Mi aporte juevero:
UN PERSONAJE
(en realidad, dos)
Un oficial retirado y una dama aristocrática
UN LUGAR
Un club de campo
UN CONFLICTO
Una venganza
La lujosa sala de estar del famoso Norton House Country Club amaneció plagada de oficiales
de policía escudriñando todos los rincones. No era para menos, el prestigioso
Lord William Hammington, militar retirado, multimillonario y mujeriego empedernido había sido encontrado muerto – presuntamente
envenenado- en uno de los mullidos sillones junto al fuego
del gran hogar, sosteniendo aún la copa de exclusivo brandy que se había hecho
servir la noche anterior luego de la cena. Su otrora fino rostro de galán
experimentado lucía ahora como el de un tosco cerdo inflado: la boca
entreabierta y babeante inmortalizaba para la posteridad una cruenta mueca de
espanto, o tal vez… de obligado arrepentimiento.
El resto de los aristócratas reunidos allí ese fin de semana miraban,
desde la salita contigua y sin disimulo, la espantosa imagen del difunto
reflejada sobre la luna del espejo. Con más rencor que pena cada quien repasaba
en su mente los últimos momentos compartidos con el occiso. No pocos habían
sido humillados por su desconsiderado proceder a la hora de hacer negocios o disputar
honras femeninas. Casi todos tenían algún asunto turbio ventajosamente atado a
aquel cadáver, por lo que en cada rostro se advertían más gestos de alivio que
de pena. El detective a cargo de la investigación conducía con habilidad los
concienzudos interrogatorios, considerando exhaustivamente cada detalle equívoco
que pudiese advertir. A simple vista, dos de los invitados parecían tener
coartadas muy endebles, por lo que fue en ellos en quienes -desde un comienzo-
puso mayor atención.
Afortunadamente, y tal como lo había supuesto, entre todos los presentes
ella resultaba ser la menos sospechosa. Solterona de alcurnia muy venida a
menos luego de una insulsa juventud, se encontraba alojada en el Country Club a
causa de un inoportuno desperfecto mecánico en su automóvil, coincidiendo con Lord
Hammington y el resto de los invitados por puro capricho del destino. Ese mismo
e impiadoso destino que cuarenta años atrás hiciera que un seductor y
aristocrático joven capitán pisoteara su inocencia sin piedad ni remordimiento,
condenando su virtud a la peor de las vergüenzas: un desconsiderado olvido.
Más relatos, en el post anterior.
Vaya noble venganza, y que muy bien merecida. Tu protagonista no pudo escoger mejor oportunidad para hacer justicia con sus propias manos. Un relato claro, sencillo y directo, me encanto!.
ResponderEliminarSaluditos
Te agradezco por pasar y dejar tu comentario, Yessy, me alegra que lo encontraras claro y directo. Un abrazo
EliminarBien dicen que la venganza se sirve en plato frío ..y ella esperó 40 años para culminarla y de una manera nada sospechosa ..
ResponderEliminarUn relato con tintes de novela negra ..
Un fuerte abrazo Neo muakk.
Muchísimas gracias Campi, me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarBien dicen que la venganza es un plato que se sirve frio.
ResponderEliminarBurnísimo tu relato: Interesante y con un muy buen ritmo narrativo.
Besotes
Te agradezco, Myriam, por tus palabras en relación a mi relato. Me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarAh, te aclaro que no había leido los comentarios anteriores.
ResponderEliminarMás besos
La venganza es plato que se sirve frío, y es verdad, aquí cuarenta años. Muy bien llevada ala historia, en un ritmo más agradable. Hay difuntos, envenenados o muertos de muerte natural que dan más alivio que pena, como tu militar retirado.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz viernes
Muchísimas gracias Albada por pasar y leer. Un abrazo
EliminarCuarenta años despues, el destino puso las casualidades para el reencuentro inesperado entre dama y galán. Y, en bandeja de plata, la venganza. Muy bueno, Mónica.
ResponderEliminarBss.
Se agradece, Mar. Me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarUn relato que podía haber empezado Agatha Christie y bien podría haber terminado Pardo Bazán.
ResponderEliminarEnhorabuena, amiga.
Besos.
Te agradezco los elogios Juan. Muchas gracias por pasar y leer. Fuerte abrazo
EliminarMuchísimas gracias Evan, me alegra que te gustara. Un abrazo
ResponderEliminarEsas son las ventajas de la discreción!, nadie se enteró de lo vivido años atrás y nadie sospecha ahora de ella. Una fibra de pasión y cálculo para alguien tan insulso!..Jajaj!
ResponderEliminarMuy buen relato Mónica, me gusta el clima que le diste, siempre se cuenta con la indiferencia de la clase alta!
Me gustó! Besitos
Jeje, muy atinafa tu interpretación de la especulación de la protagonista, Ceci. Me alegra y estimula que te haya gustado. Un abrazo y gracias x pasar y leer
EliminarAtinada, quise poner :-)
EliminarMuy bien logrado ese nudo y desenlace, la menos sospechosa era la asesina, y es que ya lo dicen: Lo que das recogerás, y en este caso había dado poco.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Carmen por pasar, leer y comentar. Me alegra que te gustara. Un abrazo
EliminarUna venganza que llegó por casualidad, como azar o destino. Por esa razón, nadie sospechará de ella. Bien contado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Demi, te agradezco el comentario. Un abrazo
EliminarAl final hubo venganza después de tantos años.
ResponderEliminarGenial tu relato juevero, me gustó el ambiente como una novela de ficción, muy bien narrada.
Un placer leerte, Neo y enhorabuena por haber sido la anfitriona esta semana.
Besos enormes.
Agradezco tus palabras, Maria, fue un gusto poder conducir otro encuentro juevero, que, por suerte fue excusa para textos bien diversos. Gracias x participar. Un abrazo
EliminarExcelente: tiene todo lo que tiene que tener y más: talento!!! Un fuerte abrazo geminiano, en nuestro mes!!!
ResponderEliminarGracias, comoañera! Celebremos nuestro mes que siempre viene bien!! Muchas gracias y un beso grande, bien geminiano
EliminarExcelente relato, me ha gustado muchísimo gracias al blog por publicar éstas grandiosas historias.
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