Este jueves nos convoca Pepe, para leer todos los relatos, pasar por su blog.
La cálida
humedad primordial lo envuelve todo. El rítmico latido que acompaña y rige su
existencia desde siempre altera su persistencia ante la proximidad de lo
desconocido.
Una inexplorada
sensación lo embarga, reemplazando la protectora placidez de sus inicios. Se agita
más y más dentro de la continencia que lo sostiene.
Algo en
su interior lo empuja hacia los confines de lo que sospecha hostil e incógnito.
Sabe que ya nada puede hacer, más que dejarse llevar hacia lo que acontezca. Quizás
ese sea el fundamento esencial de su destino…y no se opone, más bien se
arriesga a apurar el desenlace de lo que sobrevenga. Sea lo que sea, prefiere
resolverlo lo antes posible, soportando con decisión y fortaleza el embate de
presiones y estallidos que no alcanza a dimensionar.
Su cabeza
se siente embutida entre cavidades carnosas que lo comprimen y estrechan. Su agitación
aumenta. Su urgencia por terminar con ese trance se le antoja imperiosa.
De
repente, como en una impensada ruptura, el líquido de sus pulmones se impulsa
hacia afuera a borbotones dejando pasar el aire que lo ahoga. Siente que todo
él estalla en un llanto indescriptible.
Algo que supone
garras lo sujeta con firmeza, jalándolo fuera de su preámbulo vital.
Su desconcierto
es tan grande como la desprotección que lo embarga.
Clama por
alguien que lo acoja. Necesita sentir otra vez la calidez de la que fue
expulsado y desde el inicio lo ha contenido.
Busca interpretar
con claridad la traumática experiencia. Cree que jamás la olvidará.
Concluye que al fin ha nacido.
Concluye que al fin ha nacido.
Y eso explica por que se nace llorando.
ResponderEliminarPero es para mejor. Y lo mejor crecer es distanciarse de lo traumatico de ese momento, que se vaya olvidando.
Y es que se está tan bien dentro, o al menos eso dicen.
ResponderEliminarMuy bien explicado
Un abrazo
Muy interesante y muy perfecto este relato.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Abrazos
¡Wow! Que encantador he impresionante relato. La naturaleza es un ámbito maravilloso, y el grito que lanzamos al nacer es un grito de libertad y de júbilo. =)
ResponderEliminarSaludos
Qué bien has contado el difícil camino para llegar a la vida, menos mal que es una experiencia que se olvida. Quizá el trauma de salir de ese lugar cálido y seguro al mundo es lo que provoca muchas de nuestras pesadillas.
ResponderEliminarUn beso
Pues seguro que tiene que ser algo así, has sabido imaginarte esos segundos tan especiales, pero no para el que nace, sino para los que los "crearon".
ResponderEliminarMe ha gustado.Superoriginal. Un beso.
Intenso momento el de nacer. Seguro que si pudiéramos recordarlo sería idéntico al que has narrado de una forma magistral. Momento especial donde los haya.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Vaya! es una visión totalmente diferente de lo que es acto de nacer. Siempre se ve desde la perspectiva de la madre que es todos podemos observar no desde el plano del recién nacido. Me gustó sentir la incertidumbre hasta descubrir de qué se trataba.
ResponderEliminarun abrazo :)
Muy original y muy bien realizado. De los más especiales y supongo que de los más desconcertantes que nos ocurren.
ResponderEliminarBesos.
Buena descripción con final feliz.
ResponderEliminarUn beso.
prefiero la vida del nacimiento, al alma de la muerte...
ResponderEliminary si recuerdas mi relato, sabes de lo que hablo.
uno de los mejores relatos que te he leído últimamente...
medio beso.
Asi debe ser ese paso de la calidez del vientre materno al llanto de la nueva vida.Preciosa visión Neo.
ResponderEliminarBesos.