Esta semana a raíz de la propuesta de Molí, quien nos invita a hacer una reseña de un libro que nos haya gustado (y como las reseñas tradicionales no son lo mío) me he escapado por la tangente y en lugar de eso, me he decantado por una ficción que se emparenta con el tema sólo en el nombre, jaja. Y encima, he rebalsado -lejos- el tope de las 350 palabras sugeridas así que me disculpo doblemente y por supuesto no pretendo ser agregada a la lista porque EN NADA me he ajustado a la consigna. Sepan disculpar!
Igualmente dejo el enlace para el blog de Inma y los invito a leer a los compañeros que sí han sabido responder a la propuesta de este jueves.
=)
LA RESEÑA
Una revista especializada le
había encargado una reseña literaria. Se trataba de un libro antiguo y raro. De
un autor del que no había escuchado demasiado y cuyo título no le despertaba ningún atractivo. Pero necesitaba el dinero y sin demasiado entusiasmo terminó aceptando
el encargo.
Cuando recibió el ejemplar en
cuestión, estuvo a punto de reconsiderar la oferta: a primera vista nada en él
le despertaba interés como para atraerlo
hacia sus páginas lo suficientemente motivado como para disfrutar de su lectura.
Anteponiendo su profesionalismo por delante de sus gustos personales, decidió,
al fin de cuentas, cumplir con los editores que en él habían confiado. Luego de
un frugal almuerzo, se obligó a sentarse en su sillón preferido intentando
despojarse de la mala predisposición inicial y lanzándose, resignado, a la lectura de aquel libro ignoto.
Leyó los primeros capítulos de un
tirón avanzando por aquel sendero de
palabras sin intuir muy bien hacia dónde se dirigía la trama, y ese hecho, en
sí mismo, resultó ser aliciente como para seguir pensando en lo leído mientras
se dejaba llevar por la duermevela que solía vencerlo a esa hora de la tarde. El
sueño que lo atrapó fue profundo y guiado por las impresiones surgidas de
la previa lectura: de la mano de un personaje perfectamente delineado sin
necesidad de obvias descripciones, el durmiente logró recorrer en detalle la casona en que transcurriera una infancia
marcada por el abandono. Tristes recuerdos enunciados a modo de disculpas iban
mostrando cómo -una personalidad de por sí bastante compleja- fue transformándose
en una oscura sombra que apenas se reconocía como ser humano. La empatía hacia
el personaje principal pronto envolvió
al durmiente haciéndole confundir con su soledad. Sus propios borbotones de llanto
lo hicieron despertar sobresaltado.
El desvelado reseñador decidió
continuar con la lectura aprovechando que había logrado semejante sincronía con
el protagonista. Esta vez con decidido interés, se sumergió en la narración que, inesperadamente, giró hacia una
temática épica que lo descolocó hasta pensar que se había equivocado de libro. Primero
en un paisaje desolado, luego, en una jungla poblada de criaturas fantásticas.
La dinámica de los acontecimientos relatados logró enganchar al asombrado reseñador haciéndolo palpitar con cada nuevo
encuentro que aquel personaje alcanzaba en lo que parecía ser el cenit de la
historia.
Nuevamente el sueño venció al ávido lector absorbiéndolo en los ecos de aquella narrativa inusual. Se sintió irrefrenablemente arrastrado hacia aquellos mundos recién leídos, logrando observarlos sin esfuerzo desde el mismo punto de vista del multifacético protagonista. La emoción desbordante se manifestó en bruscos movimientos que le hicieron caer de su cama. Se despertó en el suelo, agitado y sudoroso pero sumamente satisfecho, sintiendo que había logrado salir airoso de increíbles aventuras.
Así, tendido sobre la alfombra,
comprendió que aquel extraño libro no era uno más de los que suelen salir de
imprenta. Algo en él lo hacía irresistible
y como tal, comenzó a valorarlo.
Sin más dilaciones intentó
retomar la historia en donde la había dejado, pero un nuevo detalle
extraordinario volvió a descolocarlo: según recordaba el volumen no superaba
los diez capítulos, pero luego de haber leído no menos de cinco, aún seguían
pendientes más de ocho. Pensó, como es lógico, que se habría equivocado en su
estimación y renovadamente entusiasmado se
precipitó otra vez en aquellas páginas que tanto prometían.
El tramo que se iniciaba logró captar su atención haciendo que sus
pensamientos se hilvanaran sin esfuerzo con las reflexiones que el personaje
principal dejara brotar con elegancia e ingenio a medida que iba resolviendo
curiosos enigmas y planteos filosóficos. Cuestiones que él mismo siempre había intuido y jamás se alcanzó a
explicar, desplegaban sus
afirmaciones en aquellas páginas increíbles abriéndole a su intelecto numerosas
aristas jamás imaginadas. El asombro fue dando paso a una indefinible
satisfacción intelectual que lo dejó anonadado. El sorprendente libro en
cuestión parecía sobrepasar todas sus expectativas, cosa que pronto debería
intentar volcar resumidamente en su reseña.
