Esta semana es Mag quien nos invita a escribir sobre ese "otro yo" que a veces aflora sorprendiendo nuestras vidas. Les dejo mi aporte y les invito a leer todos los textos participantes.
ALTER EGO
Cada día después de trabajar
sobreexigida en dos empleos distintos, agotada y cansada de aguantar maltratos
y exigencias varias, ella llega al fin a su
casa buscando distenderse un rato bajo la ducha caliente. Intentando
recuperar fuerzas mientras el agua gentil la recorre, una a una recuerda con
nitidez cada hostil circunstancia que ha debido enfrentar a lo largo de su penosa
jornada.
Mientras se seca con la toalla
gastada, cada uno de sus músculos le recuerda a través de su cansancio la
fatiga a la que fue expuesto. Frente al espejo de la resignación, contempla el
dibujo de sus arrugas, la profundidad de sus ojeras, la tristeza de su rostro,
el abandono de su cabellera. Acerca de improviso su cara ensimismada a la
inmediatez de su figura reflejada: hay algo distinto que cree ver en lo
profundo de su mirada y le llama la atención. La luz amarillenta que remarca la
sombra de sus pliegues le agrega dramatismo a la expresión que se descubre. De
repente su habitual reflejo parece ser otro hacia el que va mutando con miedo y
asombro. Aflora en aquellas pupilas algo cercano a la insania o la malicia.
Retrocede por instinto al descubrirlo.
No puede decir que todo es ajeno
en aquella que se asoma juzgándola con escarnio desde la superficie espejada.
Mucho de sí misma reconoce apenas fijar con atención la mirada. No niega que
siente cierta atracción por aquel personaje maquiavélico que la contempla con
gran sorna y le reprocha su pasividad ante el maltrato y el conformismo sin
queja. Con modo prepotente la tienta ahora para cambiar su actitud ante la
realidad aplastante a la que se somete cada día. Juega desde su reflejo con su
orgullo pisoteado y la desafía a soltar de una vez por todas a este “otro yo”
que mantiene desde siempre bajo cuatro llaves por temor a quebrar los mandatos debidos.
Habitualmente sometida, no sabe qué responder, cómo negarse ante los
contundentes argumentos que su intimidante reflejo le impone.
Con locos pensamientos dándole
vueltas en su cabeza, cena algo rápido y se va a dormir, mientras sigue
paladeando la idea de animarse por fin a frenar los abusos y el maltrato, las
malas maneras, la prepotencia de sus superiores… y esa posibilidad le hace
esbozar -con perfidia- una sonrisa.
A la mañana siguiente, con la
inquietante experiencia de la víspera ya olvidada, bebe su taza de café a las
apuradas, mientras se viste y prepara. Dispuesta a salir se detiene a
contemplarse por última vez frente al espejo del recibidor y ahí la ve:
nuevamente esa, que la asusta e insiste en no reconocer, la observa y la
interpela con la mirada. No puede disimular esta vez el rechazo y el miedo. Comprende
que nada puede hacer: hoy será la otra, la del reflejo, la que irá en su lugar
a trabajar sabiendo de antemano lo que a sus abusadores les espera.
Que bien lo has llevado como me has hecho sentir esa mutación de una persona débil y acobardada y poco a poco su reflejo en el espejo se ha ido convirtiendo en otra persona, la cual vengará de tanto maltrato sufrido .Muy bueno . Un besote grande.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado el relato Campirela. Siempre me alientan tus comentarios tan positivos. Muchísimas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarMe gusta como escribes
ResponderEliminarpude olvidar el pasado
hoy me siento renovada
no odio solamente amo
Te agradezco por pasar, leer y comentar, Mucha.
Eliminarel yin y el yang, cada uno de nosotros llevamos nuestro propio Caín aunque parezcamos Abel. Es la civilización y la sociedad la que reprime la parte negativa de nuestro ser, el castigo a la mala acción es la que nos reprime? Un abrazo
ResponderEliminarMuchas veces es el miedo al castigo el que nos reprime, o los filtros impuestos por la misma sociedad que nos contiene. Muy buena consideración en tu comentario, Rodolfo, como siempre. Un abrazo y muchas gracias por acompañarme
EliminarTodas las personas tenemos esa parte dispuesta a no dejarse pisotear y tu la has ido sacando, poco a poco,con maestría de tu personaje, hasta llegar a ser la otra, esa nueva personalidad que emerge para parar tanto abuso y maltrato.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Abrazos.
