(preciosa imagen cuya autoría pertenece a Gaby)
Esta vez mi aporte juevero viene de la mano de Verónica, con quien intercambiamos los inicios de textos, el que ella inició lo he continuado yo, y viceversa.
Ha sido una muy grata experiencia de la que disfruté mucho participar. Les dejo entonces a consideración el relato obtenido en mi caso:
Los últimos dos años de su vida habían transcurrido en
aquella cómoda casa de tres plantas. Aquel día, la pluma se le desviaba de
nuevo hacia la denuncia, hacia lo grotesco, cuando trataba de describir en
trazos benévolos la conducta sus contemporáneos pudientes viciados de
corrupción. No podía, no quería, aunque lo intentase seguir los consejos de su
editor. Aunque la enfermedad y el hambre le obligaban, sabía que antes de
finalizar el día, quemaría lo mucho o poco que llevaba escrito en la chimenea
de su confortable salita de estar.
El famoso Boulevard de Moscú destacaba desde entonces por
la casa museo que incluía muebles, objetos personales y, sobre todo, el
escritorio, sobre el que finalmente fallecería estando mentalmente enfermo y
muy deteriorado físicamente.
Se dio cuenta que nada de lo que había brotado de su
pluma durante ese último período de su vida era auténtico, sustancioso,
honesto. Pensó que ya nada quedaba en él de aquella rebeldía de su juventud,
aquella flama innovadora por la que solía sentir que la vida valía la pena.
Aquel pensamiento fatalista y desalentador le estrujó aún más su desgastado
corazón y sintió que una puñalada lastimosa desgarraba lo poco de orgullo que
aún le quedaba. Una y otra vez recorrió con la mirada los libros de las añosas
estanterías buscando inspiración o consuelo. Aquellas brillantes plumas que en
sus inicios marcaron el que prometía ser su auspicioso futuro, ahora parecían
señalarlo acusadoramente, echándole en cara el haberse dejado vencer por la
comodidad que da la fama, por haber cedido su espíritu revolucionario a cambio
de un presente cómodo y despreocupado.
Se sentía un traidor, un vendido, un complaciente. Su
angustia y frustración crecían a medida que, por la ventana, veía ascender la
luna, blanquísima y redonda, asomándose sobre la colina. Creo que más por la
fuerza de su culpa que por lo avanzado de su enfermedad llegó a tocar fondo en
su desesperanza y ahogado en fiebre, cayó al fin sobre su escritorio luego de
quemar cada uno de sus borradores en la chimenea del que había sido refugio y calvario.
Al contemplarlo vencido y humillado, me sentí identificado
con su dolor e impotencia. Avergonzado, me alejé de allí para siempre, perdiéndome
en la noche.
Más relatos en lo de Cecy
Que buena colaboración.
ResponderEliminar¿Cómo no se me ocurrió hacer algo en conjunto?
Sombría historia.
Creo que puede entender buscar inspiración y que no llegue. Me está pasando.
¡Que buen dueto!
ResponderEliminarFelicitaciones Vero y Moni.
Ni la luna que se asomaba poeticamente, le pudo dar un alivio a todo lo que vendió por la codicia de la comodidad.
No debe ser fácil, porque la comodidad se queda acá, y, el alma, junto a sus ideales le seguirán señalando donde este.
Gracias por acompañarme:)
Lo bueno que se dio cuenta, tocó fondo y pudo sentir avergonzado de haber preferido tener comodidades. Muy buen relato de ambas.
ResponderEliminarMuy bueno!!!
ResponderEliminarHan logrado un interesante y reflexivo relato. Felicitaciones a ambas!!!
Cariños…
ESTa historia invita a la reflexión. Aunque,cuando se ha perdido la inspiración,mejor no desesperarse.
ResponderEliminarUn colaboración extraordinaria la vuestra, Verónica y Neo.Enhorabuena!
Una buena colaboración, con estupendo resultado, me ha mantenido atenta hasta el final. Abrazos
ResponderEliminarQué bueno, si digo que es una conjunción perfecta y que has mejorado el texto con una calidad excelente, me quedo corta.
ResponderEliminarEs una experiencia curiosa y bonita a la vez, inspiradora.
Muchas gracias por aceptar el juego. Un abrazo, amiga.
Os habéis cogido el punto para colaborar, el texto ha salido como si lo hubiera parido un solo autor o autora, ¡fantástico!
ResponderEliminarCuando dos brillantes sensibilidades se aúnan, lo lógico es que el trabajo común sea perfecto, como en este caso.
ResponderEliminarMi enhorabuena a ambas.
Un abrazo.
Qué bien habéis relato la historia del hombre, que cuando logra conseguir éxito y fortuna se aquilosa en la comodidad y deja de luchar con rebeldía por la injusticia humana...Sin embargo, el espíritu quiere seguir creciendo y no puede estar satisfecho nunca.
ResponderEliminarMi felicitación para Verónica y para ti por esta brillante historia.
Mi abrazo grande para las dos.
