Esta semana Tracy nos conduce con una muy original propuesta: imaginar que vamos a publicar un libro cuyo tema debe abarcar algún aspecto del período de confinamiento, por lo que debemos acompañar el relato con una imagen adecuada a modo de tapa, una sinopsis, una dedicatoria y un prólogo (aportado por otro participante juevero). Para leer todos los relatos, pasar por su blog.
TÍTULO: REENCUENTRO EN CUARENTENA
ILUSTRACIÓN DE TAPA
(imagen sacada de la red)
DEDICATORIA: a todos quienes hemos debido confinarnos a causa de esta desgraciada circunstancia
PRÓLOGO ( a cargo de Tracy) Interesante la positividad plasmada respecto a la cuarentena, resaltando lo que tiene de bueno en cuanto a la capacidad de cambiarnos, de reencontrarnos con nosotros mismos, conociéndonos mejor.
Eso es lo que le ocurre al protagonista de esta historia.
Eso es lo que le ocurre al protagonista de esta historia.
CONTENIDO
Fue un hecho meramente casual que
el día que decretaron la cuarentena obligatoria se encontrara allí en el pueblo,
en la casa que por más de cuatro generaciones perteneciera a su familia y que él
decidiera vaciar y vender luego que su prima Adela, última ocupante de la casa,
falleciera sin descendencia y lo nombrara como único heredero.
La tranquila vida de pueblo le
resultaba totalmente ajena a su acostumbrada realidad, tan activa y agitada como
contrastable con la que debería llevar allí, en aquel solitario caserío en
medio de la nada comunicado con el exterior tan sólo con línea telefónica, sin
internet ni whatsapp, por lo que las horas de encierro impuesto se le
presentaban tan vacías como atemorizantes. No sólo ya no conocía a nadie, sino
que tampoco le hacía feliz tener que enfrentar los oscuros recuerdos de una
infancia allí transcurrida que, con los años, se había disipado en su memoria
como algo bastante gris y monótono.
Los primeros días que debió
transitar en aquella soledad y lejanía los ocupó recorriendo los rincones de la
ruinosa casona, calculando la inversión que debería hacer para transformar
aquellas ruinas en algo medianamente interesante para un eventual comprador. Sin buscarlos, los recuerdos olvidados fueron
asaltándolo de improviso, haciéndolo sonreír y llorar a partir de un pequeño
detalle reencontrado en el rellano de la escalera, en alguna moldura del yeso
descascarado del comedor o en las volutas caprichosas de las mayólicas del
zaguán. Los retratos de sus antepasados, enmarcados con vetusta elegancia,
parecían querer evocarle destellos de lo que alguna vez ellos vivieron y aún deseaban
compartir. Pese a la soledad y a los años transcurridos, comprobó que parte de
lo que allí pasó, de la gente que allí vivió, aún se mantenía latente entre
aquellos muros y desecharlo sin misericordia resultaría ser una afrenta a sus historias.
A medida que transcurrían los
días sin más preocupación que intentar subsistir con el mínimo e indispensable
contacto humano, su sensibilidad para con el resto de los habitantes del
pueblo, paradójicamente, se fue agudizando al punto de lograr entenderlos sin
necesidad de mediar demasiadas palabras ni acercarse. Desde la ventana lograba
discernir sus estados de ánimo, sus inquietudes y sus penas con tanta precisión
como a la vez fue descubriendo el paisaje inmenso que lo rodeaba: las montañas,
los campos sembrados, los árboles de la plaza, el rústico empedrado enmarcando
los muros blancos. Todo fue cobrando un gesto de belleza y poesía que
anteriormente no había logrado descubrir.
Como todo en la vida, la
cuarentena llegó a su final. Ese día, hubo fiesta en el pueblo, las luces
poblaron la plaza y la gente se animó a celebrar hasta con besos y abrazos. Lejos
de lo que al inicio del retiro él pudo haber pensado, la experiencia no sólo no
le fue traumática sino que además, fue reparadora: logró reconciliarse con su
pasado y sus historias, reubicó al fin sus prioridades y decidió no
desprenderse de la casa. Resolvió en cambio aportar a la vitalidad del pequeño
pueblo instalando en la propiedad un hospedaje, tan cálido y acogedor como
descubrió que podían ser nuevamente su
corazón y sus recuerdos.
El estar a solas en aquella casa de sus antepasados y confinado le dio tiempo a pensar y sopesar todo lo que podía llegar a sentir y así fue como ese tiempo fue para él suficiente para cambiar el chip y retomar ese cariño por un hogar casi olvidado ..Me gusto la manera de enfocar la historia un después de la cuarentena ..
ResponderEliminarUn abrazo y muy feliz semana.
Me alegra que te gustara. Muchas gracias Campirela. Un abrazo y que te sea leve lo que nos queda de la cuarentena 😃
EliminarMuy interesante la positividad que has plasmado en tus palabras respecto a la cuarentena, todos nos quejamos de ella y tú has sabido ver lo que pienso que tiene de bueno y es la capacidad de cambiarnos, después de reencontrarnos con uno mismo , pienso que para mejor .
ResponderEliminarEso es lo que le ha ocurrido al protagonista de tu historia.
Te agradezco tu aportación y que hayas querido pasar la fiesta del libro en este jueves que he dirigido con más miedo que vergüenza.
Un beso enorme.
Fue un placer participar con algo positivo, Tracy. Me tomo la libertad de agregar tus palabras a modo de prólogo. un abrazo y muchas gracias por todo
ResponderEliminarAl final resultó esa cuarentena inpuesta en un excelente tiempo para la introspección y los recuerdis. Fue un volver a conectarse consigo mismo.