Te agradezco mucho por leer con atención y comentar con dedicación, José. Me alegra que te gustara. Un abrazo y muchas gracias
EliminarHa sido como ver en el espejo una metamorfosis, como si de repente Jekyll se convierte Hyde, y es que todos poseemos esa facultad de transformarnos cuando la intolerancia o el abuso nos someten a un elevado grado de dolor físico o mental.
ResponderEliminarComo siempre excelente estimada amiga.
Una abrazo.
Te agradezco por tu muy generoso comentario, Jorge. Me alegra y estimula. Un fuerte abrazo.
EliminarTal cual Maricarmen. Todos tenemos una parte de esos dos palpitante bajo nuestras máscaras esperando salir. Me alegra que te gustara el relato. Un abrazo y muchísimas gracias por pasar y leer con atención
ResponderEliminarProbablemente a muchas personas les ha pasado exactamente lo mismo: Las Jerarquias del trabajo industrial finalmente destruyen el potencial de los seres humanos. Esa destruccion ya viene gestandose en colegios, escuela y universidades.
ResponderEliminarCuando llega alguien al trabajo ya ha sido "ablandado"
Ahora bien si las empresas absorben lo mejor de la gente durante 2,3 o 4 decadas: reciben a alguien joven y terminan entregando un anciano desprovisto de esperanza.
La protagonista del relato esta renaciendo.... quiere poner fin a este mundo enfermo.
Simpatizo con ella
Una reflexión tan dura como cierta la que nos dejas, José. Todos, de alguna manera, quizás nos identificamos con ese otro yo que aflora en la protagonista, al menos en parte. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer con atención
EliminarUn relato muy triste.
ResponderEliminarLa dura realidad solamente la conocen los que la sufren.
Un tema que da mucho para reflexionar.
Mónica un abrazo. 💌
Así es Berta, triste y doloroso porque sabemos que hay muchas personas que así se sienten cada día, maltratadas y ninguneadas. Lamentablemente, después de las crisis, a veces aflora lo pero de nosotros. Un abrazo y muchas gracias por leer y compartir tu reflexión
EliminarEstoy con Rodolfo. Nos frena el miedo a las condecuencias. Hay que medir muy bien para soltar a la bestia. A veces dudamos hasta de su nuestra percepción es la correcta, si estamos tan mal como pensamos, cuando empezamos a comernos la cabeza y nos "subimos" , quizás torciendo la realidad. Si el abuso es muy flagrante, ya es distinto, y si las consecuencias son muy parecidas a lasituacion actual ,tampoco.
ResponderEliminarAbrazooo, Monica
Muy cierto Gabriel, la violencia desatada a raíz de las injusticias puede dañar tanto o más que lai justicia en sí, si no se la logra encausar. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer con detenimiento
EliminarSomos la cara y la cruz. Es extraño, y cuesta, conseguir la mejor versión de uno mismo.
ResponderEliminarBuen texto. Un abrazo
A veces transcurre toda una vida y no lo logramos, Albada. Muchas gracias por tus atinados comentarios. Un abrazo
EliminarSiempre es bueno ensayar ante el espejo quien debemos ser.
ResponderEliminarUn beso.
Qué buena reflexión, Pedro. Muchas gracias. Un abrazo
EliminarQue tiemblen los que tendrán que encontrarse con esa otra personalidad, que ha logrado surgir.
ResponderEliminarUn relato muy acorde a la convocatoria de Magade.
Un abrazo.
Seguro que no lo sacarán gratis. Muchas gracias Demiurgo. Qué tengas un buen fin de semana
EliminarPues me parece muy bien que finalmente sea la otra la que muestre esa rebeldia reprimida. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarMuchas gracias Moli. Me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarSacar a la luz a ese "otro yo" que esta sumergido y guardado en el inconsciente "bajo cuatro llaves” da miedo, es cierto. Lo ideal es hacerlo gradualmente para poder ir integrando en el yo por lo mebos algunos de sus aspectos. En el caso de tu personaje, que ha roto el dique de una, esa otra que llega al trabajo esta vez causará un tsunami. ¡Y sálvese quién pueda! ya quisiera ver las caras de espanto y horror de sus jefes y compañeros de trabajo.
