A las tres de la mañana abandonó su
cuerpo.
Fue indescriptible la sensación que
experimentó. Algo que jamás podría haber imaginado la precipitó hacia la totalidad
de lo creado al punto que se sintió estallar en un éxtasis infinito.
La culminación de lo que comenzó con
una especie de vértigo interior la impulsaba hacia fuera de lo que antes la
contenía. Pese a haberse roto irremediablemente la unidad con su cuerpo, sintió que se afirmaba como nunca su identidad y se re-definía fundamentalmente su relación con el universo.
No sintió temor, ni apuro, ni discordia,
ni presiones. Sólo la tranquilidad plena de sentir que por fin todas las incertidumbres
enfrentadas a lo largo de su vida se disipaban -todas a la vez- en ese estallido culminante
y vital.
A partir de allí, la eternidad, el
todo, la infinitud, se hacían uno con ella. Apenas una sombra leve opacó vagamente
su estrenado éxtasis, fue cuando su conciencia se turbó al darse cuenta que
además de su cuerpo, abandonaba para siempre todo lo que hasta ese instante había
amado.
Fue allí cuando comprendió
cabalmente las implicancias de haber cruzado sin retorno el umbral de la
muerte.
No ser inmortal tiene sus desventajas.
ResponderEliminarTampoco creo que serlo implique grandes ventajas!
ResponderEliminar=)
Bueno como no hay elección, me centró en lo que interpreté y sea lo que venga después, a mi entender lo transmites como un estado donde la "calma" existe....quizás me lleve a esta idea mi propia creencia de ello.
ResponderEliminarMe gusta como lo describes, sin aspavientos ni lamentos, con a simpleza de un acontecimiento de la vida.
Besos muchos ♥♥
Ser inmortal debe ser aburrido, pero no conozco a ninguno que me lo aclare. Saltibrincos
ResponderEliminarPero es que encima lo contó vos de manera muy convincente.
ResponderEliminarEn cierta forma todos somos creyentes (puesto que no podemos demostrar el sí o el no de la pervivencia de la consciencia tras la muerte física). Pero cuando se profundiza, ya no en la metafísica sino en la física de la materia; en los campos de energía de donde afloran los ladrillos básicos de la materia...pensar o creer que la consciencia es una función de la química cerebral y vale, es una pirueta tan grande que para creerla a pies juntillas se tiene la condición de hombre/mujer de fe.
Un besazo
Parece que has pasado por ese trance, según nos lo has contado.
ResponderEliminarNo hay forma de saberlo antes, es verdad...
ResponderEliminarBesos.
en algún momento, hay que abandonarlo todo
ResponderEliminar.
no se puede llegar a la muerte con tanto sobre los hombros
.
sin dudar creo que es
una prosa inteligente
saludos
Todo tiene sus pros y sus contras...Un saludo desde Almería.....)))
ResponderEliminarhttp://visual-anjespinosa.blogspot.com.es/
¡Que manera de vivir la muerte! Esto sólo lo podría contar un zombi o Lázaro.
ResponderEliminarBesos
Salud y República