Mi tema: La tragedia de la marioneta
Sola, yace arrumbada entre telarañas y cajones de ajados
recuerdos. Fotos sepias, viejos carteles enrollados, rastros varios de lo que
fueran mediocres actos del vodevil de antaño. Apenas un rayo de sol amarillento
penetra la vieja baulera que alguna vez cobijara sonrisas, música pegadiza y ensayadas representaciones
para el teatrito de marionetas que ahora acumula polvo junto a ella.
La mañana quiebra el silencio oscuro de aquel altillo y
la destartalada marioneta intenta, con gran esfuerzo, mover un poco su
desvencijado cuerpo de madera. Algo que pareciera una lágrima se desprende de
uno de sus ojos nublados. Gracias al hilo de luz que la acaricia parece
recobrar momentáneamente el brillo que alguna vez albergara su mirada. No
es más que una reverberación aparente. Quizás efecto de la humedad que desgasta
y trastoca poco a poco todo lo que toca.
A solas con sus entumecidos recuerdos la marioneta apenas
logra hilvanar la sucesión de hechos que determinaron su ruina y su olvido. Logra
evocar el teatro, la bulla, el gentío aguardando impaciente en las butacas, la
música alegre preanunciando el inicio del espectáculo. Las manos amigas acicalándola.
Sus hilos tensos y expectantes. El desarrollo de la función, sus giros, su
cadencia, la impostación de la voz que simula nacerle desde adentro. El saludo
final. Los aplausos. ¡Todo un éxito! Las manos amigas que la hace descansar otra
vez en el camerino. Una trágica carta que llega. La apertura nerviosa del
sobre. La voz conocida –ya sin impostar-que clama al cielo con impotencia. El
llanto que estalla, el puño que golpea una y otra vez sobre el tocador. La
pistola que sale del cajón. La bala que la carga. Las manos amigas que apuntan
hacia la sien. La angustia final. Una ráfaga de fuego…
A partir de allí…nada. Solamente la soledad… y la quietud
más infinita.
Más relatos jueveros, aquí
Y la pobre marioneta acabó sus días abandonada y olvidada en un triste baúl! con lo feliz que era ella con esa mano amiga que movía sus hilos le daba conversación...
ResponderEliminarTriste final para ambos.
Muy buenas las tres ideas de la convocatoria, enhorabuena!
Muchos besos.
No importa si la marioneta tiene un corazón de madera, los hilos se enredan de tristeza cuando se apagan las luces, los aplausos y la caricia amiga.
ResponderEliminarUn abrazo
Pobre marioneta, sin una mano que le ayude y más pena del titiritero que como solución a su problema, decidió dejarlo todo.
ResponderEliminarTriste relato.
Gracias por en enlace que me has puesto. Me lo llevaré a mi vitrina.
Bss.
que dificil es la soledad!
ResponderEliminarbesitos
Me ha gustado mucho tu relato, hablas de dos sentimientos importantes, las mieles del éxito y la tristeza de la soledad y entre ellas el trágico hecho de una despedida forzada por los acontecimientos.
ResponderEliminarMe encantó.
tres el número cerrado, el poliedro más sencillo, la Divinidad para los creyentes, Tres el número maldito símbolo del fracaso
ResponderEliminarMagnífico texto, solo digno de una buena escritora com tú. Es tan tierno, tan sencillo, tan delicado, que es imposible que no agrade. Para mi que no solo agrada sino que entusiasma.
ResponderEliminarTe felicito por tu gran sensibilidad.
Un abrazo.
Ay! Sentí la tensión en la boca del estomago. Lo mas que me ha gustado del relato, la historia contada tras la mirada de la marioneta, que realza mas su olvido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que buena historia. Tragica pero bien escrita. Hay dos tragedias la tragedia del titiritero y de la marioneta, la segunda consecuencia de la primera.
ResponderEliminarTrágico fin, para la marioneta también... Un beso
ResponderEliminarPreciosa historia de la pobre marioneta, que lo fue todo, y ahora nada más es un recuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo
¿Que puede ser de la marioneta sin el titiritero?
