La luna sube redonda por la calle
antigua, desierta y empedrada. Hay algo en la irreal belleza de su luz que trastorna
todo lo que toca. Ruinas de muros milenarios… rastros de violencias viejas…
cenizas ardientes de recientes batallas…todo cobra, por instantes, un clamor de
alerta, un llamado triste a las conciencias terrenales…
Desde lo alto y por contraste,
ella desnuda con su presencia lo que han sido tantas jornadas. Gritos, hambre,
dolor, miserias. Todo nacido de lo peor del corazón humano. Mientras tanto,
ella allí, nos contempla lastimosa sufriendo en su carne lo que el odio y la
violencia desbordada han desgarrado aquí abajo.
Nos mira ya sin indulgencia. Nos
contempla desolada e impotente frente a tanta estupidez desplegada pese a su
constancia maternal. Avergonzada, desde
lo alto, sufre con apenada resignación la triste dirección con que hemos emprendido
nuestro camino. En lugar de elegir ser espejo de su naturaleza
constructiva hemos insistido en ser destructores de todo lo que pretendemos
manipular y dominar.
Desde los comienzos, los hombres
hemos querido entronarnos como señores de la guerra, amos y propietarios de lo que
no nos pertenece. Tierras, naciones, hermanos, culturas, el conjunto mismo de
la creación. Todo hemos ido destruyendo, a cuenta de creernos superiores, asumiendo
la potestad de decidir sobre los demás sin considerar ni su voluntad, su manera
de pensar o su propio destino.
Ella, en su plenitud, sabe que la
eternidad no existe para los pobres mortales, y que, por nuestra propia
incompetencia aceleramos nuestro fin a medida que avanzamos por este ingrato
camino. Seguramente al contemplarnos desde su trono de noche y estrellas, ella
llore en silencio por nosotros, porque comprende que ya no es mucho el tiempo
que nos queda…
Más relatos luneros de jueves, en lo de María José
De pensar y de sentir, esta luna inmensa que hoy nos ocupa, seria justamente esto, que tan bien has descrito. El universo rechina los dientes, por culpa de estos necios seres que estamos por aquí, solo de paso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un reloj puesto en la naturaleza al que se le derrama el tiempo y la humanidad sin enterarse...
ResponderEliminarUn beso
Siguiendo tu planteo, tal vez por eso oculta una cara. Tal vez conozca los secretos para transformar a un mortal en inmortal, pero no le es frecuente encontrar a alguien digno del secreto.
ResponderEliminaruna luna melancólica,
ResponderEliminarpero luna al fin
saludos
Una luna apenada y triste, que nos observa desde su privilegiado mirador y no puede hacer nada para evitar tanta destrucción, corrupción, y marginación.
ResponderEliminarNunca habia visto la luna desde esta perspectiva, y me ha gustado.
Un besazo enorme.
Lástima que lo permanente no nos considere, por minúsculos. So lo hiciese, nos vería exactamente así.
ResponderEliminar¿sentirá vergüenza o tristeza ajena por nosotros la silenciosa Luna? Gran relato Géminis!!
ResponderEliminarQuiza los humanos a ojos de la Luna seamos unos barbaros sin sentimientos, a ojos de otros humanos creo que también...Espero que no sea tarde, y empecemos a escuchar más nuestra propia conciencia.
ResponderEliminarBesos querida Neo.
dicen que haca más tiempo que la mente pueda imaginar, que luna y tierra eran un mismo ser
ResponderEliminarY una terrible impacto separó en doloroso parto estelar
un trozo de tierra, que esclavo e hija fiel, nos sigue en este viaje
Me encanta como das la entrada a la luna, al comienzo del relato.
ResponderEliminarLa idea de la luna como observadora de nuestra especie es buena, una observadora imparcial que debe lamentar el camino que llevamos.
Será por eso que algunos días descansa.
Un abrazo.
Me ha gustado el lado oscuro de la luna, ese que no se ve pero que algunas personas dicen que existe.Y en la humanidad también está ese lado oscuro que se manifiesta en todo aquello que se hace mal.
ResponderEliminarUn beso
Un enfoque muy original para tu relato. Pobre luna, cuánto debe sufrir por nosotros y nuestra estupidez!
ResponderEliminarLa pobre luna estará harta de contemplar desde su balcón privilegiado las barbaridades que estamos haciendo los humanos con la naturaleza de la que forma parte.
ResponderEliminarHabrá mayor estupidez que el sentido de la propiedad, si al final nadie es inmortal y no podemos llevarnos nada.
ResponderEliminarPues ese es el principal motivo de las luchas entre los seres humanos, que vivimos queriendo atesorar sin medida, haciéndonos dueños de trozos de un planeta al que hemos llegado sin nada y sin nada nos hemos de marchar, y la luna impotente solo puede observar nuestra imbecilidad.
Somos tan insensatos!
Besos.
una vez leí cuando era niño, que el mundo se acabaría, pero los humanos volverían a emigrar a otro sistema, donde plantar su semilla del mal, y así como llegamos a este planeta y olvidamos de donde venimos, así también olvidaremos de hemos partido, nos inventaremos otros dioses, y ellos morirán con nuestra partida hacia el cosmos infinito a buscar un nuevo hogar, un nuevo creador, un nuevo paraíso, un nuevo infierno.... encantado de leerte como siempre
ResponderEliminarY esta vez es la Luna la que nos mira a nosotros, desde la sabiduría de los años...
ResponderEliminarWooommm !!!
ResponderEliminarla verdad es que me has sorprendido, vaya ... me has dejado sin palabras la verdad es que tu relato es muy cierto como podremos revertir o solucionar en parte todo lo que hemos hecho... querida amada hermosa luna que simplemente nos contempla con tanta tristeza
Triste y reflexiva tu luna... pero con mucha razón, es sabia, sin duda...
ResponderEliminarMuchos besos!!
Una dama sabia, con "constancia maternal" nos observa...nos deja actuar... y nada puede hacer.
ResponderEliminarTan bien escrito, como para dejar en claro en la desprotección en que hemos ido quedando....
Un fuerte abrazo
Bien lo dices, desde arriba ella todo lo ve, es testigo de tiempos pasados y presentes.
ResponderEliminarQue bueno sería le trasmitiera un poco de sabiduría a los hombres terrenales.
Un beso Neo.
Me dejaste pensando, que cierto es todo lo que decis Moni, pero también es inquietante.
ResponderEliminarUn relato que nos va llevando a un desenlace que todos queremos evitar ver.
Un abrazo enorme.
Seguro que llora y con razón. Nos ve cómo somos capaces de destrozar el planeta. No me extraña que trate de ocutarse aunque luego vuelva a resurgir.
ResponderEliminarBesos
Salud y República
Es su brillo, su reflejo sobre las desgastadas caras de la historia lo que le hace ver pasado y futuro.
ResponderEliminarTestigo mudo de desdichas y finales.
¿Siempre estuvo ahí?
Besos