Me sumo con este breve texto a la convocatoria juevera de esta semana. Para leer todos los relatos, pasar por el blog Lugar de Encuentro, de María José.
GRATITUD
Estaba el viejo amargado en un rincón
quejándose de todos los achaques con los que -decía- la vida se había empeñado
en castigarlo en sus últimos años. Otro viejo, más sabio y empático, quiso hallar
la forma de entusiasmarlo en alguna tarea que le cambiara la perspectiva frente
a lo inevitable y le sugirió llevar una libreta en donde cada tarde anotarían
juntos, luego de recordarlo lo más pormenorizadamente posible, alguna cosa
bella u amada por la que se mereciera dar gracias al destino. Al principio el
amargado se negó por considerarla una actividad estúpida e inútil, pero
después, ya que era poco lo que tenía por hacer entre comida y siesta, decidió dejarse
llevar por la nostalgia y logró rescatar del arcón de sus recuerdos más de una
historia bella que revivió en detalle mientras con dedicación iba anotando
primorosamente cada buen recuerdo que volvía a paladear. Tímidamente primero,
con más entusiasmo después, a medida que pasaban las tardes juntos ambos
viejos fueron enumerando una larga lista de hechos y sucesos vividos que consideraron
motivo más que suficiente para sentirse agradecidos luego de un largo trajinar.
De vez en cuando, echar la vista atrás y dar gracias por los instantes en los que fuimos felices no está mal. Sin olvidarse de vivir en el presente, claro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sin olvidar el hoy, por supuesto. Gracias por tu visita José Antonio. Un abrazo
EliminarEn cierta forma, ambos tenían razón.
ResponderEliminarUno de los dos logró que el otro mencionara aspectos positivos.
Y a la vez, todo eso positivo estaba en el pasado, no en su presente. Así podría quejarse de algo.
A veces, la realidad tiene matices. Puede ser vista de distintos modos.
Un abrazo.
Yo creo que al compartir generaron algo positivo también para el presente, Demiurgo, somos responsables en gran parte de los recuerdos que generamos. Un abrazo y muchas gracias por leer y comentar
EliminarQué hermoso -y constructivo- relato, Neo. Qué mejor manera de afrontar el riesgo de la melancolía en la ancianidad. ¿Acabarían escribiendo una novela? Soy partidario de recordar tanto lo positivo y grato de la vida como lo perjudicial y funesto, pues de unas y otras experiencias de efectos contrapuestos hemos aprendido. No hay que huir de pensar en el todo del pasado. Por supuesto, con mente analítica y con mirada reconfortante para conceder el justo valor a las cosas que fueron. El mero hecho de seguir -la ancianidad es un don, a pesar de las disfunciones y siempre que estas no condicionen en extremo- ya nos justifica.
ResponderEliminarEso es lo que creo, Fackel. Recuerdo charlas con mi papá, pasados sus 90, contaba sus recuerdos con nostalgia pero notaba siempre en él una sonrisa cuando lo hacía, antes de intercambiar reflexiones. Me alegra mucho que te haya gustado el relato. Muchas gracias por leer
EliminarUn precioso cuento, al final valorar la vida es agradecer.
ResponderEliminarBesitos.
Asi lo creo, Noelia. Me alegra que te gustara. Muchas gracias por leer. Un abrazo
EliminarSi es que al final todos tenemos nuestro arcón, alguno hoy rebuscará en el suyo, Y si tiene cerca al migo mejor. Un abrazo
ResponderEliminarEn eso está el secreto para hallar el sentido de las cosas. Muchas gracias por leer con atención Ester. Un fuerte abrazo
EliminarPues no espermos llegar a edad avanzada para recordar y agradecer lo bueno.
ResponderEliminarYa mismo comence el ejercicio,
en mi propia vida
Y vaya que hay varios momentos hermosos
de los cuales hay que estar agradecido.
Coincido, José. Creo que es la forma más sana de ir llevando la vida. Me alegra tu visita y comentario. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarCada madurez necesita un avance en la vida para cambiar y muchas veces, de forma radical. La vida que es cotidiana está llena de personas que buscan un cambio o un remedio a sus males. Unos le echan la culpa al destino o a lo sobrenatural; a los padres o donde nacieron incluso, a la mala suerte...Se forman una película que se creen como si fuera la verdad definitiva: Son hojas que se lleva el viento en un cambio cuando en su pensar y formación llegan a un avance palpable, siempre dicen donde dije digo, digo Diego. El ser humano tiene hambre de saber pero muchos estamos perdidos viviendo en una mentira...
