Esta semana nos conduce Cass para que nos atrevamos a cruzar por ese arco de colores.
Sé que la frontera entre el aquí
y el más allá está delimitado por un paso, un umbral sutil tan imposible de
palpar o atrapar como lo es la luz de un arco iris. ¿Que cómo lo sé, te
preguntarás? Porque sí, porque lo intuyo. Respondo yo como único argumento. Y es
que, entiendo, no es un lugar ni un tiempo ni un espacio, es más bien una nueva
dimensión, un estado de SER, diferente a todo lo que de este lado antes hemos
podido conocer.
Aunque no podamos comprobar
nunca, desde aquí, si es que en verdad existe esa otra realidad, la idea de asumir
que hacia allí inevitablemente vamos, nos intimida… porque sobre todo tememos
lo que nos es desconocido.
Que la tristeza o el miedo no nos
ganen esa partida: no es ese arco, ese umbral, el que marca el punto final del
trayecto, es tan solo la apertura por la que obligatoriamente debemos transitar
para transformar nuestro estado de conciencia.
P.D
Les recuerdo que hasta el 30 espero sus fotos para confeccionar la tarjeta navideña
P.D
Les recuerdo que hasta el 30 espero sus fotos para confeccionar la tarjeta navideña
Algunas culturas arias, lo llaman " Tannhäuser"
ResponderEliminary ese punto viene escrito por el monólogo del replicante: «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais, naves de ataque en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad, cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.»
PD: Mi envío para tu tarjeta ya esta en camino Gracias :-)
Hola Neo: sin sabar lo que habias escrito tu, casi hemos coincidido. Me alegro,porque considerándote como una excelente bloguera,me veo un poquito mejor.
ResponderEliminarUn abrazo y toda mi admiracón.
Que nuestra mirada interior este llena de colores y nadie ni nada nos la ennegrezca, quedémonos aquí, desde la realidad y si queremos ir al más allá sea para soñar sin miedos.
ResponderEliminarMuy linda tu aportación en el relato juevero.
Un beso dulce de seda, Neo.
Tanto coincido contigo, que fueron en esa frecuencia escribí las palabras para tu papá en su blog.
ResponderEliminarSí, creo en ello y tus letras me abrazan, me cobijan y me dan esperanza.
Gracias Mónics, por visitar mi balcón este jueves, siempre me aporta positividad tu presencia.
besos (dobles, claro)
Hay un detrás del arco iris, hay un después, lo imaginamos perfecto y prometedor, es la manera que tenemos de seguir estando aquí. Un abrazo y un aplauso por tu relato
ResponderEliminarMe encanto la claridad y sencillez con la que expresaste tu visión de ese tema tan difícil del más allá...Hago mío tu post, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo de luz y mi cariño.
M.Jesús
Buen texto y buena descripción del paso.
ResponderEliminarBss.
Hace poco escuchaba, no recuerdo donde, que es epaso no debe dar miedo, que de hecho no lo da, porque es algo para lo que nos preparamos toda la vida. Supongo que es un paso tan natural como tantos que damos al cabo de nuestra existencia.
ResponderEliminarBueno, esto es lo que me inspira tu reflexión, querida Mónica. Un fuerte abrazo.
El pasaje de un estado consciente al que estamos acostumbrados y no tememos, a otro, superior, un lugar de cambio en el que no sabemos bien lo que nos aguarda. Lo asumo como el paso de la vida a la muerte, pero también como el paso a un profundo crecimiento interior hacia nuestra propia paz, estando aún en vida.
ResponderEliminarUn gusto leerte, Moni.
Beso enorme.
El hombre no tiene miedo a lo desconocido, si fuera así, nunca hubiesen llegado los españoles a América, ni se hubiesen atrevido a realizar una disección humana, y mucho menos a intentar llegar a la luna... yo creo q le temen a la muerte sin más, y q por ello empezaron a crear dioses q le prometieran vida eterna en algún lugar... como siempre, encantado de leerte
ResponderEliminarYo también lo creo, que entraremos en otra dimensión; pero lo que se sale de lo palpable siempre nos da miedo, aunque sea mucho mejor. De momento viviremos lo que tenemos y nuestro presente.
ResponderEliminarUn abrazo
En ese paso a otra frecuencia o dimensión , las almas se llenan de color, y en ese viaje no hay dolor, sino esperanza y mucho amor.
ResponderEliminarBesos
Yo creo que nos elevamos a otro extremo, a otro punto... que aquí en esta vida dejamos el caparazón, como una carcasa vacía e inerte y lo que de verdad nos hacer ser y nos da vida, el alma, es lo que vuela y se eleva... algo así...
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu reflexión Mónica...
Besines...
Yo sé que hay algo al otro lado del arcoíris... aunque, lamentablemente, no todos estarán preparados para ellos... En realidad es una especie de catarsis, un algo que no se puede explicar, solo sentir... con el alma... pero sentir aqui con el alma... lo decimos pero no sabemos tanto...
ResponderEliminarTú texto es magnífico. Lo he sentido y es lo que más importa para mí.
MUy aleccionadora tu conclusión, me gusta y necesito creer en ella.
ResponderEliminarComo nos tienes ya acostumrados, muy buena reflexión Mónica. La sentí, y sobre todo, estoy convencida que así es.
ResponderEliminarUn besote.
Opino al igual que tú... Nunca hay un final, sino un punto y seguido... Un marco diferente en el que nos desarrollamos, evolucionamos un poco más... y ha de ser por algo.
ResponderEliminarTus reflexiones siempre dan a pensar.
Besos grandes.
Seguiremos transitando por el arco iris, estoy segura. Hay quien nos guarda el sitio... Cabemos todos.
ResponderEliminarUn abrazo
En paz, asi es como siento ese paso, así es como me lo trasmiten tus palabras.
ResponderEliminarBesos.
Realmente no sabremos si es la entrada hacia alguna parte...o, si existe esa otra parte...a mi criterio si que deben existir ni uno sino miles de partes y caminos diferentes que juegan con el tiempo...pero esa es otra historia..lo que sucede es que el arcoíris con sus colores despierta la imaginación de todos...besosss....(también yo puedo mandar alguna foto?)
ResponderEliminarHola. Interesante entrada. Concuerdo en la idea de que la muerte no se trata de un fin, sino de un paso más hacia una siguiente etapa misteriosa y quizás incomprensible para nosotroes en este plano de la existencia; pero aún así, que es algo a lo que no debemos temer. El aroíris funciona muy bien como alegoría del umbral o incluso del trayecto hacia ese otro plano nuevo y quizás hasta mágico.
ResponderEliminarSaludos, que tengas excelente fin de semana.
Siempre he pensado que la muerte es consecuencia natural de la vida. Por tanto... ¿a qué temer?. Pienso que es la estación término y que tras el arco iris nada hay. Sinceramente me gustaría creer en otra vida, en otro estado, en otra forma de energía, que nos dé la posibilidad de seguir existiendo, pero no puedo. Creo por tanto que todos nuestros esfuerzos por lograr un mundo mejor, más solidario y justo, deberían de proporcionarnos la paz y la felicidad en este mundo sin ese paraiso prometido.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
No deberíamos tener miedo a ninguno de los tránsitos...
ResponderEliminarBesos.
Yo a través de los años lo he ido viendo como tu. Es traspasar a otro angulo donde todo transcurre de forma diferente, donde evolucionamos....el lugar por el que todos sin excepción transitaremos, el miedo solo lo es a lo desconocido. Me ha encantado tu relato y la forma tan dulce como lo has enfocado, besos.
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