SUSPIROS EN BLANCO Y NEGRO (mi segundo aporte)
El sopor de la siesta brota
como vaho marchito
desde el piso ardiente
de baldosas grises.
Entre algunos trozos
delicada brizna, nace
a modo de promesa fresca:
un cierto suspiro verde
que se asoma ileso,
abriéndose paso
entre los restos tristes
de otro tiempo añejo.
Entreabriendo los ojos
me mira el minino,
me estudia, me giña,
me intuye sumisa
y en paz me contempla,
quizás me adivina
cargada de penas
y viejos recuerdos,
portando suspiros
que aún laten tiernos
trayendo nostalgias
de otra siesta agreste.
(para leer todos los textos participantes, dar clic aquí)
Que listo es ese minino, son animales muy intuitivos ellos ven esa tristeza de su dueño y con esos ojos miran fijamente como para decirte ..aquí estoy yo ..acariciame y las penas las veras de otro modo ..muy lindo los dos poemas ..Gracias preciosa muakiss.
ResponderEliminarTe agradezco nuevamente por tu doble lectura y comentario. Otro abrazo
EliminarLos suspiros no se pueden disimular y menos al gatito que conocedor de su ama se fija en todo, leerte también arranca un suspiro. Yo también lo he disfrutado dos veces y las dos por igual me han gustado. Un abrazo y una sonrisa
ResponderEliminarMuchísimas gracias Ester, me alegra que te gustaran los dos textos. Un fuerte abrazo y muchas gracias
EliminarQué inteligentes son los mininos..los suspiros son obvios incluso para ellos...porque salen de muy dentro...
ResponderEliminarUn beso
Perciben todo, seguro. Gracias x pasar y leer. Otro abrazo
EliminarRezuma nostalgia de la que ya no duele. Me ha encantado
ResponderEliminarUn abrazo y a por este día
Me gusta eso de «nostalgia que ya no duele» muchas gracias por pasar y leer Albada. Un fuerte abrazo
EliminarAsí hace mi gato,me mira e intuye, son muy listos.
ResponderEliminarMuy bonitos versos susurrados.
Besos.
Son muy sensibles. Muchas gracias María. Un fuerte abrazo
EliminarPrecioso poema, así es también mi gata, me estudia con la mirada.
ResponderEliminarTe sigo, saludos.
Bienvenida Patricia. Me alegra que te gustara. Muchas gracias x leer y comentar.
EliminarNo sé qué tiene la mirada de los gatos que siempre evocan algo. Además, cuando te miran como este que parece que te están escudriñando desde el alma, no es raro que te la roben y te motiven sentimientos contravenidos.
ResponderEliminarUn beso enorme, Moni.
Suscribo, Mag! Muchas gracias por pasar y leer 😎🖒
EliminarLas siestas, sobretodo cálidas, son muy propicias para evocaciones de todo tipo.
ResponderEliminarBesos
Me alegra que coincidamos en reconocer esa particular sensación. Un abrazo y Muchas gracias Tracy
EliminarPrecioso poema, lleno de sentimientos dulces.
ResponderEliminarUn saludo
Muchas gracias Leonor. un abrazo
ResponderEliminarEl minino está mejor que quiere y a mí me encantan esas siestas en las que abres los ojos sonnolienta para volver a cerralos y perdeter en los brazos de Morfeo mientras las crudas horas del calor se mitigan. Por aquí ya estamos entrando en esa fase. Un beso
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado y que tengan cálidas tardes de siestas para disfrutar por allí. Un abrazo
EliminarLa foto del minino es para nota (a punto estuve e elegirla para este jueves), y acompañada de tus palabras, me lleva a recordar una foto que yo tambien tengo de una minina. La tomé una tarde de verano, rendida en una hamaca al sofocante calor de julio.
ResponderEliminarBss,
Muy gratas coincidencias, Mar! Te agradezco tus palabras. Un beso
EliminarY es que los gatos son los mayores captadores de nuestro estado, si lo sabré yo que tengo tres...Es precioso, el escrito. Besos.
ResponderEliminarMe alegra que te gustara. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención
EliminarMientras te leía, veía a mi gato, todo blanco él, durmiendo en la misma posición, y con la misma expresión... adoro a los felinos.
ResponderEliminarUn beso.
Jeje por los comentarios de quienes leen, los gatos vienen siendo muy queridos😁🖒😄
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