Cuentan que hace ya mucho tiempo,
en un pequeño pueblo de montañas y prados tranquilos, vivían muy felices cuatro
amigos entrañables que gustaban compartir sus días desde siempre. Desde su
tierna infancia surcaban los alrededores de su poblado natal, correteando juntos,
jugando y compartiendo sus tareas domésticas como si de otro juego se tratara. Desde apenas
despuntar el alba y hasta el ocaso, aquellos amigos crecían inseparables. Sin
celos, secretos ni querellas, aprendieron a quererse y respetarse en sus
individualidades, pero siempre andando juntos, tanto en sus responsabilidades como
en sus travesuras. De todos los sitios que frecuentaban, una preciosa colina
verde donde se alzaban –airosos- cuatro robles, era sin dudas el lugar que sentían
más propio, donde siempre, al caer la tarde, apaciguaban sus corridas y sus
risas.
Pero ninguna felicidad es eterna
y pronto llegó la época en que debieron enfrentar la adultez asumiendo las
ingratas imposiciones que la necedad del mundo suele determinar. Como en tantas
páginas de la historia humana, en aquel paraje otrora idílico y pacífico, las
fauces de una guerra absurda y lejana se hicieron sentir, y los cuatro amigos –ya
robustos muchachos- debieron partir para alistarse en el ejército. Como buenos
camaradas, aún en esa aciaga circunstancia, buscaron la manera para permanecer
juntos. Si debían atravesar un trance tan difícil como aquel, lo harían unidos:
la cercanía fraternal les impelería mayor fortaleza.
En largos trayectos por yermos
campos de batalla, atravesando tierras de las que ni siquiera lograban recordar
el nombre, aquellos muchachos –amigos fieles desde la infancia- se convirtieron
en cuatro ejemplos de coraje y bravura. Haciendo gala de decisión y valentía
los cuatro se respaldaban solidarios, luchando codo a codo en las avanzadas,
compartiendo riesgos y cumpliendo juntos las órdenes asignadas. Se convirtieron
en la columna fundamental de su batallón, al punto de recibir el merecido
reconocimiento, tanto de sus pares como
de sus superiores.
Pero quiso la suerte –o la propia
naturaleza despiadada de las guerras- que una bala mortal atravesara –artera- el
corazón intrépido de uno de aquellos cuatro amigos, justo el día en que la
victoria definitiva se volcara hacia su bando.
De más está decir que la victoria
no fue tal para los tres que sí retornaron –truncos y destruidos- a su pueblo
natal. Fue breve el tiempo que dedicaron para los reencuentros familiares y las
bienvenidas. Sin necesidad de convocarse, los tres sobrevivientes coincidieron
aquella tarde de jueves y cielo sangriento, sobre la colina. Tres fueron las
sogas, tres los robles de los que se columpiaron por última vez los amigos. Pero
cuenta la leyenda que después de esa noche nefasta, cada tercer jueves de enero
se pueden ver aparecer sobre la colina, bajo el cielo enrojecido de crepúsculo y
tristeza, no tres…sino cuatro… siluetas pesadas -balanceándose al unísono- colgando
de los robles de aquella colina.
Más relatos de ahorcados, en lo de Luis.
Los personajes no pudieron soportar la tragedia de perder un amigo, terminando con sus vidas tragicamente y por voluntad propia. Él amigo que no los olvidó y los acompaña en su estado espectral, después de la muerte.
ResponderEliminarUNA BELLA HISTORIA DE AMISTAD, Y AMOR FRATERNO. ME HA GUSTADO MUCHO, PORQUÉ YO SI CREO EN LA FIDELIDAD Y LA AMISTAD VERDADERA.
ResponderEliminarUN FUERTE ABRAZO, MÓNICA.
Dar la vida para que un amigo viva es señal de buen corazón. Darla porque se ha muerto no me parece tan acertado ni bondadoso.( Siempre pienso en los padres)
ResponderEliminarHay algunos hombres y mujeres que tienen el honor por delante, la amistad como bien preciado. Una especie de uno para todos y todos para uno.
ResponderEliminarMe gusto tu historia.
Un abrazo :)
me has puesto el comentario a güevo:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=SiHSxi2eiNc
medio beso.
Una historia de amistad y de compromiso tácito. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarNo había otra manera de volver a estar todos juntos. Un relato bien contado, una historia que ensalza el valor de la amistad.
