Esta semana, María José nos propone hablar de Dulces. Para leer todos los relatos, pasar por su Lugar de Encuentro.
DULCES TENTACIONES
Nunca he sido golosa, de
esas que sueñan porque sí con hincar el diente en algo dulce. Pero reconozco
que a veces las ganas me entran por los ojos.
En el arte de seducir tentando
las papilas, la maestría está en despertar la imaginación mostrando exuberancia,
profusión de colores, aromas y formas en elegante equilibrio. Lograr despertar el placer lujurioso -aún sin
que éste sea buscado- es un don, un juego de manipulación y promesas de sabores
conjugados en idílico regocijo.
Nadie va a regodearse en la
dulzura sólo por estricta necesidad, todo lo contrario, hay que saber insinuar
para despertar la tentación de probarlo. Hay que hacer volar la ilusión. Sugerir
excelencia. Despertar la gula. Romper las barreras entre lo aceptado y lo
prohibido.
La ingeniosa conjunción de texturas
y sabores es una virtud que pocos dominan, de ahí lo valioso de hallar la
fórmula para crear un clásico, un estilo reconocible que haga historia: los cannolis sicilianos, la ensaimada mallorquína, los chocolates
suizos, el dulce de leche argentino… hay que hacer mucho mérito para lograr
crear leyenda.
Otro punto a contemplar es el
clima. Amigos del norte ¡no saben cómo les envidio el frio de sus navidades! Ese
clima da pie para el desborde de dulces y cremas para celebrar estos eventos
especiales. Por aquí el calor (y créanme que a veces es agobiante) mata las
ganas de andar hundiendo los dedos entre golosinas de pastosa consistencia y
pegajosa relevancia. Por suerte están los helados, milagrosa exquisitez nunca
más valorada que en nuestras calurosas festividades. ¡Eso sí que no cansa!
Aunque si se cae en el exceso,
todo pierde su encanto y su sentido. También los dulces. Nadie ama lo
empalagoso. Eso mata la magia y el deseo. Se transforma en puro vicio y el
placer por el dulce pierde su esencia y su razón de ser. Se puede ser feliz
paladeando una golosina en ocasiones especiales pero se terminaría odiándola si
fuese ese mismo manjar el único alimento que debiéramos consumir por largo
tiempo.
Todo en su justa medida. Así,
además de la exquisita experiencia, disfrutamos el placer que produce el
desearla.
No hay como la estética, incluso en un pastelito o un bombón. Luego, la textura o el sabor o la combinación de mezclas, etc., pueden decepcionar. Yo prefiero sencillez pero contundencia en el alma de los dulces. No me atrapan tanto los colorines ni el envoltorio ni los pisos de que se puedan componer. Así que aunque la estética formal esté dirigida a atrapar al consumidor yo me reservo siempre la opinión hasta la cata. Me pregunto si los hombres y las mujeres miramos con los mismos ojos esos pecados tan elaborados o nos pasa como todo lo demás en la vida. Ay, lo demás. No fiarse de las aparentes dulzuras de los envoltorios de las personas.
ResponderEliminarjaja siempre agudo y observador Fackel, tanto como elegante y preciso en tus palabras! Gracias por pasar y leer. Un abrazo
ResponderEliminarLa Navidad con calor la imagino muy distinta a la de mi Botxito. Estoy de acuerdo en que con calor apetece menos comer dulces, aunque alguno...con lo golosa que soy jajajaj
ResponderEliminarCreo que este jueves solo con leeros voy a engordar.
Besos con cariño.
Jaja Lucía! Espero no haberte aportado más que algunos gramos 😁
EliminarHola Neo, fijate has dicho algo muy importante aquí nosotros estamos helados de frío y ustedes con buen tiempo eso ya de po sí hace que las Navidades sean diferentes, la comida tampoco apetece igual con calor o frío. Y estoy de acuerdo con los bombones esos que nos has dejado se puede jugar a seducir y muy bien ajja. Un besote grande con todo mi cariño.
ResponderEliminarSe agradece y te retribuyo buenos deseos y golosinas😊
EliminarAsí es Moni, el calor mata nuestras navidades, por suerte la salva los helados, ese magnifico invento que de solo escribirlo se me hace agua la boca jajja.
ResponderEliminarSoy adicta a los dulces, me encantan, y hace un rato le escribí a Campi, que envidio y me encantaría una navidad con frio, solo por poder todas esas cosas ricas que con 30 grados, no es lo mismo.
Y es muy cierto es una genialidad que cuando se descubre se hace historia, como los chocolates, o nuestro dulce de leche.
Un abrazo :)
Viste? No es lo mismo! En ese sentido ellos corren con mejor suerte 😉😁. Un beso Cecy y gracias x pasar y leer.
EliminarLa bondad de cualquier cosa entra por la vista, y qué bien defines la tentación en esa composición de formas y colores. Como soy muy golosa, me echaría de cabeza a tu bandeja, que lo sepas.
ResponderEliminarUn abrazo, y a por un día estupendo y dulce
Jaja así que los dulces son tu punto débil! Lo tendré en cuenta por si alguna vez llegamos a vernos en persona 😁 un abrazo y muchas gracias
Eliminartus ultimas frases pone el justo punto de lo que supone el disfrute que como dices, comienza entrando por los ojos y explota en nuestro paladar premiando con dulzura nuestros sentidos, pero no hay que dejarse llevar hasta el empalago.
