Sumergiéndome en la propuesta que esta semana nos deja Myriam desde su blog (dar clic aquí para leer todos los textos participantes) opto por elegir la obra de Amparo Segarra, quien incursiona en el surrealismo feminista a partir de la técnica del collage. El título inverosímil que le he dado a mi texto surge, como verán, de la sumatoria caprichosa de sílabas de los conceptos en que me ha inspirado la obra.
REMANCO MUDO
Re(loj) man(dato) co(rsé) mu(jer) do(minada)
Tic tac, niña de cera
sigue marcando tu
paso
que se te pasa la
hora
y el gran señor se
impacienta
y no gusta retrasarse
ni soportarte en espera.
Tic tac, niña de encaje
la del corsé apretado
sigue tocando el
violín
mientras te dure la
cuerda
que para nada le
sirves
si se le apaga la
vela.
Tic tac, niña difusa
que acatas llevando
el ritmo
tal como te han
enseñado:
siempre obediente y sumisa
y respetando el
mandato
sin quejidos ni excusa.
Tic tac, niña
imprudente
es que tú sola no
puedes
andar de aquí para
allá
sin que alguien te
vigile
y que te diga qué
hacer,
y te proteja y te
guíe.
Tic tac, niña de
mimbre
que tienes débil la
flama
y no da para rabietas
ni para sueños absurdos
bajo el rígido ropaje
que te contiene y oprime.
Tic tac, niña de
nubes
que se te pasan los
años
y no te queda pabilo
debajo del maquillaje
con el que tapas tu
cara
para que el sol no te
espíe.
Tic tac, niña ya vieja
que más allá del
violín
o de encender el cerillo
el buen don no tiene ganas
de escuchar tus bobadas
mucho menos tus quejas.