Mi aporte juevero de esta semana.
RELOJES SIN TIEMPO
La reiteración del extraño sueño
lo perturbaba tanto como el sueño en sí. En aquella realidad onírica todos los
relojes carecían de agujas. Ninguno marcaba el transcurso del tiempo tal cual
resultaba ser su propósito y sin embargo, en aquel universo irreal, toda la
gente, menos él, lograban calmar su inquietud al momento de averiguar la
hora. Hombres y mujeres, jóvenes y
ancianos y aún los más pequeños niños lograban -ante su propia atónita mirada- comprender
con puntual corrección el momento del día en que se encontraban. Pero él no. No
sólo veía todos los relojes sin agujas, sino que nadie a quien le preguntaba la
hora le daba una respuesta precisa: -han pasado varias horas desde el mediodía-
le respondían algunos. -Ya no son las tres- Le respondían otros. -Aún falta
bastante para la medianoche- le respondían los más solícitos. A sus preguntas
directas, que cada vez sentía más desesperadas, la totalidad de aquellas
personas dominadoras del cronometraje evitaban responder de la forma
indubitable que él necesitaba escuchar. A medida que más insistencia ponía en
sus requisitorias, más imprecisas resultaban ser las esquivas respuestas obtenidas
y más angustiosa resultaba ser su situación en aquel mundo incomprensible que
su mente pergeñaba a la hora de lanzarse a soñar.
Invariablemente cada noche, luego
de sufrir la misma pesadilla, se despertaba agitado, angustiado y alterado,
afligido por la gran inquietud que sentía aún después de intentar racionalizar
que todo había sido un sueño y que nada de aquella irrealidad podría afectar la
solidez del tiempo y del espacio en que habitaba.
Un día impensado, después del
consabido mal sueño y la consiguiente agitación, sobrevino el mayor de los
desconciertos: apenas desperezarse, abrumado por las posibles interpretaciones
de aquel sueño persistente, se asomó al balcón buscando llenarse los pulmones
de aire fresco. Alcanzó a ver, espantado, el reloj del campanario de la iglesia
con la esfera en blanco -sin manecillas- al tiempo que un grito mudo se quedó
detenido para siempre en su garganta. Por alguna razón que no llegaba a
comprender el universo entero se estaba desmoronando y el poco hilo de cordura
que aún le quedaba terminó por disolverse junto con él.
….............................
Los pocos amigos que le
frecuentaban no entienden qué fue lo que pasó. Un hombre tan medido, tan
equilibrado como él había sido, un buen día -sin que nadie supiera cómo ni por
qué- simplemente decidió arrojarse por el balcón de su casa. Dicen que el
trastorno sobrevino justo cuando desarmaron el reloj de la torre de la iglesia
para repararlo. Vaya a saber por qué su cabecita loca no lo toleró e
impensadamente se desencadenó la tragedia.
Para leer todos los textos, pasar por la entrada anterior.
RECUERDEN ENVIARME SUS FOTOS PARA LA TARJETA NAVIDEÑA DE ESTE AÑO.
HAY TIEMPO HASTA EL 30 DE NOVIEMBRE.
ACOMPAÑEN JUNTO CON SU NOMBRE, EL LINK DE SU BLOG.
MI CORREO moni_fr_123@hotmail.com
Sueño recurrente y extraordinario, no sabría descifrarlo. Es una historia original, sorprendente con un final que deja más dudas que certezas. Podrías seguir la historia. Un abrazo
ResponderEliminarFue esa mi intención. Gracias Ester. Un fuerte abrazo
EliminarPesadillas que casi podría decirse que eran cual premonición de lo que estaba por llegar… Ese tiempo en blanco, sin agujas que girar, que lo esperaba inexorable en ese balcón.
ResponderEliminarMuy bueno, Mónica. Un final que te deja elucubrando…
Abrazos, y muy feliz noche 💙
Te agradezco mucho Ginebra. Me alegra que te gustara
EliminarUn fuerte abrazo
Hay sueños que cuando despertamos parecen reales . Tal fue el miedo de ver el reloj sin manillas que pensó que perdió la cabeza. Para que veas las cosas de la vida ...el adelantarse y no pensar un poco más.Un texto tremendo y tus finales son alucinantes. Un fuerte abrazo Neo. Feliz noche.