A medida que avanzaba en la
lectura, más diverso y sorprendente resultaba ser el contenido de aquel texto
que no lograba catalogar ni analizar racionalmente. En forma paralela, mientras
más leía, más páginas sin explorar surgían inexplicablemente esperando ser engullidas apasionadamente por quien a
estas alturas se había transformado en verdadero fanático incondicional que
sólo pensaba en seguir leyendo, sintiéndose cada vez más íntimamente
identificado con aquel personaje que había logrado atraparlo con múltiples artilugios.
Varias semanas después, alertada
por la gente de la revista que le había encargado el trabajo, la hermana del crítico
arribó al departamento del susodicho, cerrado desde adentro y sin señal alguna
de su propietario más allá de las infructuosas notas aisladas que dejara antes
de desaparecer absorbido por aquel
libro desgastado del que nunca alcanzó a hacer una reseña.
Onirismo en estado puro. Me ha encantado cómo planteas el poder de atracción d ese libro extraño, que el reseñador emprende a leer por una recompensa. Es realmente atrapado, en cada sueño que le provoca.
ResponderEliminarEl final es espectacular. Un abrazo
Te agradezco Albada no sólo por leer un texto bastante más extenso de lo recomendado para una entrada de blog, sino por hacerlo con interés y buena disposición. Un fuerte abrazo y muchas gracias
EliminarPero sin ajustarte nos has ajustado la forma de ver un libro, no se me ha hecho largo porque he disfrutado cada párrafo de tu historia. Un abrazo
ResponderEliminarMe alegra entonces, Ester. Celebró que no te haya resultado pesada su lectura. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer con atención
EliminarGracias por "irte por la tangente".
ResponderEliminarHas conseguido imbuirme en esa "atracción fatal" que tiene la lectura que es capaz de hacerte soñar.
Besos.
Jeje a veces no se logra conseguir responder a la consigna y hay que recurrir al ingenio 😁 me alegra que te gustara. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención
EliminarA veces suele ocurrir que comenzamos la lectura de un libro y no, nos engancha solo hay que tener paciencia y seguir unas cuantas páginas más para descubrir una verdadera novela. En esa reseña del protagonista parece que le ocurrió algo parecido y al final es para volverse loco, pero segura estoy que descubrió un gran libro . Muy buena relato Neo. Un besote grande.
ResponderEliminarMuy amable y generoso tu comentario Campi. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer pese a la extensión.
EliminarBuenísimo, querida Mónica. Creo que has conseguido en nosotros casi lo mismo que le sucede al crítico; tu relato nos ha absorbido y nos ha mantenido en un estado casi sobrenatural… Al menos a mí.
ResponderEliminarMi más sincera ovación.
Gracias!
Abrazos enormes, y muy feliz finde 💙
Jeje muchas gracias Ginebra! Me halagan tus palabras 😁 un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
Eliminar¡jajajaja deglutido por un libro!.
ResponderEliminarGenial.
Besotes
😁😁muchas gracias! Me alegra que te divirtiera Myriam
EliminarMagnifico el relato, un libro que iba creciendo creo que a medida que se comía al reseñador.
ResponderEliminarMuy ingenioso Moni.
Un abrazo :)
Jeje gracias Cecy... a veces las musas corren para donde se les ocurre! 😁 un besote
EliminarExcelente relato. Me gusta la manera en que responde al reto, conozco muchos personajes a los que les pasa eso mismo, terminan siendo engullidos por una tarea imposible de realizar. Felicitaciones tienes el don de pintar mundos paralelos, de traerlos a esta realidad.
ResponderEliminarTe agradezco mucho tu comentario Hugo. Me alegras que pasaras a leer mis cosas, desde ya, bienvenido. Un abrazo
ResponderEliminarno se que decir...si el lector incansable atrapado en un suplicio de Tántalo o el libro que martirizaba a quien se atreva a leer sus páginas, el caso es que he termine ido angustiado y antes de leer un libro antiguo me lo pensaría.
ResponderEliminarjaja Rodolfo! nada más alejado de mi intención que desalentar la lectura! jajajaa... la inspiración salió para ese costado esta vez =D. Muchas gracias por pasar y leer. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarHola Neo: Un poco exagerada tu salida de tangente. No conozco de nadie que se lo haya engullido un libro; Que haya entrado en él, hasta el punto de olvidarse de hacer al comída. E incluso de pasarsele la hora de comer,tqmbién. Pero de aqui a lo otro, hay una gran diferencia. aún tratandose de un libro de ciencia ficción. Un beso.
ResponderEliminarDisculpa Neo:No pienses que me he escondido detras de un anónimo. pero era la foRma de enviarte el comentario MONTSE.
ResponderEliminarHola monte! jaja claro que no podrías conocer a nadie que haya pasado lo del relato! jajaj...de otro modo no sería ficción!
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por pasar y aclarar tu anónimo. Ya me estaba intrigado quién eras
=)
Montse quise poner 😁
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