ResponderEliminarUna escéptica forma de asumir la vida, pero si. A veces uno siente la convicción de confirmarlo. Un abrazo y muchas gracias por leer, Buscador
EliminarSuele suceder que no somos conscientes de los dones que recibimos de la vida a diario.
ResponderEliminarFue una idea mu saludable la de estos dos señores de llevar un registro, una forma de darse cuenta y tomar conciencia. El sólo hecho de respirar, ya es motivo de alegría y agradecimiento.
Besos, querida Mónica y Felices Pascuas.
Muy cierto y es común olvidar el valor de las cosas hasta que se las pierde. Me alegra que te gustara la historia. Un fuerte abrazo Myriam y felices pascuas para vos y familia
EliminarUn buen ejercicio este de anotar las cosas buenas, para cuando tengamos malos momentos, o incluso para la vejez poder leerlos, por si no fuéramos capaces entonces de recordarlos! Un abrazo Neo!
ResponderEliminarCreo que al menos tendremos la oportunidad de sentir que el tiempo invertido en vivir, ha sido valioso. Gracias por leer Marifé
EliminarDeberíamos pararnos más a menudo a reflexionar sobre todo por lo que debemos dar gracias. Ojalá lo hiciéramos. Gracias por participar. Un abrazo
ResponderEliminarConcuerdo. A veces las urgencias nos tapan lo importante. Fue un gusto participar. Un abrazo María José
EliminarEs que a veces parece que necesitamos un empujoncito y en este caso se lo dio un buen amigo. Bellísimo relato, besos.
ResponderEliminarMe alegra que te gustara moli. Un abrazo y muchas gracias por leer
EliminarAntes de hacer ese ejercicio hay que cambiar de actitud. A veces es ya tarde, pero si hay unas pocas que no, sin duda sería un logro. También hay que iniciar antes de que ataque Alzheimer, aunque es cierto que de lo bueno, los sesgados aún se acuerdan.
ResponderEliminarAbrazoo, Monica
Jaja siempre con tu ironía aportando reflexiones atinadas, Gabiliante. Me alegra tu visita. Un abrazo y muchas gracias por leer con detenimiento
Eliminarmiremos a nuestro alrededor miremos dentro y veremos "nuestra " obra, por que todo deja huella o cicatriz en nosotros. Vamos hipnotizados con el dia a dia y no paramos para ver que estamos, que somos y hacemos cosas buenas por lo que mucha gente siente que nos debe algo, o que hemos recibido tanto amor de ellos que parece que jamás podremos estar en paz Un abrazo
ResponderEliminarHay gente que siembra amor, casi sin darse cuenta... Y por eso vale el doble. Un abrazo y muchas gracias por leer Rodolfo
EliminarA veces perdemos demasiado tiempo quejándonos y no nos damos cuenta de las cosas que dejamos pasar.. conviene acumular buenos recuerdos para irlos desojando cuando llegué el invierno, como hacen los adorables ancianos de tu relato.
ResponderEliminarMuy cierto. Te agradezco por tu visita, Beauseant. Un abrazo y muchas gracias por leer
EliminarNo es mala idea la de la libreta... Muy entrañable, me encantó.
ResponderEliminarBss
Los buenos recuerdos son un tesoro. Me alegra que te gustara. Muchas gracias por leer. Un abrazo
EliminarEs un bello relato, pero que mucha gente lo hacemos, por ejemplo yo. La diferencia es que yo anoto con una frase escueta. y nos damos cuentas de la cantidad de cosas por las que tenemos que estar gradecidos a la vida.
ResponderEliminarSiempre te tuve como una persona inteligente y sensible. Ahora me lo confirmas, Tracy ☺️. Te mando un fuerte abrazo y mis mejores deseos para este domingo Pascual. Muchas gracias por leer
EliminarLos recuerdos son un buen refugio para los días complicados, a veces, solo con volver la vista, el día nos cambia.
ResponderEliminarAbrazo
Es cierto. Y cuando los podemos compartir, más. Un abrazo y muchas gracias por leer Mujer de Negro
EliminarCuando envejeces, el pasado te mantiene vivo, porque terminas olvidaddo lo que te esta atormentando en el presente.vuelves a ser niño.... y ese niño cargas con un pasado mas feliz que un presente, donde sabe que la muerte esta cerca.
ResponderEliminarImagino que el pasado resulta ser un consuelo ante lo inevitable, sí. Muchas gracias por leer Gustab. Un abrazo
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