ResponderEliminarTe agradezco mucho tus palabras Campi. Un fuerte abrazo
EliminarQue hermoso relato. Me quito el sombrero, me ha gustado TODO, el mundo de los sueños es la fuente de todas las fantasias, y mas impacto literario si es asi de angustioso....
ResponderEliminary el final es legendario, pobre caballero.
excelente manera de narrar
Te agradezco mucho Hugo por pasar y leer con atención. Valoro tus palabras. Un abrazo y muchas gracias otra vez
EliminarMuy inquietante y bien descrito, ese sueño era preludio de un hecatombe, que sólo él podía entender. Una historia de pesadilla, y locura, muy buena
ResponderEliminarUn abrazo
Me estimulan tus palabras Albada. Muchísima gracias por pasar y leer con atención. Un fuerte abrazo
Eliminar¡Muy buen relato! Según me metía en su pesadilla, sentía un poco de inquietud. Lo has logrado contagiar. El final es redondo, completamente inesperado, Pobre, pobre hombre... Es un cuento que demuestra hasta que punto depende nuestra mente de la interpretación de la realidad.
ResponderEliminarGracias por la propuesta, por el esfuerzo, y por tu modélica aportación.
Un abrazo :)
Muy amable de tu parte Volarela. Me alegra que te haya gustado la propuesta y el relato. Un abrazo y muchas gracias por sumarte
EliminarComo siempre, no defraudas. Un relato inquietante con un final inesperado, pero lógico, en una narración perfecta.
ResponderEliminarGracias y un beso.
Siempre valoro mucho tus comentarios Juan. Te agradezco por tu atenta lectura. Un abrazo y muchas gracias
EliminarUn extraordinario relato, Mónica. Tenemos que tener la certeza que nos proporciona la medición del tiempo, eso nos proporciona estabilidad emocional. Todo medido, todo parametrizado, todo previsible y planificado.. Asi hemos construido los humanos nuestras vidas. Es más romántico lo otro, "Un rato antes de... " Un poco de tiempo después de...", cuando nos falta esa certeza podemos actuar como el protagonista de tu historia, quitándonos una vida que sin esos anclajes, sin esos puntos de sujeción hacen que nuestro Universo se tambalee.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me alegra que te haya gustado el relato Pepe y te agradezco el puntilloso análisis. Un fuerte abrazo y gracias por sumarte
ResponderEliminarPesadillas e influencias extrañas del tiempo y sus medidas.
ResponderEliminarBuen relato de intriga y suspense.
Un pacer leerte
Beso
Muchas gracias por pasar y leer, Charly. Un abrazo
ResponderEliminarHola, Moni.
ResponderEliminarhace mucho tiempo que no paso a leerte pues ya sabes, ando ausente, pero he querido acercarme a leerte un poco y dejarte mi saludo.
Como siempre, tu texto no deja indiferente, y hace reflexionar. Te felicito.
Un beso y nos vamos leyendo.
Cuídate mucho.
Me alegra tenerte por acá Mag! Te agradezco por pasar y leer. Un fuerte abrazo
EliminarMe gustó que tiene dos finales, ingenioso. Pero prefiero quedarme con el primero, le da mas intriga al desenlace me parece. Muy bueno y elegiste el reloj como referencia. Deberías contar lo que eligió cada uno en tu propuesta (no me hagas caso ja). Saludos.
ResponderEliminarEn realidad no intentaron ser dos finales sino dos ángulos de visión sobre un mismo hecho: el suicidio. Para el protagonista, el universo colapsaba, para los que lo conocieron, no le encontraban explicación a semejante desenlace. En fin, gracias x pasar y leer JLO
EliminarPobre hombre, que desesperación había en su vida, sin respuestas precisas halladas.
ResponderEliminarQuizás fuera algo puntilloso y no puso no controlar el orden de las horas.
Buenísimo relato Moni !!!
Un abracito :)
Te agradezco mucho Cecy! Me alegra que te gustara el relato. Un fuerte abrazo 😊😚
EliminarMagnífico relato. Tan redondo en su estructura y final como la esfera del reloj del campanario. Una idea tan original como inquietante, y hasta el propio final es tan genial y perturbador que me quedé largo tiempo releyendo tus letras...hasta que de me percaté que a mí reloj de muñeca se le habían caído las manecillas y cerré el portátil de inmediato.
