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No. No es cierto que el
calendario tenga el poder de remarcar mi pena. No me acrecienta el dolor saber
que otros trescientos cincuenta y cinco días han transcurrido. No me agudiza
la herida. No es cuestión de fechas el vacío tremendo que me dejó tu partida.
Si es que cada mañana, tarde y noche, pienso y siento la cruel ausencia de la
que fue tu presencia, que era mi sostén, un trozo vital de mi vida. No es diferente
esta jornada por el número que se destaca en presente en el almanaque. No se
pone el recuerdo en verdadera magnitud por actualizarse otra vez un día…pero sí
tengo que reconocer que, aún sin quererlo, al ver - como al pasar- la fecha en
que se cumple un nuevo aniversario, no puedo dejar de sentir que se ajusta algo
más el nudo que –desde aquella noche- llevo permanentemente atado en el espacio
que va desde mi corazón a mi estómago.
Más relatos de aniversarios en lo de Alson
Que precioso y estremecedor final, pero es que sucede así, por muchos aniversarios que pasen.
ResponderEliminarDicen que el paso de tiempo ayuda a que no duela tanto. Y tal vez sea así. Pero la memoria a veces hace trampas, haciendo que las ausencias se noten.
ResponderEliminarTu emoción me ha conmovido. Bss.
ResponderEliminarEs que hay ausencias que se sienten profundo. Acostumbrarse, es un imposible, sobrellevarla cuesta... y costará cada día.
ResponderEliminarMuy sentido tu relato, Neo, guarda el gusto amargo que nos deja el extrañar a alguien imprescindible en nuestras vidas.
Besos!
Gaby*
El nudo se me ha puesto a mi al leer tu relato, es estremecedor cómo puede doler la ausencia de una persona. Lo has expresado maravillosamente bien!
ResponderEliminarEn ese espacio transitan las emociones...
ResponderEliminarDura belleza la de tu relato.
Me hubiese gustado no leer esto, y sé que me entiendes perfectamente. Me has emocionado mucho, tus palabras llegan al alma, más cuando aún no me he recuperado de esta ultima perdida. Hay nudos que no se acaban de ir por mucho tiempo que pase. Nos queda el consuelo de recordar todos los buenos momentos que pasamos juntos a ellos. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminar¿Sabes que este relato tuyo, al final, lo escenifico en un personaje de la Cantina de la Estación de tren?
ResponderEliminarNo es así, lo sé, pero habría sido perfecto para aquel relato.
Me ha gustado por la fuerza de los sentimientos, de lo que puede evocar este relato.
Besos.
Ay, las ausencias. Hay ausencias no sentidas, otras que se sienten poco, pero otras que siempre están presente.
ResponderEliminarBesos
Salud y República
Ese tipo de aniversarios procuro olvidarlos, no mirar el calendario, no recordar ni el mes en que estamos... creo que todos los sufrimos o sentimos y duelen. Bueno, es mi interpretación d ela lectura.
ResponderEliminarBeso y café.
Esa tirantez que no afloja e inevitablemente ahoga! Es tan cierta!
ResponderEliminarBreve, pero no hace falta decir màs.
Beso Neo
Esa tristeza que dejan las ausencias de los seres amados, las describis perfectamente en este maravilloso texto. Es impecable Moni.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya podemos visitar galaxias y bajar a las simas más profundas...el amor eleva o mata, ya sea porque se tiene ya sea porque falta.
ResponderEliminarUn beso
las fechas marcan acontecimientos, En Navidad, con los años y la ausencia de seres queridos, ese sentimiento que comentas, se fija en mi estómago
ResponderEliminarAusencias que ahogan, que estremecen, que escribís con el corazón.
ResponderEliminarBeso
¿Y esa sensación de que el tiempo pasa pero esa falta sólo nos duele a nosotros pero no al resto de mundo que sigue girando?
ResponderEliminarUn besote y bello homenaje.
Buen finde.
impresionante.... hasta llegó un momento es que no supe que el texto, si esa rabia y esa impotencia plasmada en esta entrada, era real o parte de una historia ficticia, me llevó no sólo a odiar al supuesto idiota que abandonó a la protagonista, sino que también me sentí tan profundamente identificado con el personaje que pude sentir el nudo maldito en ese espacio entre el estómago y el corazón.... mis felicitaciones
ResponderEliminarSentimientos atados de por vida al recuerdo.
ResponderEliminarSiempre duele, pero ese día, más.
Buen texto, directo y conciso.