ECLIPSE
Eclipsada la realidad
por el deseo inaudito
de ver lo que se ansía,
aún a costa de enloquecer
por negar neciamente
lo inocultable,
quien apuesta a creer
ciegamente en otro
-como acto de fe-
corre el riesgo grave
de ver que todo,
llegando al fin, se derrumba.
Y en esa inevitable caída
junto con lo que antes alzó
ilusamente como fe,
caerá sin duda, también
el sentido de su vida.
Más palabras eclipsadas en lo de Sindel
Palabras que justamente hoy me identifican, a veces el eclipse de la inocencia o la credulidad no nos dejan ver la realidad, que inminente llega a iluminarnos la vista, dolerá, pero es lo mejor que nos pueda pasar. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarUn texto que refleja fielmente la realidad de las cosas. Intenso, para pensar un buen rato. ABrazos y besos.
ResponderEliminarY cuanto duele descubrir la realidad, luego se pasa y bendecimos la caída del telón. Un abrazo grandote
ResponderEliminarMuy cierto, no se puede creer en otro de forma ciega. El otro es, como cada uno de nosotros, ilun ser humano falible.
ResponderEliminarBesos
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ResponderEliminarEs verdad..no niego que algo lleva de razón este escrito...es mas, la realidad muchas veces lo certifica, pero...no se que es mejor...si dudar siempre de lo que dicen o al menos guardar algo de recelo, o, creer y pensar que las personas que están contigo son buenas...que sinsabor debe ser no poder creer ciegamente en alguien..mas si lo amas...un texto que sin duda pone a pensar..besoss
ResponderEliminarSomos ciegos por naturaleza, hacia lo evidente, pero no queremos verlo. Creo que es algo así como que no creemos que sea verdad. Y con esto conseguimos engañarnos a nosotros mismos.
ResponderEliminarUn beso enorme y feliz martes.
Poema lacerante, pero tan real como en la vida ocurre. Nos eclipsamos anteponiendo nuestros deseos y un golpe de realidad nos devuelve a nuestro verdadera existencia.
ResponderEliminarUn beso.
Por eso hay que creer en los demás, pero siempre con mesura. No es que venga muy a cuento, pero es lo que hace el Ayuntamiento de Madrid, no le da el nombre de una calle a nadie en vida, por aquello de que no haya que arrepentirse...
ResponderEliminarAbrazos, querida Mónica.
A veces nos cegamos de tal manera que somos incapaces de ver la realidad de las cosas.
ResponderEliminarMe gustó por dónde llevaste el tema del eclipse.
Un besazo.
Es triste pensar que suceda así, aunque lo hayas dicho muy bonito.
ResponderEliminarPor eso mismo hay que sostenerse siempre en uno mismo...
ResponderEliminarBesos.
Los "actos de fe" nos vuelven ciegos muchas veces.
ResponderEliminarPero si no creyéramos en algo, en alguien... o en nosotros mismos...
Aunque a veces nos eclipsemos... sabemos que no es para siempre.
Un beso enorme.
no hay peor ciego que el que no quiere ver... lamentablemente... cada uno de nosotros es ciego, sordo y mudo a su manera... cada uno de nosotros arrastra sus propias cadenas... y somos capaces de ver, desde muy lejos, la paja en el ojo ajeno, más no la viga que tenemos atravesada, y que nos condena... bonito verso, me ha encantado...
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