ResponderEliminarUn beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY volvieron a reunirse los amigos...
ResponderEliminarBesos!!
inquietante leyenda de compañerismo
ResponderEliminarBuenas tardes amig@ querid@
ResponderEliminarMi blog ha llegado a sus 4 años
De vida y quiero compartirlo contigo.
Me gustaría que vinieras a mi blog
Y llevaras contigo un pequeño
Recuerdo que te he dejado en mi
Ultimo post.
Un abrazo desde Venezuela.
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(¸.•´ (¸.•´ .•´¸¸.•´¯`•-> TU AMIGA SOYPKS
Una amistad llevada hasta el extremo con un desenlace no esperado para mi.Muy bien contada Neo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pero que relato mas bonito Neo, no se puede decir nada mas.
ResponderEliminarBesos arbóreos
Precioso relato!!!!
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un beso
excelente el ritmo de tu relato. A veces una muerte no es una, sino que suma muchas más.
ResponderEliminarComo acababa de colgar un post decidí participar desde el laberinto. Te espero.
Hola, Neo.
ResponderEliminarAmigos hasta la muerte...¡Qué triste! pero que maravillosamente narrado.
Un abrazo.
Lupe
Ademas de la gran amistad que los unia, yo creo que la guerra fue matandolos por dentro y quiza tambien el sentimiento de culpa por haber sobrevivido y su amigo no. Hay tantas interpretaciones como lectores, no?
ResponderEliminarYo creo que la guerra, esa o cualquiera, la que hace de muchachos amigos, héroes de batalla, tuvo la culpa.
ResponderEliminarNo se sale de ella indemne, se sale herido, con el amigo muerto, se sale con ganas de no vivir.
Cuatro robles, cuatro vidas amigas hasta compartirse la muerte.
Como un cuento muy triste, amiga Monica.
Yo que soy escéptica hasta la médula, podría creer una historia así, porque los lazos de amistad y de cariño suelen ser, muchas veces, más fuertes que los de sangre.
ResponderEliminarUn beso y un cafelito.
La lealtad ante todo, el estar juntos en una especie de solidaridad del alma. La imagen de los cuatro cuerpos balanceándose en la colina, conmociona. Qué bien escribes Neo! Chapeau!
ResponderEliminarBesito de fin de semana!
Gaby*
Bien hilado. Una solidaridad llevada al límite, una amistad exacerbada. Cuatro vidas que nadie pudo separar.
ResponderEliminarUn beso
La amistad trascendiendo al hecho de la muerte, llevada hasta el límite, sacrificar la vida propia ante el infortunio en batalla del amigo, para así, de alguna manera, seguir juntos allí, donde tantas tardes reafirmaron su amistad. Triste y hermoso relato, Neo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un relato que se podría utilizar para hacer una novela. Tiene muchas cosas ricas para explotar, una idea muy buena que dejan ganas de saber más sobre sus protagonistas.
ResponderEliminarMuy bueno Moni.
Un beso.
Las guerras hacen cambiar a las personas,tanto que las hacen irreconocibles. Mejor los cuatro juntos aunque sea muertos.
ResponderEliminarUn abrazo
La verdadera amistad está por encima de todo, y eso lo han demostrado los personajes. Me ha encantado el relato Mónica. Un fuerte abrazo y buen fin de semana.
ResponderEliminarHola !!
ResponderEliminarEs una historia muy triste pero a su vez encierra ternura, el compañerismo y la fiel amistad son enormes tesoros.
Me encanto!!
Besos
Mónica...¿podrías parar de sorprendernos con las historias?
ResponderEliminarsutil y atrapante, realmente son de esas que te ponen la piel de gallina con un tremendo final... aplausos!
excelente tu aporte como siempre!
un beso y (aunque un poco tarde) gracias por la tarjeta navideña... está hermosa!
¡Qué bonito!
ResponderEliminarMuy bien expuesto y una trama con dura moraleja.
Enhorabuena.
Creo que esta prueba de amistad de los tres supervivientes hacia su amigo ausente, supera todo lo imaginable.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato.
Bss.
Como siempre un texto amplio en detalles, bien conducido y con misterio final. Ese el del cuarto amigo en su cuarto columpio colgado del cuarto roble, justo en la cima del monte en la que siempre han habido tres.
ResponderEliminarLas guerras dañan a propios y a extraños.
Besos
Todo un canto a la amistad, era la única forma de reunirse los cuatro de nuevo, pero vaya forma!!
