Me sumo con este relato a la propuesta juevera de esta semana, intentando sumergirme en el especial universo nacido de la imaginación de nuestro amigo Demiurgo de Hurlingham. Les invito a leer todos los aportes, aquí.
Mi inspiración: El historietista
Gira y gira la cucharita formando
trazos con la espuma sobre el café que ya está frio. Mientras lo hace, su
mirada se pierde en la esquina que se abre hacia él por los dos ventanales que
enmarcan la vieja puerta del bar al que suele escaparse a esa hora, intentando
alejarse lo más posible del infortunio de trabajar en lo que no le gusta. No mira nada en especial, sólo se deja llevar
esperando algo que lo sumerja en la fantasía que a veces lo traga, como
fagocitándolo, hacia un mundo de ensueños en donde se siente verdaderamente vivo.
Es guionista e ilustrador -o
pretende serlo- y el trajinar de la vida real no le da tregua, arrinconándolo
en la obligación de no ser más que un empleaducho
del montón que dibuja y escribe por encargo sobreviviendo con lo justo. Pero
allí, en aquel mundo paralelo donde a veces cae sin proponérselo, el oscuro
historietista logra alcanzar niveles extraordinarios, pudiendo ser parte importante
de un universo de misterios e intrigas en donde la lucha por la vida suele
resolverse a golpes y conjuros. Entre oráculos, villanos enmascarados, heroínas
voluptuosas, monstruos varios y certeros trazos definitorios salidos de su
pincel, siente que la realidad virtual se transforma en algo palpable y
excitante.
Mientras Manolo va de acá para
allá llevando cafés con medialunas, el resignado historietista despunta el
vicio caricariturizando parroquianos: el gordito de lentes que se pierde entre
las hojas del periódico, el flaco canoso que no para de hablar por su celular
haciendo gestos ampulosos, la vistosa morocha que ensaya sus poses seductoras
aprovechando el espejo sobre el mostrador, el perpetuo gesto de asco de la
vieja sentada frente a su mesa… todos bosquejados dentro de la misma
servilleta.
De improviso, el sopor. Esa leve
ensoñación que llega como otras veces, sin que se sepa bien el por qué. Su
cabeza apenas recostada sobre la pared y los ojos entrecerrados, como
extasiados, mientras atraviesa el umbral de ese Plano Onírico donde siente que
encaja mucho mejor que aquí, donde debería pertenecer. Por fin, se siente
liberado. Ávido, mira su alrededor buscando provocar el acontecimiento. Se
concentra. Delinea mentalmente la silueta felina, el rostro seductor, los
labios húmedos… ¡La consigue! Duality avanza hacia él, decidida a celebrar el
reencuentro.
Hola.
ResponderEliminarTe felicito. En tu relato, presentás la realidad de muchos que tienen vocación por la historieta. Y no logran que sea su fuente de trabajo. O lo hacen en una forma que no les satisface, teniendo que trabajar por encargos, para ideas ajenas que no le gustan, que no les permiten ser creativos.
Me gusta la idea de El Historietita evadiéndose de la realidad, intentando hacerlo, mediante el dibujo. Por lo que el Mara Verso serían las personas que el dibuja, a través de su visión imaginativa.
Y al final, esa evasión se realiza, con un encuentro con su amada, la felina y muy libre Duality.
Gracias por sumarte. Un abrazo.
Me alegra que la historia logrará adaptarse a las características de tu personaje, Demi. No fue fácil para mí, tengo que decirlo. Pero por suerte logré ubicarme en la mente de este historietista que bien puedo imaginarme, ya que una de mis hijas es ilustradora, aunque no trabaja mucho de eso 😕. Te mando un abrazo
EliminarCuando la realidad no funciona demasiado, escapar a la virtual es una manera de conseguir esos propósitos que no se cumplen, aunque sea sólo por un momento.
ResponderEliminarMe ha gustado tu manera de enfocar el relato con todos esos personajes variopintos.
Abrazos, Mónica.
Te agradezco José Luis por leer con atención y comentar. No era fácil el reto, al menos para mí. Me alegra haber podido responder a la consigna de esta semana. Un abrazo
EliminarYo tambien he comenzado a dibujar a mi tigresa.... y hasta casi que de verdad quedo con garras que me aterrorizan un poco.