ResponderEliminarQue bueno que el oeotagonista decidiera no cender esa casa cob tanta historia.
Besotes, Mónica.
Aprender a sacar algo bueno de una situación que inicialmente resulta negativa. Ahí está la clave. Muchas gracias Myriam. Un fuerte abrazo
EliminarSi es que no hay mal que por bien no venga. Me ha encantado porque partes de una situación de desesperanza y nerviosismo del tipo y lo acabas llevando por los senderos de los recuerdos y a la observación haciendo que se reconcilie con el pasado. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo y a por este día, con ganitas
Me alegra que te gustara Albada. Te agradezco por pasar y leer con atención. Un fuerte abrazo
Eliminarhubo un programa en España sobre los años 70 más o menos, que se titulaba " conozca a sus vecinos", hoy esas personas que aplauden junto a ti a las 20,00 horas, puntualmente, solos mismos que después de decenas de vivir en comunidad, te cruzas en el garaje y te saludas preguntando por los niños. hay otros vecinos que apenas conoces por no coincidir.
ResponderEliminarSi si que se aprende, y te da tiempo de analizarte y analizar el por qué de este confinamient
Es una forma positiva de intentar pasar lo que, de otra forma, odria ser muy traumático. Un fuerte abrazo Rodolfo y muchas gracias por pasar y leer con atención
EliminarMe ha encantado tu relato. Está muy bién escrito. Cuando se escucha al corazón y los recuerdos afloran, puede surgir algo maravilloso como es el caso del protagonista, Sentir el peso de la historia de su familia y la ternura de sus recuerdos además de comprender a la gente del pueblo, hizo que ralentizara su vida frenética y tomar una decisión acertada.
ResponderEliminarUn saludo amiga
Agradezco muchp tus palabras Buscador. Me alegra que te gustara el relato. Un Abrazo
EliminarQue esperanzador relato, está visto que un cambio (obligatorio) puede acelerar otros cambios elegidos. Pasamos por la vida siguiendo nuestras rutinas, cuando nos detenemos nos descubrimos y descubrimos un mundo tan desconocido como maravilloso. Abrazucos
ResponderEliminarMuchísimas gracias Ester por este cálido comentario. Me alegra que te gustara. Un fuerte abrazo
EliminarNada mejor, que tener tiempo para fijarnos en aquello que, de otra manera y en otra situación, pasaría desapercibido.
ResponderEliminarY una casa donde se habitó nuestra juventud, seguro que tendrá muchas cosas que decirnos, si nos paramos a escucharla.
Me ha encantado tu entrada, para esa dificil y novedosa propuesta de Tracy para este jueves.
Besos.
Te agradezco Juan por tu pormenorizada reflexión. Un fuerte abrazo
EliminarNeo muchas gracias por elegir mi comentario para tu Prólogo, de verdad es que lo considero un honor para mí.
ResponderEliminarUn abrazo lindo como el arte que nos regalas siempre.
Al contrario... el honor es mío. 😊😚😁
EliminarRealmente, una clausura como esta bien nos ha servido o nos debe de servir para algo más que lamentarnos. es una lección de supervivencia. Conocernos a nosotros y aprender a conocer a los demás, valorar lo que tenemos y lo que podemos perder.
ResponderEliminarEs bella la historia y con un rico interior.
Un beso enorme.
Muchas gracias Mag, me alegra que te gustara el relato. Un abrazo y muchas gracias por por tu visita.
EliminarMe hace recordar la frase (en los últimos años la he usado bastante seguido) que "no hay mal que por bien no venga". Él se reconcilió con el pasado y, así, encontró la mejor forma de construir un futuro.
ResponderEliminarUn beso.
Hay que ser positivo en nuestra manera de enfrentar la vida y en el caso del protagonista, le sirvió como reconciliación con su historia. Muchas gracias x tu amable comentario Alma. Un abrazo
EliminarEs lo bueno que tiene, que cuando llegue al final, nos reencontraremos con nuestros seres queridos y amigos, y sobre todo, el habernos reencontrado con nosotros mismos.
ResponderEliminarMe ha encantado tu libro, Neo.
Un beso enorme.
Te agradezco mucho por tus palabras María. Un fuerte abrazo y Esperemos pase pronto todo esto
EliminarYo me hospedaría en aquella casita con tanta historia, sin lugar a duda ;)
ResponderEliminarUn besazo, Neo, y a seguir con el confinamiento de buen ánimo
Muchas gracias Dafne. Igualmente, te mando un fuerte abrazo
EliminarDice el refrán "no hay mal que por bien no venga" y bien cierto que es en la historia que nos dejas. A veces no resulta fácil apreciar la belleza de lo sencillo, lo cotidiano; pero estar tanto tiempo en soledad, le ha servido a tu protagonista para darse cuenta del valor de las cosas. Bella historia, Mónica.
ResponderEliminarBss.
Me alegra que te gustara Mar. Muchas gracias y un fuerte abrazo
EliminarQué bonito,,, transmite calma en esta vorágine de noticias y reproches. Ojalá todo el mundo pudiera volver a ese instinto de lo básico de reencontrarse consigo mismo.
ResponderEliminarBss
Ojalá fuera así. No creo que la realidad sea tan idílica, pero, bueno, hay que intentar el siempre el lado positivo. Muchas gracias x pasar y leer
EliminarMuy esperanzador. Podría convertirse en el guión para una película o documental. Creo que sería muy interesante ver algo así, con personajes secundarios del pueblo llevando sus vidas a través de lo que el protagonista ve por esa ventana. Sería conmovedor.
ResponderEliminarBuen post. Un abrazo virtual.
Muchas gracias x pasar y leer Cyn. Buen fin de semana
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