ResponderEliminarMuchos besos, Neo!
Extraordinario relato! Tanta fidelidad hoy en día es difícil de encontrar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Después de leer tu relato, tan bien escrito como todos los tuyos, me ha gustado el final de la amistad, y la lealtad, que se demostraron los amigos.
ResponderEliminarTerrible, pero precioso.
Besos guapa
Gran habilidad para hacer entretenida la lectura, esa amistad era imposible de quebrar ni separar. Me imagino que todos creían que el mundo no sería el mismo si faltaba uno de ellos. Eso es el valor por las personas, por eso crear lazos lo llevamos en la sangre. Con la mayoría nos llevamos mal, no tenemos sintonía o simplemente nos parecen insoportables, pero hay un par que los hacemos confidentes, cómplices e incluso nuestras existencias no serían tan felices sin ellos, cuando ya no están no hay nada que nos mitigue el dolor. Cuando un amigo se va...
ResponderEliminarBesos Mónica
Bien llevado tu relato, que no es de sorprender, hasta ese punto final donde se destaca el sentido trágico de la vida y como telón de fondo la amistad y su incondicionalidad.
ResponderEliminarConmovedor
Un fuerte abrazo.
La debilidad de la dependencia.A veces suenan románticos este tipo de actitudes, tal vez cuando uno por alguna razón, queda en aquel lugar infantil donde aún somos "protagonistas" de los cuentos de super héroes y heroínas.
ResponderEliminarBuen relato, me dejó pensando.
Beso Neo.
Que gustazo de nuevo encontrar tus letras tan bien unidas, y tenerme desde principio a fin enganchada a esta pantalla, sin darle ni siquiera una calada a mi cigarro.
ResponderEliminarGracias por tu bienvenida amiga, espero no desfallecer de nuevo y disfrutar de todos los blogs amigos.
Petonets
Contigo me pasa como con Censura, me gusta leer vuestros relatos entornando los ojos porque asi me cuelo dentro de ellos para que las sensaciones me envuelvan...asi chirrian en mi memoria los troncos de los robles soportando el peso de una amistad que no se resigno a desaparecer.
ResponderEliminarUn beso
Una bonita historia de amistad hasta sus últimas consecuencias. Recordé El Cazador de Scorsese, aunque tu historia es más tierna.
ResponderEliminarAbrazos.
So
ResponderEliminarBER
BIO !!!!
Mis respetos, maestra. Es precioso!!
Un besazo
Qué locura Neogeminis! Me dejas pasmado, impresionado. "Egoísmo y cobardía"? El horror de las guerras?
ResponderEliminarUn abrazo!
Triste pero con mucha fuerza tanto el relato como la temática. Las guerras forjan grandes lazos de lealtad, mas aun si esos lazos están ya fortalecidos. Lastima de decisión que aumento la inutilidad de la perdida de tres vidas.
ResponderEliminarUn beso
Pienso como Manuel, es terrible que decidan morir, son tres muertes inútiles. Claro que, después de una guerra nadie vuelve igual, se mueren muchas cosas en el camino...
ResponderEliminarTerrible relato. pero bien llevado hasta el final.
Un abrazo
Hola Neo,
ResponderEliminarTe diré que me parece un cuento total ...
IMpresionante final en el que se mezcla la cueldad más terrible y una cierta dulzura... Es el guiño de la promesa o juramento nunca hecho pero sí presente de que iban a estar siempre juntos los cuatro...
Extraordinario en todos los sentidos. ¡Chapeau!
Un muac
Me resulta un asunto ante todo de fidelidad, nobleza y honestidad. Un texto que sorprende al final, en ningún momento pensé que ése sería el final del mismo. Me ha gustado tu relato porque en la vida real o al menos en mi vida, sería algo complicado encontrar una amistad de esta profundidad.
ResponderEliminarUn abrazo :)
un tanto extraño tu relato y eso que me gustan los suicidas, pero ahorcarse los tres simplemente para encontrar a su amigo muerto en la guerra, según mi punto de vista sería dificil encontrarse después de cruzar el umbral de la muerte, porque murieron en lugares diferentes y de modos diferentes, debieron morir los tres en la guerra, para compañar a su amigo muerto, sin miedos, poniendo el pecho buscando aquella bala que les abriera las puertas
ResponderEliminargracias por los recomendados. te felicito por la historia mu conmovedora, muchos éxitos.
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