Sumándome a mi propia convocatoria:
EL SÍNDROME DE LA CABAÑA
En el interior de mi burbuja,
sigo en pie. Pese a todo. Después de todo. En soledad absoluta, aislado de lo
que fue, de lo que será o puede haber sobrevivido más allá del cristal que me
contiene.
El refugio que me acoge lo he
construido junto a un abismo, con una alta atalaya desde donde dominar los
confines de un horizonte al que le temo. No tengo idea si aún existe algo bueno
en lo que llamaba antes mundo exterior y hoy apenas reconozco como un mar de
sombras, un universo informe de mil enemigos que me acechan buscando despojarme
de lo poco que atesoro.
Diariamente, siguiendo mi rutina
de sobrevivencia, reviso mi cabaña buscando sellar cualquier fisura que pueda
aparecer en la frágil estructura en la que me aíslo. Temo que pueda escapar por
ella un sueño importante o entrar, en cambio, una duda insidiosa queriendo
infectarme. Los peligros son miles, y pocas mis reservas para enfrentarlos;
pero lo intento. Nadie puede decir que no lo intento. Mi vida es esto ahora, una
continua lucha por mantenerme a salvo de los peligros que otros llaman
normalidad y a mí me aterrorizan.
Es que ya nada reconozco de lo
que existe allá afuera. Me siento muy confundido. Aquí en lo alto, aislado de
todo, me he ocupado de resguardar sólo para mí contadas cosas, en medio de este
breve prado de ternuras recordadas mecidas por soplos de un viento que no
alcanzo a identificar, asido al único árbol por el que suelo trepar, soñado vislumbrar
el cielo desgastado de mi fe.
Justo antes del crepúsculo, en
ese preciso instante en que el sol parece diluirse en su sangre roja, alcanzo a
divisar entre las nubes la silueta de un ave que me sobrevuela, amenazante. Intuyo
que es la impiadosa locura que me roza. Es entonces cuando desesperado cierro
las puertas de mi cabaña sin hacer ruido, apago las luces y corro las cortinas
para que no me vea y piense que ya me he muerto. Intento -como puedo- engañarla.
Hasta ahora no lo consigo.
* Para leer todos los textos participantes, pasar por el post anterior.
El ritmo y el tema son impresionaste. Un texto de naúfrago en tierra, con toda la lucha en marcha.
ResponderEliminarImpactante. Un abrazo grande, anfitriona
Me honran tus palabras Albada. Muchísimas gracias. Un beso
Eliminar¡SENSACIONAL!
ResponderEliminarCreo que sobran más palabras.
Un abrazo :)
Ahh... Me pongo colorada! Muchas gracias Volarela. Me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarMadre mia, que escalofrío me recorre la espalada, el aislamiento voluntario con el miedo pegado en la piel, lo contrario de la razón. Un final genial. Abrazucos
ResponderEliminarMe alegra t estimula tu comentario Ester. Muchísimas gracias.
EliminarEs un texto donde el protagonista se aísla voluntariamente y es consecuente de su soledad y la admite. El mundo de antes ya no le interesa hasta tal puto que deja de reconocerlo , solo espera que crean que ya no esta aquí en la tierra y nadie le persiga. Creas un ambiente de intrigante. Un fuerte abrazo y muy feliz fin de semana.
ResponderEliminarMe inspiró esa imagen surrealista que representa en forma muy simbólica lo que ese trastorno significa. Me alegra que te gustara Campirela. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer con atención
EliminarHa de esconderse del mundo, y en su atalaya encuentra su salvación y su futuro aislado del peligro que encierra el mundo exterior. Se hace patente su angustia y su desconcierto. Un relato genial que no hace más que redundar en lo fácil que te resulta ser a la par que locuaz en los argumentos concisa en la posición de cada protagonista de tus historias.
ResponderEliminarMe encanta leerte.
Un abrazo y gracias por compartir tus letras.
Muchísimas gracias Jorge. Me siento halagada y estimulada por tus generosas palabras. Siempre es un placer recibirte
EliminarRizas el rizo de la imaginación en este impactante escrito. Está visto que de lo que no se podrá nunca aislar es del miedo a la muerte y tu lo muestras con una esquemática, pero brillante utilización de tu prosa.
ResponderEliminarBesos.
Muchas gracias Juan. No sabes cuánto me alegran tus palabras! Un fuerte abrazo
EliminarPlatón y su caverna de sombras en el anverso de tu relato. ël sombra proyectadas , tu personaje una burbuja de cristal que te perdíte contemplar un desolado paisaje sólo interrumpido por un ser necesario para la paz de su mente.