ResponderEliminarJa ja.
Fantastico relato del maraverso, que por cierto hace un tiempo no escucho mucho del Historietista, que es un personaje con una idea fascinante.
Aplausos
Me alegra y celebro tu comentario José. No se trataba de un relato como el usual, pero pude conseguir hilar algo y eso me deja satisfecha. Un abrazo y muchas gracias por leer
EliminarEs precioso, el "historietista" le has dado vida propia y cabemos casi todos, nos podemos identificar en alguno de sus personajes. Casi un cuento más que un relato, porque tiene metáfora. Un abrazo
ResponderEliminarMuchísimas gracias Ester por tu comentario. Me alegra que te haya gustado el relato. Reconozco que tenía cierta dificultad el reto para quienes no estamos demasiado empapados en la ficción del maraverso . Un abrazo
EliminarEl "historietista" has hecho un buen calco de él, además esa imagen en la cafetería mirando a un mundo irreal mientras el camarero va y viene es de las personas soñadoras, claro que a quien estaba esperando era nada más y nada menos que Duality , vamos como para no estar embobado ajaj. Muy bien, me gusto.
ResponderEliminarBesotes.
Celebro que te gustara Campi. No era un reto fácil, al menos para mí, pero me alegra haber podido aportar algo. Un abrazo y muchas gracias por leer
EliminarMe gusta como recreaste la mente del historietista y como este interactúa con sus personajes. ¡Qué bien sirve la creatividad para evadirse de la realidad cuando es algo necesario. Te felicito. Besotes.
ResponderEliminarTe agradezco mucho Myriam. Me alegra que te haya gustado la historia. Intenté imaginar su drama. Un abrazo y muchas gracias
EliminarMe ha encantado cómo has caracterizado a ese personaje, lo veo protagonista de un texto más extenso.
ResponderEliminarBesos.
Celebro que te gustara, Noelia. Creo que si, tiene sustento como para ser profundizado. Un abrazo y muchas gracias por
EliminarEs lo que hacemos más o menos cuando escribimos, ¿verdad? Apartarnos de la realidad para convertirnos en un personaje con alas de verdad en un mundo que imaginamos.
ResponderEliminarEs muy curiosa tu aportación, con esos personajes con los que yo, personalmente, casi siempre me pierdo :-()
Un beso enorme, Moni.
Me alegra que te gustara MAG (acá entre nos, también yo suelo perderme jeje) intenté bucear en la cabeza y los sentimientos de ese personaje que, imagino, bastante conflictuado y solitario, al menos, en el mundo real. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención
Eliminarhoy no has escrito, hoy has utilizado un pincel y lienzo y has plasmado todo tipo de entes del submundo abigarrando el espacio que ocupan en tu mente para deleite de los que hemos podido ver ese cuadro.¡ Un fenómeno !. Un abrazo
ResponderEliminarVaya! Qué generoso tu comentario, Rodolfo. No puedo menos que agradecerte tu énfasis y calificativos. Muchas gracias. Un fuerte abrazo
EliminarHas humanizado al historietista, como cualquiera de nuestro mundo: los del Universo Mara Verso, también sueñan y se sumergen en esos mundos imaginarios que se ven en las burbujas del café que se forman en la superficie de la taza, llevándonos a otros mundos posibles.
ResponderEliminarDe todos los personajes de Demi, tengo predilección por este.
A este personaje lo imagino bien humano, punto focal y origen de todo el resto de integrantes de ese maraverso que apenas alcanzó a vislumbrar. Muchas gracias por leer Tracy. Beso grande
EliminarHola, Mónica:
ResponderEliminarGran relato el que nos ofreces, me gusta sobre todo lo detallado en las descripciones.
“El Historietista” es el personaje del Maraverso que más asocio a El Demiurgo, por lo que su protagonismo me parece una muestra más de tu detallismo.
Un abrazo, Mónica.
Yo también lo siento más cercano a él. Me alegra y estimula tu comentario, Nino. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarQuién sabe si la realidad imaginada no es más real que la realidad vivida. Para el historietista está claro: el amor de su vida pertenece al mundo de los sueños.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que es cuestión de sintonía: si lo hacemos mejor con el mundo de fantasía, allí nos sentiremos más vivos. Un abrazo y muchas gracias por leer, José Antonio
Eliminar