ResponderEliminarCuando viajo hay varios ritos que repito en la ciudad que transito: visitar un mercado y ver pasar a sus habitantes mientras disgusto a ser posible sentado tomando un café con dulces locales
Un abrazo y si no tengo otra ocasión: Feliz Navidad, calurosa o fría
Te imagino observando y degustando Rodolfo 😊 te agradezco y reyribuyo tu saludo navideño. Un fuerte abrazo
EliminarComo yo coma mucho esta navidad voy a acabar cogiendo los kilo que no llegue hace unos meses jaja
ResponderEliminarojala hiciera algo de calorcito para navidad
saludos
Bienvenida Lua! Bien se dice que se desea lo que no tiene 😊. Esperemos que ni de frío ni de calor, estas fiestas no se pasen 😁 muchas gracias por pasar y leer
EliminarMe has hecho añorar algo que no he vivido: unas navidades en verano con calor y con helados. Besos.
ResponderEliminarJeje estamos a mano Moli! Conocer lo que se siente en una navidad blanca es algo que me encantaría alguna vez vivir 😁 un abrazo
EliminarLos dulces navideños no son buena compañía para tomarlos con altas temperaturas, por lo menos los que son típicos de navidades de clima frío. yo no los soportaría, aunque me imagino que es cosa de costumbre.
ResponderEliminarBesos
Pese a eso, por aquí se consumen frutos secos y turrones, budines y pan dulce, pese a las altas temperaturas. País de inmigrantes! 😊😉
EliminarNada mejor que un suculento postre, con fruta, crema y algo de canela.
ResponderEliminarSe me ha hecho agua la boca leyendote
Ja! Gran poder de sugestión el tuyo Hugo 😁 muchas gracias por pasar y leer. Un abrazo
EliminarHOLA GUAPA: a mi no me des las gracias por leerte, porque este es un placer que me reservo, para lso dias de fiesta, igual como un dulce, de los muchos que se han visto por los blogs de esta semana. Como siempre haS escrito un texto 10. Lo mejor que he leido.Con todo mi cariño y admiración. Besos!!!
ResponderEliminarUna vez más, en el camino está la felicidad, en ese deseo previo, en ese equilibrio previo a la degustación...en la eclosión y el deleite...
ResponderEliminarAgradezco tus amables palabras, Montse!. Me alegra que te gustara el texto. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarCoincidimos entonces, Max! Muchas gracias. Un abrazo
ResponderEliminarLos preliminares son siempre muy bienvenidos y a veces es mejor esperar para llegar al goce completo. Tu relato es muy dulce y embriagador, querida amiga. Gracias por participar. Feliz Navidad. Un beso muy fuerte.
ResponderEliminarFue un placer poder hacerlo María José. Me alegra que te gustara el relato. Un fuerte abrazo pre navideño 😊
Eliminar¿Seguro que estás hablando de dulces?
ResponderEliminarVuelvo y aprovecho para agradecerte de todo corazón tu regalo navideño.
Tan pronto como me lo baje lo pondré en mi blog.
Besos, felicitaciones y que todo siga bien.
Jeje siempre me gusta dejar abierta la puerta hacia dobles interpretaciones😊 me alegra que hayas pensado que pudiera haber una segunda lectura 😉. Un fuerte abrazo Juan y celebro que te hayan gustado las tarjetas.
EliminarLos helados son la repostería del verano por excelencia, sobretodo, los italianos. Así que no tengas nada que envidiar a la pastelería navideña del Norte.
ResponderEliminarBss.
Uno sueña. Tal vez algún día... 😂😉😙
EliminarTotalmente de acuerdo en que demasiado dulce empalaga. Como argentina también, te acompaño en el sentimiento de envidiar con cariño las frías navidades de los compañeros del norte. Las comidas que has mencionado de otros países no las he probado, pero ya me han dado ganas ya que son leyendas. Buen post. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarSe entiende que coincidamos, Cyn. Cualquiera que ha sufrido un 24 de diciembre de calor bochornoso sabe de qué hablamos! Jeje Esperemos que este año sea leve😊. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
EliminarCierto, todo lo que se consume en exceso acaba cansando. Yo recuerdo de niños, cuando escaseaba en casa de todo, un simple caramelo hacía babear a cualquier criatura (menos a mí) y era siempre un premio.
ResponderEliminarUn abrazo
Lo que cuesta o no sobreabunda se valora más. Me alegra que coincidamos Charo. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
EliminarPaso aceleradamente, con ánimo de desear que pases unas felices fiestas y que sigas por muchos años regalándonos tus maravillosas letras.
ResponderEliminarUn abrazo y cuídate.
Ahhh... Qué amable de tu parte Jorge! Espero que las circunstancias hagan posible el seguir disfrutando del mundo bloguero. Sobre la inspiración y el incentivo para escribir dependerá siempre no sólo de las musas, sino también de quien quiera pasar a leer 😊 muchísimas gracias x este detalle y te retribuyo los buenos deseos para estas fiestas.
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