M.Jesús
sé positivamente que la crisis que estamos padeciendo acá, en la madre patria como dicen algunos, en españa para mí,nada tiene que ver con la situación actual de tu argentina. sé que todavía estamos mejor que vosotros. y aún así, estamos hasta los cojones, callados, por lo general callados o protestando por grupos. bien, algunos hemos decidido claudicar y dejar de protestar y lanzarnos a una vida de olvido de lo que nos rodea...quizá alguna vez fuéramos protestones, quizá,pero ahora...
ResponderEliminarp.d.
esta reflexión es a lo que me ha llevado tu texto.
medio beso.
¡Qué texto más hermoso!
ResponderEliminarFelicidades.
Delicado, lleno de sensibilidad y directo al corazón.
Gracias
excelente encuentro de estilos!
ResponderEliminarexcelente remate, excelente.
y gracias, amiga, por tu benvenida!
abrazo!
El arrepentimiento no es un sentimiento, es una acción. y aunque tarde, lo importante que se dio cuenta a tiempo de su perversidad. Felicitaciones para ti y tu compañera, buen dúo!
ResponderEliminarSaludos
Una dupla perfecta!!! Un relato que no tiene nada que diga que está escrito a cuatro manos, tiene un hilo perfecto, el mismo estilo, una trama que es dolorosa, pero que nos dice que nunca es tarde para arrepentirse, al menos por uno mismo, ya que por todo lo demás a veces los arrepentimientos no alcanzan.
ResponderEliminarUn abrazo enorme a ambas!!!
Estoy con Sindel, bien está aunque a veces la tardanza provoque sinsabores propios y ajenos.
ResponderEliminarEl relato impecable, de no saberlo diría que sólo hay dos manos. Increíble complicidad la vuestra.
Una gozada leeros.
Dos besos.
Muy dramático relato, cuenta la historia de una llama que, si una vez ardió, ahora se apaga lentamente.
ResponderEliminarDuro el relato,el ímpetu de la juventud vencido por la comodidad, traicionando a su lucha.
ResponderEliminarMuy bien el dúo, quedó perfecto
Un abrazo
Enhorabuena a las dos por el relato, lleno de reflexión y de verdad. Por aquí hay un refrán que dice "coge fama y échate a dormir"... totalmente cierto. Besos y buen fin de semana.
ResponderEliminarUn buen relato para reflexionar. El dinero y el éxito lo pueden todo...o casi. Aún quedan personas como vuestro protagonista a los que la conciencia no les deja tranquilos. Me ha gustado mucho vuestra colaboración! Un beso
ResponderEliminarGenial dupla! las felicito a ambas, pues crearon un relato desgarrardor de quien en definitiva, sintió el peso de su propia conciencia como arma letal al desencanto. A veces uno se halla en esa disyuntiva, de escribir por convicción o escribir para vender y dejar a un lado la propia esencia de sus pensamientos. Obviamente, prefiero lo primero...
ResponderEliminarUn par de besos para un par de escritoras a las que quiero y admiro!
Gaby*
Escribir es para muchos (muchísimos) una forma de sobrevivir. Y, cuando la fama y el reconocimiento llaman a tu puerta, la mayoría venderíamos nuestros ideales sin pudor ni conciencia.
ResponderEliminarBuena colaboración.
Un abrazo.
Muy buen y conjuntado relato que nos habla de la desesperación. El inicio magnifico y la continuación estupenda. Uno también puede perderse en la negrura de la noche o de la desesperanza. Besos
ResponderEliminarSucede a menudo que la rebeldía, que los sueños juveniles de cambio y transformación, se vuelven acomodaticios y van muriendo poco a poco, a medida que la vida nos enfrenta a la dura realidad. Es frecuente cambiar la rebeldía por acomodación y conformismo. Esto se refleja muy bien en vuestro trabajo conjunto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a ambas.
El Ocaso de los Dioses hoy es una "noche" para muchos dioses de andar por casa. Penoso es que al final ni siquiera quede la palabra, aunque escrita.
ResponderEliminarBuen texto que despierta curiosidad, como el principio de una historia que te da el brochazo final y deja el resto de la vida para todos los demás capítulos.
Besos
Felicitaciones por un logro tan interesante, armónico y reflexivo.Dos potencias se dieron la mano y lograron un excelente texto.
ResponderEliminarbesos (dobles)
Fantástico relato a cuatro manos.
ResponderEliminarLa noche logra destilar nuestros sentimientos hasta depurarlos. Es la noche cuando más fieles somos a nosotros mismo, cuanto más de verdad somos. Y esa es una cualidad que puede ser cruel.
Uf, vaya historia de una decadencia. Una decadencia comprensible, una cesión a lo que es el mundo o, parafraseando unos versos de Aute que me encantan, de cómo la belleza se rinde ante el poder.
ResponderEliminarMuy buena colaboración y, aprovecho para decir que Verónica se me ha adelantado, porque iba a proponerte escribir a medias.
¿Escribimos a medias para el jueves 12 de junio?
Ya hablaremos, besos.