jueves, 19 de febrero de 2015

ESTE JUEVES UN RELATO: ARGUMENTOS ONÍRICOS

Esta semana el amigo Demiurgo nos invita a intentar desentrañar alguno de sus recurrentes sueños, utilizándolos como trampolín desde donde lanzarnos en nuestros relatos jueveros. Dejo entonces mi texto, surgido de una de las argumentaciones que ha esbozado en su convocatoria, la número 7 ..."Sin sorprenderse, el personaje encuentra en una mesa de su habitación unas pequeñas estatuas transparentes de mujeres. ¿Intentará darles vida?"





Las estatuas, diminutas, transparentes, lo contemplaban desde la mesa del comedor como escrutándolo.

La admiración por la exquisita belleza de las figuras fue aún mayor que la sorpresa por su inusitado hallazgo.

Finas en sus facciones, talladas con una exquisitez capaz de despertar admiración aún en quien no suele verse afectado por las sutilezas del arte, las esfinges reproducían las figuras de siete mujeres de inconmensurable belleza.

Cada una, en sus diferentes posturas –gráciles, sugestivas, insinuantes- resumía en su apariencia el ideal femenino que desde siempre lo había desvelado. Pareciera que allí, sobre la mesa del comedor, algún poder sobrenatural buscó cristalizar, para su goce, todos los atributos de las mujeres de sus sueños, dejadas allí en exhibición sin dudas para su personal deleite y consagrada contemplación.

Superando el impacto que anuló inicialmente sus naturales reflejos, el aturdido admirador de aquellas gracias femeninas, acercó tímidamente su mano a una de ellas con la imprecisión de quien teme destruir involuntariamente algo inmensamente bello y frágil que aún duda percibir.

Antes de que sus dedos lograran rozar siquiera aquella sutil figura, la delicada estatuilla se desmaterializó inexplicablemente ante sus ojos, así como también lo hizo otra cuando intentó en vano besarla; la tercera y la cuarta se diluyeron cuando se aproximó para intentar absorber al menos su leve fragancia. La quinta se disolvió cuando una de su lágrimas cayó involuntariamente sobre su superficie acristalada, y las dos últimas al fin también lo hicieron cuando con impotencia lanzó a su alrededor amargos suspiros de resignación y tristeza.

Solo un puñado de polvo impalpable quedaba como rastro en donde segundos antes lucían, radiantes, cada una de las esculturales beldades.

La imposibilidad de desbaratar lo irremediable, estrujó el corazón de aquel sensible demiurgo poniéndolo ante la inminencia de una terrible realidad: las féminas habían estado ante su vista solo para su resignada contemplación, no para que sus otros sentidos pudieran extasiarse en ellas.


Su inexorable destino de vehemente contemplador de la perfección femenina confirmaba la tortura a la que desde siempre venía siendo sometido, no pudiendo jamás concretar –como fogosamente anhelaba en sus sueños- la ansiada fortuna de ser desbordado catador de las bellezas que lo embelesaban.


Más relatos, en el blog del Demiurgo


14 comentarios:

  1. He leído cuentos de los jueves en que habido terror, violencia. Pero este es en que los noto crueldad hacia un personaje. Tanta fascinación que eas pequeñas estatuas despiertan en ese demiurgo, para que no pueda tocarlas sin destruirlas. Aunque debió desistir después de la primera.
    ¿O fue puesto a prueba y falló?
    Un relato magistral. Hasta es para publicar.

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  2. Su destino era contemplarlas, pobre, los sueños eran mucho más fuertes que la realidad.
    Me gustó
    Un abrazo

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  3. Un destino cruel que tuvo que soportar, vivir en un escaparate contemplar y no tocar. Un gran relato para aplaudirlo.

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  4. El movimiento estático y la impotencia.
    Un beso.

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  5. Buenos días, Mónica:
    Es curioso cómo a muchas personas les atrae la belleza etérea, la fascinación por lo estético actúa como coraza de su miedo a sentir. Son muchas las personas que se apasionan por amores a los que su inoperancia convierte en imposibles, tratan a quienes los atraen como si fueran objetos de su atención, figuras frágiles a las que destrozarás con el menor roce si las intentas traerlas desde la ilusión del deseo a la pasión del goce.

    Al igual que el personaje de tu cuento, hubo un tiempo en que deseé ser desbordado catador de las bellezas que me embelesaban. Ahora intento que entre mis deseos y mis actos, no medie nunca la barrera del quizá.

    Felicidades por tu relato, Mónica.

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  6. gracias a todos por sus amables y detallados comentarios... Demiurgo jjeje, no tomes a mal esa aparente "crueldad" hacia el demiurgo de la historia... es puramente ficción!!!
    =D

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  7. De verdad que es onírico tu relato, has cumplido la consigna que están buscando, en tu caso con amplísima belleza y una música de telón que ya lo decía todo.
    Una abrazo, Neo.

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  8. Qué suplicio, pobre demiurgo! Hay que decir que el relato tiene una delicadeza tal que creo que las estatuillas de cristal quedan opacadas. Lo que puede el deseo... y lo que no. Triste condena. Genial como siempre Neo!
    Besos!
    Gaby*

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  9. Esas estatuillas son símbolo de la belleza como algo etéreo, que no siempre esta dispuesto para ser poseído, si no admirado.
    Imagino la desazón del pobre demiurgo al ver volatilizada la posibilidad de tomar lo que desea.
    Me gustó tu relato!
    Un beso!

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  10. Al final pienso que la belleza no es del todo real, sino que se esfuma. Buen relato Mónica. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala

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  11. Ya sé que es ficción, como es ficción el relato en que un demiurgo borraba a Mara Laira por celos.
    Y no me lo tomé a mal. Para nada. Es un relato magistral, te lo repito. Y para que eso suceda, algunos personajes tienen que tener sucesos adversos.
    Lo que planteaba que ese demiurgo no entendió el suceso, lo que puede suceder. O que una fuerza oculta planeo que se sintiera frustrado.
    Reitero que tu relato me gustó mucho.

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  12. Un relato muy bello,tanto como las figuritas que describes y que enamoraron al demiurgo...lástima que no pudiera consumar sus deseos.
    Me ha gustado mucho!
    Un beso

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  13. Tener la belleza en todas sus facetas y no poder aprehenderla. ¿Acaso hay un suplicio mayor para aquel que ama lo bello?. A menudo la belleza sólo nos permite admirarla.
    Magnífico relato, Mónica.
    Un abrazo.

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  14. La belleza a la altura de tus manos sin poderla tan siquiera acariciar, eso debe ser terriblemente cruel para este demiurgo de ficción. Muy buen texto Neo y original.
    Besos.

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