Sumándome a mi propia propuesta (dar clic aquí para leer a tod@s l@s participantes), les dejo un relato que espero les guste:
El viejo automóvil estaba allí
desde que tenía memoria. Semi hundido en el fango del pantano cerca del camino
que iba a su casa. Se encontraba allí arrumbado, abandonado sin ser reclamado, macerado
por el escarnio de quienes aún recordaban la tragedia que lo había sepultado:
una pelea entre hermanos borrachos que culminó con la inexplicable muerte de
uno de ellos atrapado bajo el pesado capot.
Por haberlo visto desde siempre, aquel vejestorio no le resultaba intimidante. Más bien lo veía como una belleza oxidada recuerdo de otras épocas, dejado de lado por la desidia de quienes no apreciaban lo que en realidad era: un Buick Special modelo 53, una verdadera reliquia sobre ruedas esperando ser rescatada por un amante de los clásicos como él.
La fantasía de restaurarlo a nuevo fue ganando prioridad en su cabeza, al punto que en determinado momento se volvió una verdadera obsesión -hasta aquella parrilla grandilocuente se le antojaba simpática y atractiva-
Luego de un gran esfuerzo para remolcarlo fuera del suelo fangoso y del laborioso proceso de limpieza inicial, con gran entusiasmo se dedicó a desmontarlo pieza por pieza, rescatando lo que aún se hallaba en buenas condiciones y separando las muchos elementos inservibles que debía reemplazar. Cada billete que lograba ahorrar de su magro salario lo dedicaba a comprar algún repuesto original que ubicaba en algún galpón perdido en medio de la nada, o en remates especializados organizados por otros fanáticos de los fierros como él. Resignando tiempo y dinero de otras actividades que no fueran la laboriosa restauración, el joven se fue volviendo cada vez más huraño y reservado, llegando a ser aquel viejo Buick su principal preocupación, el único “amigo” con quien compartía sus horas de placer y entretenimiento.
Al fin el automóvil fue recuperando la pulida apariencia de sus años de gloria, tanto en su motor y en la lustrosa carrocería, como en su interior totalmente re tapizado. Su tan ansiado sueño de andar por los caminos con aquella belleza restaurada, al fin se concretaba.
Justo en el momento en el que la sólida varilla de sostén del capot se quebró en forma inexplicable, también lo hizo la espalda del avezado mecánico cuando la pesada tapa se cerró sobre él con un fuerte impacto.
jaja, que risa la cara del buick.
ResponderEliminarpensaba que se iba a convertir en algo parecido al coche, pero no, solo se iba a convertir en su almuerzo
Besosss Monica
Jeje. . Pura fantasia, obvio jaja 😂. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
EliminarJa, ja, ja… Es buenísimo. Un inesperado y “vengativo” final. Parece ser que no le gustó demasiado que interrumpieran su descanso…
ResponderEliminarY la imagen de la sonrisa, genial!😅
Un placer, Mónica.
Abrazo grande, y muy feliz noche 💙
Había resultado malvado el cochecito 😂 jaja. Me alegra que te gustara Ginebra, muchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarEse coche, pesadilla y obsesión del tipo se vengó. Hay cosa y personas así, a quien mejor les tratan, los devoran
ResponderEliminarUn abrazo amiga anfitriona. Un lujo leerte siempre
Valoró mucho tus comentarios sobre mus escritos Albada. Muchas gracias 😊
Eliminarno era un coche Era Cronos devorando a sus hijos. El sabor de la carne humana tanto le gustó al Buick que a la menor ocasión repitió su innato canibalismo .
ResponderEliminarTe has trabajado pero bien este relato, cosa normal en ti. Un abrazo
Me alegra que te gustara Rodolfo😊. Muchísimas gracias. Un abrazo
EliminarLa fantasía acumulada y plasmada en su adorado vehículo tuvo un final doblemente rompedor para el ilusionado personaje. De la fantasía y de su quebrada espalda. Ay, señor, yo sé lo que es quedar pillado momentáneamente por un capó, tuve la experiencia en un ocasión, afortunadamente sin consecuencias. Lo que hizo el protagonista de tu historia lo llaman ahora tunear, ¿no?
ResponderEliminarJaja no soy amante de los "fierros" (así se dice por acá) pero entiendo que "tunear" es la versión modificada personalizada -y no original- de un auto de colección. Me imagino lo doloroso que debe ser la experiencia de sentir un pesado calor sobre la espalda! (Vaya coincidencia!) Te agradezco por pasar y leer Fackel. Un abrazo
Eliminar*capot
EliminarMe ha gustado mucho y te cuento el porque ..a ver la historia es fantástica pero me ha recordao a un coche que tuvimos durante mucho tiempo y hasta le pusimos nombre." Morito" ay si hablara ese morito las cosas que contaria ,. cuando lo vendimos algo de mi se fue en él. A diferencia del tuyo este era bueno, el buick era malvado y vengativ . Un abrazo y un excelente fin de semana.
