jueves, 2 de mayo de 2024

CADA JUEVES UN RELATO: UN RETO OCEÁNICO

 Dejo mi aporte (superé las 350 palabras, me disculpo) a la convocatoria de esta semana que nos deja Marcos desde su blog. 

 


EL DOBLÓN DE ORO

Mecido por la borrachera el experimentado capitán corsario decidió hacer un repaso mental de esa noche de apuestas y jolgorios y quedó satisfecho: dieciséis reales, una bolsa de tabaco y un antiguo doblón de oro hendido en el medio que se propuso conservar atado al cuello como símbolo de buena fortuna. Al otro día zarparía su barco, el Barbanegra, en incierto derrotero por la Ruta de Indias persiguiendo galeones españoles cargados de tesoros y todo amuleto que pudiera sumar resultaba bienvenido.

La travesía se inició con un mal augurio: un albatros muerto cayó sobre la cubierta del barco y la tripulación sintió que aquella aventura no terminaría bien. Inmediatamente se desató una fuerte tormenta de viento y granizo, algo totalmente inusual por aquellos mares. El capitán ordenó arriar las velas pero pese a la velocidad con que los marineros respondieron, la del palo mayor quedó rasgada.

Los días siguientes fueron igual de nefastos: una fiebre fulminante mató a su primer oficial, mientras otros marineros cayeron enfermos. Justo en medio de ese trance avistaron al primer galeón español atravesando su ruta y el capitán dio la orden de atacar pese a tener la tripulación menguada. Fue una decisión totalmente errada. Las maniobras de acercamiento fueron imprecisas, exponiendo al Barbanegra a los certeros cañonazos de los españoles, que dejaron gravemente averiada la nave corsaria. El abrumado y supersticioso capitán comenzó a buscar la causa de su infortunio en alguna cosa concreta que pudiera exorcizar. Con la certeza que da la desesperación, recordó de repente al antiguo doblón de oro que llevaba como amuleto desde aquella noche de juerga precediendo su zaga de desventuras, y sin pensarlo dos veces,  con desprecio y rabia lo arrancó de su cuello lanzándolo a las aguas bravías.

A partir de ese momento la travesía comenzó a encarrilarse dentro de lo esperable. Las averías fueron reparadas y los enfermos y heridos fueron mejorando. Días más tarde tuvieron la fortuna de toparse con un pequeño buque mercader que lograron saquear compensando las pérdidas padecidas.

Guarecidos ya en una isla desierta, el corsario sigue reflexionando sobre aquel doblón de mal agüero. Mientras camina por la playa, la frase del viejo al que se lo ganó resuena en su memoria: “solo él decide con quien quedarse”. De repente un destello destaca entre la arena. Instintivamente se inclina para ver de qué se trata. Con pavor comprueba que el maligno doblón hendido está nuevamente entre sus manos, pese a haberlo arrojado con furia a las profundidades del mar.  


28 comentarios:

  1. El desenlace es muy bueno, y has creado un ritmo que nos abduce, la verdad.

    Un buen relato. Un fuerte abrazo

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    1. Te agradezco tu generosas palabras, Albada. Un abrazo y muchas gracias por leer

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  2. Un doblón obstinado que remata una historia muy bien narrada, los piratas al final siempre resultan simpáticos. Un abrazo

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    1. Nunca han sido de mis preferidos, pero entiendo tu punto de vista. Muchas gracias Ester por la atenta lectura. Un abrazo

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  3. La maldición de aquella moneda estaba hecha a fuego.
    Una historia totalmente de piratas, conforme iba leyendo, era cono aventurarme en este galeón y ver la fuerza de los vientos.
    Nunca hay que menospreciar el desafío de la mala suerte en un objeto, los hay malditos y ese era el doblón. Un besazo.

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    1. Me alegra que te haya gustado, Campi. Un fuerte abrazo y muchas gracias por tu amable comentario

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  4. Perfecta narración y un inesperado final, como colofón de este magnífico relato.
    A la playa siempre suelen llegar restos incontrolados.
    Besos.

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    1. Los objetos desechados se empeñan en volver cuando menos lo esperamos jeje. Un abrazo Juan. Muchas gracias por tu visita

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  5. Los objetos magicos tienen MENTE y saben cuidarse. Este doblon es cosa seria.

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    1. Imagino que el corsario quedaría pensando en como deshacerse definitivamente de él. Da para continuar la historia. Un abrazo José. Muchas gracias por la visita

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  6. Tremendo desenlace para esta historia de piratas! Sin duda la mala suerte le ha escogido a él y no quiere abandonarlo por una temporada! A ver pobre, que nuevas desventuras le esperan! Je, je! Un abrazote Neo!

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    1. Le será difícil sacudirse la mala fortuna! Jajaja. Gracias por leer con atención, Marife. Un abrazo

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  7. Me encantan las historias de piratas, así que tu historia me ha metido de lleno.

    Algunas maldiciones sólo pueden aceptarse y cruzar los dedos para que pasen de largo lo antes posible.

    Saludos

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    1. Anoto esa recomendación jeje. Gracias por pasar leer Beauséant. Un abrazo

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  8. EL doblón de ida y vuelta!!! A ver si me pasa lo mismo a mí cuando entrego un billete de 20 pavos en las tiendas. Pobre capitán. Besos y gracias por tu relato.

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    1. Si fuera un billete grande, por mí, que vuelva siempre! Jajaja. Gracias Santi por tu amable comentario. Un abrazo

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  9. El doblón sabía muy bien con quién quedarse, aunque tardara bastante en manifestárselo a su nuevo dueño. Has recreado perfectamente el ambiente en el barco y la narración está plena de atractivo y detalles muy bien expresados.
    Enhorabuena por tu aportación, Neo.
    Un abrazo.

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    1. Agradezco tu pormenorizado análisis, Marcos. Me alegra que te gustara. Un abrazo

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  10. Puede que el mal augurio lo tuviera alguien de su tripulación y el doblon inocuo le hubiera tomado cariño En todo caso formaron uña y carne Un abrazo

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    1. Ese sería un giro muy interesante para una saga, Rodolfo! Jeje un abrazo y muchas gracias por leer con atención

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  11. El doblón decidió que le gustaba el que menos lo quería... Muy buen relato.

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  12. O simplemente se ensañó con él para disfrutar con su mala fortuna jejeje. Pura maldad! Gracias por leer, chicos

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  13. La suerte iba con él, ojalá pasara eso en tierra firme

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    1. La mala suerte no quería abandonarlo, Tracy. En mar o en tierra, de él dependerá si logra sacudirse el mal augurio. Un abrazo

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  14. Que bien le queda a ese pirata el dicho de...Lo que es del cura va pa la iglesia...y bueno, yo creo que con no agarrarlo y pasar de largo...espero no me llegue a mi ese doblon ni aunque sea de oro....bss

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    1. Coincido. Lo que pasa es que a veces el miedo logra nublar la razón y no actuamos como debiéramos. Gracias por leer, Diva. Un abrazo

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  15. Cuánto hace que no disfrutaba "una de piratas" de tan impecable original mirada ..
    Abrazo hasta allá.

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    1. Me alegra que lo hayas disfrutado, Carlos. Muchísimas gracias por leer con atención. Un abrazo

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