte de mover los pies al compás de la música como si no costara nada, como si lo hicieran sin esfuerzo.
Tal vez algun día me dé el gusto y aprenda algo de zapateo americano, si Cormillot pudo ... (lo vi bailar y lo hace bastante correcto)
besos Vecina!
Fred y Ginger, creo que una pareja irrepetible. A mi siempre me parecia al verlos que no podían estar bailando en el suelo sino en una pista de hielo por la suavidad y continuidad de sus movimientos.
ResponderEliminarMuy acertado traer a este jueves a unos magos del baile
Un beso
Fred y ginger, son un clàsico, pero ahora.
ResponderEliminarPor aquellos tiempos, tuvo el mismo o quizàs mas èxito, con una pareja que no recuerdo el nombre, pero cuyo apodo era "piernas".
El texto es impecable.
Un abrazo.
Justo homenaje a unos pies (guiados por unas mentes prdigiosas) que nos han hecho soñar al ritmo de las punteras de sus zapatos o cantando bajo la lluvia.
ResponderEliminarBesos
A Ginger y a Fred, verles bailar, era como remontarse encima de las nuves y estar alcanzando el cielo con la punta de los dedos, y conforme avanzaba el baile, iban subiendo más y mas... hasta alcanzar el cielo.
ResponderEliminarQue recuerdos, Mónica. Un abrazo.
Hola amiga querida, gracias por venir a mi blog para consolarme, ya son unos cuantos añitos que tenemos compartiendo alegrías y tristezas, gracias Moni.
ResponderEliminarQue tengas un excelente fin de semana.
Un abrazo
De Tu amiga de Venezuela
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¡Qué recuerdos! había una peli, la cual vi únicamente una vez, que me dejó encandilada, se titulaba "Papá piernas largas" ¿La has visto? Una niña que vive en un horfanato y de su protector (Fred) sólo conoce la sombra alargada de sus piernas en las pocas vivitas que le hace siempre deprisa y por las noches; con el tiempo se enamoran, se casan, bailan, suenan las campanas, final feliz...
ResponderEliminarDe él también recuerdo, que las artisitas que tenían que bailar con Fred le tenían pavor, porque cuando bailaba ponía tanto énfasis y tanta fuerza que si les daba una patada las hacía ver las estrellas ¡Y no las de Hollywood!
Besito bailarín.
Al igual que ellos tu relato ha bailado al son de la música. Volaron las palabras y llegaron esos pies danzantes hasta aquí.
ResponderEliminarUn abrazo Neo.
Qué foto más preciosa! Y qué recuerdos de infancia tan queridos me has traído a la mente. Yo también me quedaba hipnotizada contemplando a Ginger y Fred. Todo parecía tan sencillo como si llevaran alas en los pies! Entonces no imaginaba el arduo trabajo que había tras aquellas escenas tan poéticas y evanescentes.
ResponderEliminarSigo siendo una apasionada del baile, pero demasiado patosa como para llevar el ritmo y el compás, qué le vamos a hacer :-))
Un abrazo, Mónica, y que tengas un feliz (y bailable) fin de semana.
Lidia
(la nube volcánica, me borró el comentario anterior...)
ResponderEliminarSigo disfrutando de estas películas, y mis pies siguen danzando al son de esta música, mientras escribo este comentario a un relato fino, delicado, exquisito y brillante como la atmósferas de esas películas de entonces y que a veces se añora a la hora de soñar.
Precioso, Mónica.
besos dobles, por supuesto.
Una participación muy completa, Neo. La idea de incluir hasta la música ha sido un total acierto.
ResponderEliminarTe dejo un abrazo.
Maat
Con lo que me gusta bailar..ahora no puedo aunque sigo haciéndolo con el alma.
ResponderEliminarMuy buen post,Mónica.
No me perdía sus películas, y sobre todo sus bailes. Estaban perfectamente compenetrados, y sobre todo daban vueltas sin parar y sin marearse. Estoy seguro que Dios nos hizo los pies, entre otras cosas para bailar.
ResponderEliminarUn abrazo
He pasado momentos muy agradables con esa inolvidable pareja. Gráciles, alados, siempre armónicos sus pasos de baile, casi tanto como tu entrada. Un abrazo.
ResponderEliminarPiés privilegiados, que tanto nos dieron en emociones, sueños, etc.
ResponderEliminarPiés que muestran capacidades que pocos tienen. Que nos hinchan de ilusión.
Muy buen relato, Neo.
Has descrito mis propias emociones al verlos bailar. Bonito relato y buen homenaje.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre estupendos los post que nos dejas. Un placer poder volver por tu casa de nuevo.
ResponderEliminarSaludos y buen fin de semana.
Precioso homenaje a Fred y Ginger, dos personajes que creo, admiramos más de uno. Fueron mis ídolos, además recuerdo que de pequeña le ponía a mis zapatos unas medias herraduras metálicas, seguro que era por eso de caminar con la punta de los pies, (recuerda que mi sueño de chica era ser bailarina de ballet clásico) el caso es que cuando vi bailar claqué, entonces intenté este último, bailar, no bailaría, pero me divertí mucho haciendo ruido con mis zapatos, mientras trataba de imitar a Fred. ¡Ay! Neo, cuantos recuerdos
ResponderEliminartrajiste a mi memoria.
Buen domingo,te dejo la sala de baile llenita de besos.
una coreografía sin fin... no? hoy se parece a varios programas, pero sin dudas los primeros debieron ser los más mágicos! un beso}!
ResponderEliminarlos conocía, los conozco y no los olvido. creo que son a los únicos que soporto dentro de las pelis usicales, pues estas no sn de mi agrado. pero...pero, dentro de lo que has escrito, y sin dudarlo, me hubiera encantado verte a ti bailando, emulando a esos dos dioses de la danza...estoy seguro de que les sobrepasabas en elegancia..
ResponderEliminarmedio beso.
Que lindo Monica! Me encanta que hayas traído en tu relato ese recuerdo imperecedero. Por suerte las peliculas perduran y podemos verlas y tenerlas presentes cada vez que queramos.
ResponderEliminarHermoso homenaje el tuyo. Buen broce para este jueves que ya casi termino.
Besote