ResponderEliminarBesotes, querida Mónica.
Jeje puedo imaginar las olas! Me alegra haber provocado tan buenas reflexiones a partir de mi texto ficcional, Myriam. Muchas gracias y un fuerte abrazo
EliminarHola, Moni.
ResponderEliminarTu texto me parece una revelación. No podemos dejar que nos pisen. Igual la imagen o las intenciones son antagónicas pero si anida en nosotros ese reflejo, en algún momento va a salir. No todo es controlable, no todo es voluntario.
No sé si pagará con la misma moneda pero sí está claro que tiene un as bajo la manga con el que va a sorprender, espero. Espero que no pueda el ser sumiso ante la vorágine de su reflejo.
Millones de gracias por sumarte a esta dinámica, Moni, de corazón.
Un beso enorme y nos vamos leyendo.
Es cierto Mag, hay mucho de revelación de sus derechos luego de ser maltratada y desde ese punto de vista, el lector se identifica con la protagonista aunque no se sepa muy bien qué es lo que va a hacer. Fue un placer poder sumarme a tu excelente propuesta. Muchas gracias por anfitrionarnos. Un abrazo
EliminarNada Mónica, que no das tregua a mi entusiasmo semana tras semana... :)
ResponderEliminar¡Excelente relato!
Y lo que me ha atrapado no es la idea en sí, sino el modo de contarla: esa detallada descripción que va poco a poco ahondándonos en la psicología del personaje; el desafío que siente al contemplar su otro yo; la cantidad de pequeños signos que colocas para que podamos identificarnos con el personaje y sentir hasta qué punto se ha dejado llevar por la injusticia hasta que su ser más profundo ha salido a la luz.
Me gusta también la visión externa del narrador que acentúa nuestro papel de expectadores: "Ella"... hace esto o aquello..
Bravo por tu escrito, y bravo por esa valiente que luchará por sí misma, porque se lo merece.
Un fuerte abrazo
No sabes cómo y cuánto me incentiva tus palabras Volarela, te las agradezco mucho. Un fuerte abrazo
EliminarTodo lo reprimido en algún momento estalla, siento angustia al leerte porque es tan real, personas que se autocontrolan por distintos motivos dejándose pisar.
ResponderEliminarSiendo controlable, no todo es controlable
Muy bueno, como siempre, Neo
Abrazo
Muy amable Mujer de Negro. Muchas gracias por pasar. Hasta cada rato.
EliminarLa mayoría de las veces, cuando nos mienten, podemos leerlo en los ojos, es por eso que mirarse a uno mismo de vez en cuando directamente a los ojos no es un acto narcisista, una se puede asomar al espejo del alma propia para conectar con el fondo de nuestra verdad. A veces, como le ocurre a la protagonista de tu relato, esa mirada nos asalta desde el fondo y nos puede resultar inquietante, amenazadora y destructiva sobre todo cuando por las circunstancias, el peso de la responsabilidad o lo que sea, parece que hemos perdido el timón de nuestras vidas. Sin embargo esa chispa de luz que nos parece locura es de lo más parecido a un acto de voluntad que se rebela si es necesario hasta contra nosotros mismos. Mónica, es un relato magnífico. Gracias pos hacernos ver, sentir y pensar. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy gentil tu comentario Esther. Lo agradezco de corazón. Muchas gracias por pasar y leer con detenimiento y comentar. Un abrazo
ResponderEliminarSiempre hay alguien más valiente, más decidido y más seguro dentro de nosotros. Hay que dejarlo salir alguna vez.
ResponderEliminarUn placer leerte
Besos
Qué buena reflexión, Charly. Muchas gracias por pasar y leer. un abrazo
EliminarTantas personas se podrían ver reflejadas en tu texto, Neo, cuando se llega agotada del trabajo por el abuso de la exigencia, y una se llega a sentir tan débil y sin fuerzas, pero siempre tenemos ese lado fuerte, que nos hace seguir, y luchar.
ResponderEliminarQué buen texto, como la misma vida real.
Un abrazo.
Me alegra que te pareciera bueno y real, María. Me alientan tus palabras. Un abrazo y muchas gracias
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