Bendita la gente que ríe
por la calle
sin aparente razón
ni filtro ni temor
por lo que podamos pensar los
demás
obnubilados siempre
en nuestras propias
contradicciones.
Ellos nos tienden
-sin que lo sepan-
inesperadas muestras de esa
felicidad
que por voluble
acaba a veces por
hacernos pensar
que se encapricha
cuando se burla
esquivando nuestros
corazones.
Gracias, yo soy de las que sonríe siempre, mis pensamientos vuelan hasta una nube divertida, un recuerdo feliz, el saludo de un vecino caballeroso, la ultima broma que le gasté a mi hija... sonrío. Un abrazo contento
ResponderEliminarBienvenidos los que hacen sentir mejor a los demás.
ResponderEliminarAlgunos pueden ser lo que describís.
Un abrazo.
Sí, también yo río por la calle al soñar tal vez, o al recordar algo divertido.
ResponderEliminarNo hace falta nada ni nadie para sonreír. Se sonríe porque sí, en cualquier lugar, en cualquier momento.
Abrazos Maria del Carmen.
No hay que juzgar a nadie por que se ria por que la felicidad esta en ser uno mismo en cada lugar.
ResponderEliminarBesos
Me encanta la gente que va por la vida con una sonrisa... yo lo hago... es una forma de decir "podré hasta con esto!".
ResponderEliminarUn beso Mónica.
Es una gran verdad. ¿Y qué hay de quienes hablan con sus bebés, incluso con sus perros, con tanto cariño que nos rompen los barrotes del estrés?
ResponderEliminarHas captado muy bien el instante.
Un abrazo.
Yo siempre voy obnubilada en mis propias contradicciones como dices en el poema pero está muy bien que la gente sonría, transmite buenas vibraciones. Intentaré hacerlo a partir de ahora.
ResponderEliminarUn beso