Esta semana Gustavo hace las veces
de anfitrión juevero y ha puesto ciertas normas especiales para la
convocatoria. El texto debe ser breve –no más de 125 palabras- y en él se debe
redactar específicamente lo que sería un contrato con “el maligno” (no una
alusión indirecta al tema). Así que bueno, hice lo que pude, pero debo que
reconocer que me pasé en la cantidad de palabras!
Diablo:
Mis objetivos son claros. Claros y
precisos. Quiero poder. Mucho poder, fama y dinero. Y la certeza que nada podrá
hacerme cambiar el rumbo de lo que sean mis planes trazados. No quiero sentirme
atrapado por los pegajosos lazos de la culpa, el sentimentalismo o los
escrúpulos. Falsos íconos fabricados a contracara de nuestro individualismo y sólo
tienen como razón de ser, el poner freno a nuestro ímpetu. Es sabido que en la
Naturaleza gana el más fuerte. El más astuto, el más veloz, el que se adapta, el
que se impone, el que no transige. Así debe ser también con los humanos. Eso lo
saben bien los ganadores, los que se las han ingeniado para saltar a la cima sin
hipocresías ni miedos. De ahí mi decisión, mi oferta irrevocable de venderte mi
alma –que parece ser que eso es lo que mejor se cotiza en tus entornos, vaya
uno a saber por qué-. Así que ¡vamos!, ¡a hacer lo tuyo! Que por mi parte ya he
hecho polvo lo bueno que me ataba a este mundo y solo me he quedado con mi
orgullo, mi rabia y mi prepotencia para estar en forma para lo que me
espera!...y a ver si empezamos con un golpe de suerte en el juego que estoy por
tirar los dados y necesito un seis!
Más pactos diabólicos en lo de Gus
Lo mejor es no tener sentimiento de culpa, no, nada de nada, poder y fama.
ResponderEliminarUn buen contrato, si señor, muy tentador; pero que mucho.
Un abrazo
Un seis. Saldrá
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn pacto así no se puede rechazar
ResponderEliminarBesos
Salud y República
Lo que se dice el ideario del perfecto diablo haciéndole la competencia al verdadero, dándole ideas, echando los dados siempre cargados, con trampas.
ResponderEliminarBesitos muchos.
Sacar la conciencia a paseo, vestirse de frialdad y ser malo de espíritu ... vaya, tampoco es bueno este tramposo amigo.
ResponderEliminarBesos
Cuando alguien está dispuesto a venderle el alma al diablo es porque hace tiempo que ya ha vendido el mundo. Seguro que le salió un seis. Siempre les sale.
ResponderEliminarMuy buen relato Neo.
Un abrazo
El dado tiene cuatro caras con un seis para los que negocian tan friamente y con tanta seguridad de que caiga quien caiga, no les afectara lo mas minimo.
ResponderEliminarUn beso
Saldrá un seis y otro y otro. 666.
ResponderEliminarFirma y a vivir.
Un beso.
Conciso y claro, ni una pizca más ni una menos, es la única manera de transar con quien donde mete la cola... Seguro que obtendrá lo que desea, no ha dejado ni una palabra al azar, ni siquiera ese 6 que tanto anhela!
ResponderEliminarBesitos al vuelo!
Gaby*
Ah, que relato más espantoso, en el buen sentido. Que poco me ha gustado lo que dice, lo que significa que has reflejado muy bien esa punta de locura del ludópata.
ResponderEliminarBesos.
Perfecto. Firma y adelante, que la vida es muy corta... después ya llegará lo que pida en el contrato la otra parte :)
ResponderEliminarUn placer.
Muaks!
Vaya tela, el protagonista del relato no deja puntada sin hilo en el pacto, he de reconocer que no me ha gustado nada su personalidad, si quiere tantas cosas, también debería pensar en poner algo de su parte ¿no crees? Ya no quiero que le salga el 6 en el dado, ea. jajaja. Un beso.
ResponderEliminarEl diablo, siempre calienta la sangre... O la enfría del todo...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Ambicion desmedida como leit motiv contractual, siempre la misma peticion... poder absoluto, con eso se abarca todo.
ResponderEliminarUn beso
Cuando ya sólo queda orgullo, rabia y prepotencia da lo mismo vender tu alma al diablo, posiblemente ya ni siquiera quede nada que vender, porque hemos dejado todo lo que merece la pena por el camino.
ResponderEliminarMuy bueno
Un beso
Mar
Para hacerlo efectivo, simplemente te falto poner la firma de cualquier político o dirigente, y seguro sube el diablo de su escondite a sellar el acuerdo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este Diablo esta en politica, no? Suena taaaaaaaaaaaaaan parecido a dirigentes actuales y pasados!
ResponderEliminarHaga lo que haga siempre saldra victorioso en esta y en todas las ocasiones. La maldad entre sus manos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué duro, qué real y qué angustia y prisa por pactar,te encoge el corazón! y seguro que sale el 6
ResponderEliminarUn beso
El orgullo desmedido nos hace perder cosas, y realmente hay que sentirse demasiado solo y desesperado para desear semejante pacto.
ResponderEliminarHabrá salido el seis? Mmm... Qué intriga!!!
Besitos :)
Hola, Neo.
ResponderEliminarQue claro lo tenía y que decido estaba a cambiar el rumbo...
Me ha gustado mucho la expresión completa del relato y destaco especialmente la frase: No quiero sentirme atrapado por los pegajosos lazos de la culpa.
Genial, Neo.
Un abrazo.
Maat
Está claro que uno empieza a pactar con el diablo cuando decide prescindir de los valores que se suponen hacen grande el alma de los seres humanos. Fuera sentimientos, fuera sensación de culpabilidad, fuera escrúpulos innecesarios. Es el camino elegido por los poderosos del mundo. Particularmente, prefiero ser humilde.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.