ResponderEliminarAhora que he regresado...te digo que fue, Genial...un placer disfrutar con tu talento narrativo.
Un abrazo y cuídate.
Agradezco mucho tu generosidad Jorge. Un placer recibirte siempre x aquí.😊
Eliminar¡Qué pesadilla! Se me puso la piel de gallina.
ResponderEliminarTremendamente angustiante para tu personaje
y entendible que no pudiera soportarlo y se quebrara.
Besos y mil gracia spor anfitrionarnos y con tanto éxito.
Todavía estoy leyendo relatos y comentando a los compañeros.
Te agradezco por tu constante acompañamiento Myriam. Siempre atenta y entusiasta. Muchísimas gracias, y si, por suerte la convocatoria ha sido muy numerosa 😁 un fuerte abrazo
Eliminar¡La pesadilla mejor contada que he leído nunca! Y qué recurrentes las respuestas evasivas de los demás cuando contestaban sobre la hora que sería... Tu magnífico relato me parece una metáfora sobre la premura del tiempo, el tiempo que estamos perdiendo y que se nos escapa de las manos por las eternas prisas. Gracias por compartirla. Un beso
ResponderEliminarTe agradezco tu detallado análisis Dorotea! Me alegra que te gustara. Un fuerte abrazo y gracias por pasar y leer con atención
EliminarUn relato perfectamente creíble, esos sueños repetitivos pueden procurar trastornos que no siempre son fáciles de salvar.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato.
Besos
Muchísimas gracias Tracy. Me alegra que te gustara el relato. Un abrazo
EliminarEsa necesidad de certeza y de control, a mi que me encanta ir sin relog ni hora, son los días más felices...Ahora que comprendo el desconcierto de tu protagonista. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarEl clásico recurso de la equivocación trágica. La imaginación puede ser un inconveniente, en algunas ocasiones.
ResponderEliminarUn buen relato para tu jueves.
Un abrazo.
Jamás uso reloj, una costumbre que me hace sentir más liberada. Gracias Molí por leer con atención y comentar. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarMuy bien resumido, Demiurgo: equivocación trágica!. Es cierto que es un recurso recurrente, pero todavía surte efecto jeje. Un abrazo y muchas gracias por tu constante compañía en cada una de mis convocatorias. Faltaría que te sumaras a la de la tarjeta navideña... veremos! jejeje
ResponderEliminarEl reloj sin agujas, sin tiempo, sin medidas, pero con pesadillas como en la misma vida.
ResponderEliminarUn placer leerte, Neo.
Felicitaciones por el éxito de tu convocatoria, un placer ha sido acompañarte una vez más.
Un millón de besos.
Muchísimas gracias María por sumarte. Me alegra que te gustara el relato. Un abrazo
ResponderEliminarQue casualidad más desafortunada! Lo suficiente para quedar desconcertado entre los sueños recurrentes y la realidad, tanto que el pobre hombre acabo suicidándose.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato, Mónica.
Bss.
Te agradezco mucho Mar, me alegra que te haya gustado. Un fuerte abrazo y gracias por sumarte.
ResponderEliminarEs ese tipo de pesadilla recurrente que nos despiertan con un sudor frío. Muy bien narrado
ResponderEliminarUn abrazo
Tal cual. Y nos dejan inquietud aún después de intentar procesarlas con racionalidad. Te agradezco por leer y comentar Albada. Un abrazo
Eliminarimpensable un tiempo sin tiempo. Hasta A. Einstein se habría sucidado sin esa parte de toda ecuación que se precie
ResponderEliminarSerá un invento humano el tiempo, qué sólo apreciamos los racionales, pero algo tendríamos que inventar para marcar las diferencias entre día y noche invierno y verano.
Personalmente vivo con relojes casi en cada pieza de mi casa. Cumplen su misión.
Un placer leerte una vez más
PD Ya te envié mi foto más actual
En cambio yo no soy de muchos relojes. Jamás uno de pulsera! Pero creo que sería angustiante una situación como la del personaje. Me alegra que te gustara el relato Rodolfo. Muchas gracias. Ya recibí ti foto. Gracias¡
EliminarMuy interesante y que deja puertas abiertas.Me ha gustado la narración que has realizado
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Víctor. Me alegra que te gustara. Un abrazo y gracias por sumarte.
ResponderEliminar