Esta vez, la propuesta juevera que nos hace llegar San plantea utilizar en un breve texto una lista de 12 palabras variopintas.
Él haciéndose el malote le dice sésamo, ella se empeña en llamarlo ajonjolí, lo cierto es que
entre ambos se entretuvieron toda la tarde, amasando sin descanso los panes para
los bocadillos que servirán en la noche.
Con voz endulzada, y marcado
gesto zalamero él comienza a desatarle, juguetón, las tirillas del delantal de
cocina. Su mano lábil se desliza con delicadeza por la cintura de ella, quien, desde
el ventanal y entre suspiros, se deja seducir por el oleaje tempestuoso de un mar
inquieto que acompaña desde lejos su idilio culinario.
Él, con
la gracia propia de un experimentado galán de cine, descorcha el champan helado
que se guardaba en la heladera. Lo sirve en delicadas copas de cristal que tintinean al unísono cuando
se juran amor eterno sellándolo con un brindis. Las burbujas chispeantes que
atraviesan sus gargantas avivan el torrente interior que aflora, apasionado, despertado con el primer beso.
Nota: aclaro que, ante la duda, decidí utilizar el sustantivo voz en lugar del pronombre vos. Y eso que soy argentina!...
Nota: aclaro que, ante la duda, decidí utilizar el sustantivo voz en lugar del pronombre vos. Y eso que soy argentina!...
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Puede que en algún sitio suene igual.
ResponderEliminarMuy efectivo el relato.
ResponderEliminarMe ha encantado la simbiosis del delantal y el beso. ;) Bss.
ResponderEliminarUn juego difícil del que has salido victoriosa, a pesar de las diferencias evidentes entre las palabras...
ResponderEliminarme agradaría comer de ese bocadillo hecho con amor y sexo, si tu historia fuer cierta, que quizás sí lo es, con tanto panadero calentón, las ventas serías magestuosas y la gente haciendo fila por un bocadillo tan afrodisiaco.... hermosa entrada, me ha encantado
ResponderEliminarMuy bien hilado querida
ResponderEliminarnota:
ResponderEliminarsí, eres argentina...pero apesar de eso, te ha llevado la niña san a una historia de amor...es decir, universal...¿sigues dicinedo que eres argentina o mundial?
medio beso.
Pasión culinaria (me refiero a cocina, jajajaja). Has engarzado las palabras de manera muy sugerente (ep, espero que no cortaran cebolla)
ResponderEliminarUn beso
Hola Neo.
ResponderEliminar¡Qué buen rato he pasado leyendo tu relato!
Y me pregunto...¿terminaron de amasar esos panes para la cena?
Lo del idilio culinario está que se sale...Jejeje
Un abrazo.
Lupe
un buen relato con un muy bien planificado final que comienza con un gran beso. ¡Saludos Neogéminis!
ResponderEliminarLo que puede dar de sí amasar panecillos en compañía...
ResponderEliminar(Me recordaste la archiconocida escena de "El cartero siempre llama dos veces").
Bss.
Por mi tierra se utiliza una acepción para amasar , que es "sobar la masa".
ResponderEliminarAlgo de eso es lo que pretende el protagonista de tu relato y no precisamente con la masa.
Con respecto a tu comentario ami entrada,he de aclararte que al final ruego se lea el primer comentario, donde justifico el uso de "calote".
Un honor tenerte como amiga.
Un abrazo.
¡UMMMMMMMMMMMMMMMMM! ¿sexo en la cocina?
ResponderEliminarMuy bueno y sensual, un saludo
ResponderEliminarqué bien ha quedado, a pesar de las reglas impuestas, saludos
ResponderEliminarQue tentador, así da gusto volver a la cocina!!! Le has encontrado condimento a este jueves. Muy bueno.
ResponderEliminarYa creo que San tiene esa chispa de llevarnos al terreno de la pasión, amor, etc.
Un abrazo :)
Uyyyyyyyy... Cuando mi lectura ha llegado al punto del deslizamiento de mano por la cintura de ella me han empezado a entrar sudores fríos por todo el cuerpo y te iba a decir aquello de: "Neoooooo, ¡¡¡ponle advertencia de contenido a tu blog!!! jajajaja...
ResponderEliminar;)
Besos.
Una preciosa forma de darse el primer beso. Muy buen relato Neo. Un fuerte abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarconstruir catedrales con esos ladrillos es una gran labor
ResponderEliminarMe gusta mucho eso de mezclar la cocina con el amor jajajaja, me recuerda vivencias muy cercanas y muy agradables.
ResponderEliminarBesos guapa y feliz fin de semana.
Ya sabemos que el secreto está en la masa jajaja. Me he gustado ese romance de amor culinario relleno de sensualidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Neo que me ha gustado mucho, que bonita escena, los dos amasando el pan, él tirando de las tirillas del delantal...precioso ese beso que abre las puertas del cielo.
ResponderEliminarUn abrazo gradísimo madrina.
La cocina y el sexo, una perfecta combinación, necesárias ambas.
ResponderEliminarUn abrazo
Una romántica pero a la vez lúdica escena culinaria... a veces los mejores momentos de amor se empiezan a cocinar a fuego lento cerca de tanto condimento, dulzores o picantes!
ResponderEliminarMuy rico bocado el que nos serviste este jueves! :)
Besos!
Gaby*
Preciosa historia que tiene todos los ingredientes, para dejarnos con ganas de saber más...
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues de un plumazo, te has quitado el problema que hemos tenido todos en esta vieja parte del mundo.
ResponderEliminarPero en cualquier caso te ha quedado laqueado, bonito, bonito, y es que "vos" escribis así de bien.
besos
Anda, como me ha gustado este romance culinario, el delantal queda despedido y los panes de los bocadillos pasan a segundo plano (espero que no se quemen).
ResponderEliminarBuena historia.
Abrazos.
jejeje, parece la escena de "Ghost", pero en vez de barro y alfarería, masa panadera y panecillos. Muy sensual.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gusta el final que es el principio de otro relato.
ResponderEliminarUn beso.
Un idilio culinario, algo tremendamete gustoso y rico. Muy bien empleadas tus palabras claves. Vos sabes ponerle voz a las palabras.
ResponderEliminarun abrazo
Un romance culinario... muy interesante y atractivo, como tu relato.
ResponderEliminarYo que vos, hubiese hablado de vos (una vez que podemos...jajaja)
Un fuerte abrazo.