ResponderEliminarHa sido necesaria tanta prisión? el tiempo lo dirá, pero un año robado no hay quien lo revuelva. Un abrazo
Una pregunta que tiene tantas respuestas como afectados. Muchas gracias por tu constante compañía Rodolfo. Un fuerte abrazo
EliminarEstos lugares que nos protegen del mundo exterior parecen buenos y malos, nunca he sabido si la mente misma es en si una CABAÑA. Aqui nos muestras un poco a un sobreviviente de un desastre de marca mayor, no lo culpo de querer estar al margen de todo.
ResponderEliminarTe ha quedado una composicion magnifica
Muchísimas gracias José. Concuerdo en que la mente es capaz de construir las cárceles más terribles como también los refugios más Liberadores . Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
EliminarLeyendo tu excelente relato, pensaba que la sociedad en la que vivimos ( por el momento casi todo paralizado) ofrece tantas opciones para elegir, que muchas veces somos nosotros mismos los culpables de querer abarcar todo .
ResponderEliminarNos agobiamos, nos complicamos la vida...
La pandemia nos ha hecho reflexionar, y espero que hayamos aprendido a ser más selectivos con las prioridades...
Un abrazo y feliz fin de semana...🌺🌸
Buena reflexión, Berta. Me alegra que mi texto te lo haya sugerido un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
EliminarUn texto magistral que nos hace reflexionar.
ResponderEliminarPienso que si la pandemia ha tenido algo positivo es hacernos meter os no sólo en nuestras casas sino en nuestro interior y enfrantarnos con los miedos y todos los inquilinos que tenemos dentro.
Y e. Esa lucha hay que procurar ganar.
Un texto enriquecedor. Gracias.
Me gustó eso de los inquilinos interiores jeje... Da para escribir algo sustancioso 😉 muchas gracias por tu visita y comentario Tracy
EliminarInquietante como intrigante. ¿Qué le habrá pasado al personaje, que ha desarrollado tan extremo temor? Algo que es motivo de su encierro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Uno advierte que está encerrado cuando le falta el aire, pero no siempre comprende cómo, cuándo o por qué quedó atrapado. Gracias por la atenta lectura. Un abrazo
EliminarVive textualmente en una burbuja, puede tener miedo a salir de ella pero lo más probable es que se sienta cómodo en ella. Muy bueno Monica, besos.
ResponderEliminarMuchas gracias Moli. como dije más arriba en otro comentario, me inspiré en la imagen que tan bien acompaña el tema de la convocatoria. Un besito y gracias por pasar y leer
ResponderEliminarLe comentaba a Campi que creo que este sindrome no es uan enfermedad diagnosticable, sino un acostumbramiuento, pero tu personaje, tal como se expresa y describe sus sensaciones entra claramente en la paranoia (dijo el aprendiz de sicólogo jeje).
ResponderEliminarMe estoy dando cuenta, al hilo del texto de Montse, que me esta empezando a molestar el uso de la palabra "normalidad", odiosa de por sí antes de la pandemia, ha alcanzado cotas de "odiosidad" insospechadas con el virus, y no hablemos de su superlativo :nuevanormalidad.
besosss MÓNICA
Tal cual se me ocurre que cada quien se va acostumbrando a nuevas rutinas, nuevos miedos, nuevos imposiciones y responde en función de sus propias falencias y/o fortalezas. Siempre es un placer tenerte por aquí. Gabiliante. Muchas gracias
EliminarObviamente no es una crítica. Es una paranoia mia.
ResponderEliminar...Y abrazos
Se agradece otra vez tu visita 😉
EliminarCreo que la impiadosa locura hace tiempo que anido en la burbuja.
ResponderEliminarMe ha encantado, con tu permiso me quedo leyendo por aquí.
Un saludo.
Has sabido interpretarlo Ángel 😉. Me alegra recibirte y que te gustara. Muchas gracias. Un abrazo y buena semana!
EliminarHas descrito maravillosamente la locura y la lucha interior... Un disfrute de texto.
ResponderEliminarGracias por la convocatoria.
Bss
Me alegra que te gustara Sylvia. Muchas gracias por sumarte. Un abrazo
EliminarNo hay luz apagada ni cortina corrida que burle al miedo o a la locura. Intuyo que esa burbuja (muy bella según la describes) en la cual se ha recluido, acabará con el.
ResponderEliminarBss.
Creo también que su final está marcado en ese aislamiento. Gracias Mar por leer y participar. Un abrazo y buen fin de semana
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