ResponderEliminarParece que algo quedó, de todas formas.
Un abrazo
PD: muy linda intro musical
Que bueno Neo el planteo de un tema como la soledad, fuente de nuestras angustias más profundas.
ResponderEliminarBueno leerte.
Abrazo!
Y escribes y escribes dejàndome siemrpe con un maravilloso sabor de boca...sin importar el tema...
ResponderEliminarMis cordiales saludos
Bello y triste relato. Se quedó irremediablemente sola.
ResponderEliminarUn beso
Hola mi querida Monica paso a saludarte porque desde luego mi vida parece un teatro no puedo parar de trabajar, ahora soy hiperactiva, empecé tímidamente y en estos momentos me encuentro terminando tercero de magisterio de primaria y todo ha sido gracias a la cúpula verde, a ir despertando mi ser,... Marionetas somos todos, pero en fin espero que podamos seguir moviendo nuestros hilos a nuestro antojo, a veces pienso cuanto poder desperdiciado, cuantas cosas que se podrían hacer para transformar el mundo pero es más fácil llenarse los bolsillos a costa de la pobre gente. Da tristeza como tu texto pero es la pura realidad, ahora si nosotras seguiremos moviendo nuestros hilos invisibles, me encanta tu frescura y la forma que tienes de contar hasta el mas minimo detalle.
ResponderEliminarBueno solo decirte que si haces otra foto te acuerdes de Carrachina Soñadora. Besotes Mil.
La "vida" de la marioneta va aparejada a la vida de quien manipula los hilos, escenefica historias y le da voz, su dependencia es absoluta. La terrible soledad de un corazón de madera llorando para adentro, es algo en lo que nunca pensamos, tú Monica la desvelas hasta hacernos creer en ella, maga.
ResponderEliminarBesito cariñoso y gracias por ser tan amable convocante.
Excelente Neo, como siempre. Hasta la marioneta la sientes viva... triste, pero bellísimo.
ResponderEliminar¡Felicidades por tus mil entradas!
Un fuerte abrazo.
Hola, Neo.
ResponderEliminarImpecable relato. Entusiasma la forma en que describes cada una de sus secuencias y logras traspasar los "sentimientos" de esa marioneta al alma del lector.
Triste final para esa marioneta que no le dan la oportunidad de "vivir" para cumplir con su bonita misión: el hacer felices a los demás y, consiguiéndolo, serlo ella también.
Mi más profundo respeto para ese titiritero que, en un momento insufrible, busca para sí la quietud más infinita.
Un lujazo leerte.
Te dejo un abrazo con mi agradecimiento por tu trabajo este jueves para los jueveros.
Lupe
Muy emotiva la historia, suele pasar que algunas veces uno vive de la alegría del otro o de la sangre del otro, porque hay personas que son como esos animales o plantas que se alimentan pegados a quien les permite vivir y no les agrede. Si el árbol muere, la planta depredadora se dirige hacia otra víctima; si el pez fallece, los come escamas se dispersan hasta que encuentran otro... a la pobre marioneta no le sacó brillo nadie más...
ResponderEliminarUn beso y un cafelito, compi!
MECAGÜENRUSIA, mónica...¡¡¡ya está bien de escribir espectaculares textos...ya-es-tá-biennnn!!!
ResponderEliminarsabes, mónica, creo que hoy no digo nada más...
medio beso.
Qué triste.
ResponderEliminarMientras iba leyendo se formó en mi la imagen de Pinocho, pero le diste un giro brutal: la proyección del hacedor que se queda en nada cuando éste deja de existir. Magistral!!
Un beso
Pobre, se truncó su vida sin aviso y quedó olvidada...