ResponderEliminarM8ra por dónde te traje recuerdos, Campi! me alegra que sean buenos😉. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
Eliminar*mira
EliminarJusta venganza. Es que ni a la vejez le dejan a uno tranquilo.
ResponderEliminarMe encanto el humor solapado de tu narración.
Un beso.
Me alegra que te haya gustado Juan. Siempre es bueno sembrar una sonrisa 😉. Gracias x pasar y leer. Un abrazo
EliminarLo has escrito tan bien detallado, que he visto todas las escenas.
ResponderEliminarLa escena final , es dramática, tan impactante que no sabía si llorar o reir.
En cualquier caso tengamos cuidado, no sabemos quien o qué nos está esperando para vengarse.
Un abrazo y feliz fin de semana.😘
A veces los objetos parecen ser malvados Berta! Parecen que se ensañan con nosotros jaja muchas gracias por pasar y leer con atención. Un abrazo
Eliminar¡Qué bueno! Te quedó un relato de suspenso fantástico. Nunca mejor dicho. Nunca me había puesto a pensar en la sonrisa del Buick. De ahora en más cuando vea un viejo Buick la recordaré.
ResponderEliminarBesos, querida Mónica, y gracias por tu anfitrionazgo está semana.
Te agradezco Myriam por tu buena onda y tu compañía. Un fuerte abrazo
Eliminarjajajajjaj
ResponderEliminarMuy bueno Moni!!
La sonrisa del auto hasta parece la del guasón, por la maldad y alegría que le dio.
Un abrazo :)
Tal cual! En la última foto (manipulada, obvio) quise expresar una sonrisa maléfica de ese tipo. Me alegra que te gustara Cecy. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
EliminarYo no le veo la fantasia, por ningún lado.Veo eso sí un castigo demasiado severo para un hombre al que le gustaban los viejos modelos, y empleaba su tiempo y su dinero y mucho esfuerzo para recuperar aquella reliquia.
ResponderEliminarCada cual lo vé a su manera. Espero que no te enfades conmigo Querida Neo. Un beso.
Jaja ni Montse! Cómo me voy a enojar¡ la fantasía también está en la ficción de un género que libremente puede mezclar humor con terror, como en este caso en que un objeto inanimado no sólo tiene voluntad, sino que además, la usa para el mal ¡😉 te agradezco la sinceridad y por haberte sumado
Eliminar¡Qué buen relato! y qué siniestro el cochecillo... Lo de sacarlo del agua, tras saber la verdad del ente de sarcástica sonrisa... ahora me impresiona.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Jaja me alegra que te haya gustado.. y hacerte impresionar, un gran logro¡😉 te agradezco por sumarte Volarela. Un abrazo
EliminarEl mundo esta lleno de objetos que nos parecen mal intencionados. Entre ellos los autos.
ResponderEliminarY lo peor de los autos es que tienen rostro, ojos, bocas, orejas y en este caso sonrisa.
Este Buick en particular ya se acostumbo al sabor de la carne humana.
El saber lo que le hizo a quien tanto lo amo, me helo la sangre.
Agradezco y valoro tu pormenorizado comentario José. Me alegra haberlo provocado con mis letras muchas gracias por pasar y leer. Buen fin de semana
EliminarP.d por cierto, pase por tu blog y lei La fuente de la juventud. No encontré cómo dejar comentario. Una narración estupenda, redonda y atrapabte. Me quedo suelto el detalle del feto humanoide en el lavabo. Tal vez me perdí el hilo. 😉
EliminarP.d.2 yo volvería a habilitar la opción de comentarios en tu blog. Si algún desubicado deja algo inapropiado, lo puedes quitar. O dejar. La mejor prueba de la estupidez es la evidencia 😉
EliminarUn inquietante punto de giro. Una fantasía de una fan de los autos resultó tener un elemento siniestro.
ResponderEliminarNe recuerda a Christine, una historia de Stephen King, con un auto terrorífico.
Bien contado.
Un abrazo.
Ni soy fan de los autos ni conozco a Christine jeje. Ya mismo voy a googlear a ver si hay coincidencia. Gracias x pasar y leer Demi. Un abrazo
EliminarEl protagonista era un fan de los autos, parecía haber cumplido su sueño. Pero no le fue bien. No tuvo tiempo ni de arrepentirse.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si ya averigüe la trama. Por suerte no sin tan similares 😉😁
EliminarJa ja ja sí que veo esa sonrisa pícara.
ResponderEliminarMe ha gustado tu fantasía y un buen tema.
Felicitaciones, Neo.
Besos.
Me alegra María! siempre es bueno despertar una sonrisa! Un fuerte abrazo y gracias por pasar, leer y participar.
ResponderEliminar=)
Un estupendo relato fantástico donde el metal cobra vida y sonríe maliciosamente.
ResponderEliminarMe encantó leerte...siempre logras sorprenderme.
Un abrazo.
Me alegra y me alienta Jorge 😉 un abrazo y gracias x pasar y leer
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