martes, 27 de julio de 2010

SIN EMOCIÓN APARENTE - 1º parte


(Imagen: Rufino Tamayo - Hombre gris)


1º Parte: NINGUNDEANDO

Solía transitar por las calles cavilando entre la gente, mirando sin ver, andando sin tener un punto fijo donde dirigirse.


No era nada especial, más bien otro sin nombre en medio de un mar de muchos. Otros tantos como él, o distintos…tratando apenas de sobrevivir sin que se noten las consecuencias.

A veces se detenía a pensar sin querer. ¿Qué hubiese sido si…? Pero al minuto su cabeza se negaba a seguir en el juego de las suposiciones ridículas y regresaba entonces a su simpleza de dejarse llevar como uno más, como nada menos.

Alguien alguna vez le llegó a decir que para ser libre había que decidirse a romper con todo lazo que nos atara al pasado, al presente y también al futuro, por lo que se esmeraba siempre en no encariñarse, en no odiar, en no sentir…

Era difícil concretar esa artimaña de engañar a la vida para que no tendiera sus trampas infinitas en las que el corazón o el alma (o hasta sólo el cuerpo) se enredara sin remedio en algunos ojos misteriosos, una mano cálida o alguna mirada solitaria y melancólica. Pero por su empeño solía lograrlo y pasaban los días sin que ningún pesar opacara su existencia.

Si el frío lo empujaba, cambiaba su rumbo hacia lugares más cálidos, si era insoportable el calor, variaba a la inversa su destino. Nada definitivo, ninguna raíz, ningún recuerdo que afianzara alguna lágrima o alguna sonrisa singular. Simplemente dejar pasar los días para esquivar a la muerte.

Tampoco era el del disfrute el viento que empujaba sus velas. No se animaba a más de lo que le brindaban y por lo general era nada lo que le regalaba la suerte.
Sus escasas apetencias se saciaban con poco y era en esas circunstancias que su carencia aparente se le antojaba riqueza, porque no es rico quien más tiene sino quien menos desea...y en eso venía a ser un especialista: nada deseaba, nada poseía.

Según los sabios, por ese camino podría hasta haber llegado al crecimiento espiritual pero de ninguna manera era ése un asunto que lo alentara: ni siquiera soñar estaba entre sus atributos, simplemente andar… respirar… intercambiar fluidos con el aire que lo rodeaba.

Si se quiere, se podría decir que la suya era una manera astuta de supervivencia. Perdurar sin sentir nos hace menos vulnerables -pensaba- y quizás se presente esa opción como un camino tentador para quienes encuentran el vivir como insostenible sucesión de penas y pesares. Hasta se podría interpretar como estadio superior de evolución, ya que el apegarse a la emotividad implica estar por ella subyugado y eso recorta el concepto de libertad tan bien cotizado en sociedades individualistas como las nuestras.

Pero lo cierto es que nada de esas cavilaciones intelectualoides ocupaban su mente o sus acciones…si nada lo perturbaba era simplemente porque nada le importaba, ni siquiera el por qué de su existencia.

Por su natural apatía no se alteraba demasiado ante algún atropello. Simplemente miraba a otro lado cuando el horizonte se oscurecía y si la alegría de los demás poco le importaba y no envidiaba lujos y frivolidades, tampoco se condolía con el sufrimiento ajeno porque hacía mucho había llegado a la conclusión que es poco y nada lo que la voluntad humana consigue para quebrar el que resulta ser su destino. No era por egoísmo, no era por avaricia personal, simplemente no se sentía empático con los demás y la suerte de los que le rodeaba poco podía llegar a perturbarlo
.

(continuará)

9 comentarios:

  1. este personaje tiene actitudes defensivas que algunos quisieramos...
    a veces intentamos y no podemos, crear nuestra defensa a base de que las cosas nos resbalen para que no nos hagan daño...
    Claro para ello hay que encontrar un punto medio estable y que no te encierre, ni te enfrie demasiado con el etorno.
    Un sludo.

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  2. Díficil futuro le auguro al protagonista porque aquel que se empeña en aislarse para que ningún pesar le "opaque", no vive, tan sólo vejeta.

    Una historia magnífica que espero seguir leyéndote.

    Un beso

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  3. Yo creo que eso no es vivir, es vegetar, como dice Carmen. Y aún creo que los vegetales se entregan más, dan más y también lo reciben. De la tierra y el entorno (lo reciben) y a los insectos lo dan. Y ni a lo uno ni a lo otro con reservas.

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  4. Magnífico personaje.
    Seguimos ansiosos la continuación.
    Un abrazo.

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  5. Naaa no se puede vivir asi. Siempre hay algo que agujerea el muro, es inevitable. Veremos que es lo que va a sacar a este tipo de su marasmo.
    besos vecina!

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  6. Hola Moni!!
    Yo también concuerdo con Carmen y María Jesús... Quién no se arriesga a vivir,a sentir, a jugarse por lo que quiere, vegeta...
    Lamentablemente hay personas así, que juegan con los sentimientos de los demás, sin importarle demasiado las consecuencias...
    Un beso grande!!

    RoB

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  7. Hola Moni!!
    Me encanta como relatas las historias, casi puedo hacerme parte del personaje...
    Asi es la vida para algunos, lo importante es vivir y sacar algo que sirva para su propia experiencia en pro de su crecimiento personal...
    Te mando un abracito con cariño.

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  8. ese señor protagonista, parece que tiene bastante miedo.
    Y ya me gustaria saber porque.

    Besos.

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  9. ...y si, cuando se está muy dolido a veces se intenta todo, hasta apegarse a la nada. Pero siempre algo nos lleva la contraria....

    seguiré con el otro capítulo.
    Tus meditaciones me han resultado interesantísimas y de una agradable lectura.
    besotes

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