ResponderEliminarMe ha parecido vivir ese momento de soledad y tristeza. Muy bueno, Mónica
Besos
Triste sino el de la marioneta, supeditada su existencia a la existencia de aquel que la dota de vida y movimiento. Hermoso relato sobre la soledad no buscada y la tristeza que la acompaña siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que triste final, pero bueno, al menos le quedan los recuerdos de días felices :)
ResponderEliminarUn beso
Lola
Las marionetas tienen vida propia, no son de madera, sino de carne y hueso, con gran corazón con el que se entregan a quien las mira. Así las veía de niño y así las sigo viendo. Me ha gustado mucho. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
La marioneta es una extensión del artista. Otra mano nunca la podrá suplantar. El ritmo final del relato es espectacular, su aceleramiento y la sucesión de descripciones es adentrarse en una vertiginosa caída. La muerte del creador llega con el mismo ritmo para volver al estado de desasosiego con el que comenzó. Hermoso relato Mónica, mis felicitaciones
ResponderEliminarHermoso texto Neo, expones perfectamente el sentimiento de dependencia absoluto y de soledad cuando se trunca la vida de quien maneja sus hilos, felicitaciones.
ResponderEliminarUn abrazo.
precioso. Preciso escribí primero, aunque le quisiese decir precioso, y decidí contárselo.
ResponderEliminarQuién dijo que ella es marioneta y nosotros los seres autónomos, quien podría asegurar que no somos parte del sueño de un soñador y así hasta el infinito...
uno de los más lindos escritos que le he leído. Donde escogió el tópico que no era el quimérico, y con el que estuve acompañándolos a la distancia aún sin haber tenido el tiempo de participar. Este relato suyo me hace dudar. Quizás EL tópico era éste. Piense el el Inmortal, en el Golem...
Gracias, Neo. Y Felicidades por el logro. Vamos por mil más.
La dependencia tiene ese riesgo, que de quien se depende decida cambiar de juguete.
ResponderEliminarBunenísimo, Neo.
Abrazo.
Entre el fondo del Atrezzo, la utillería, baúles de ir de bolos, duerme este personaje sin dueño, que una vez fue dueño de risas y emociones.
ResponderEliminarEntretenido texto dirigido con la maestría habitual.
Besos
Qúe pena, tiene vida para pensar, recordar y lamentarse, pero su vida pendía de esos hilos que tan dramáticamente se cortaron.
ResponderEliminarNo hay como la autogestión :)
Un fuerte abrazo y doble beso, aunque esta vez podrían ser tres, no?
vayan entonces.
Wooommm !!!
ResponderEliminarvaya que historia más impresionante realmente me has sorprendido, realmente impactante, muy bello y excelente escrito ... FELICITACIONES
Es peligroso depender de otras manos para vivir. La pobre marioneta no tenía elección y ahí quedó abandonada, menos mal que le han quedado los recuerdos, que también con ellos se pueden revivir las historias.
ResponderEliminarImpecable relato.
Un beso.
Hola, ola de mar..
ResponderEliminarQuiero pensar, que un día otra mano amiga pueda adoptarla, pues ella, al contrario que quién la daba vida, es inmortal. Y un día quizá tu misma la encuentres en un desván llena de polvo y triste, y le devuelvas esa vida.
Un beso
del
Aire
Hola Neo, me encojiste el alma, en mi " casa " en estos dias hay demasiadas " marionetas " esperando una mano amiga, que las rescate del abismo al que se enfrentan cada dia, abandonad@s a su suerte por quienes han dejado de urgar en sus bolsillos, porque ya no hay nada que robarles,ni siquiera el cajón-casa se salva de la avaricia.
ResponderEliminarbesos guapa.
Hermoso relato Neogéminis (o debería decir, relatos, que se suceden y abren otras perspectivas).
ResponderEliminarA lo mejor en la vieja baulera se perdieron una tijeras y la marioneta sabrá cortar hilos y madera.
Saludos!
has impregnado el corazon de madera de sentimientos tales que he sufrido con tu marioneta porque me he visto reflejada en ella.
ResponderEliminarEnhorabuena por la convocatoria y gracias.
Besos
Moni que historia!!! Es triste de principio a fin. La soledad y esa sensación de abandono única que deja el final es tremendo.
ResponderEliminarUn besote.
me ha temblado el alma, pobrecita marioneta!
ResponderEliminartan bien lo has dicho, Neo!
un abrazo grande