Entre los destinos pocos probables que el azar o la elección trazaran dentro de la trama de su futuro, no estaba la posibilidad concreta de ser escritor. Pero, pese a ello, no podía ocultar la profunda significación que las palabras cobraban al surgir de su pluma – muy de vez en cuando- alguno que otro armonioso juego verbal que lo gratificara.
Por eso, en las contadas ocasiones en que los distintos factores se conjugaban –el ánimo, las vivencias, los astros, la inquietud- disfrutaba al ver surgir de su interior esa fluida inspiración literaria, naciendo de un flujo incontenible que no sabía explicar.
El hombre sentía, en verdad, ser el instrumento que algo superior –y no siempre inmediato- elegía para manifestar por escrito verdades aún no reveladas… pensamientos nunca antes vislumbrados… sentimientos que merecían ser ahondados… reflexiones que presionaban para ser desentrañadas.
Luego de un inicial fuego abrasador que lo llevaba a dejar cualquier cosa que estuviera haciendo para ponerse a escribir, aquel hombre poco demostrativo y usualmente nada locuaz sentía que se transformaba por dentro.
Dejarse llevar por ese maravilloso impulso que no llegaba bien a comprender hacía que su ser se sintiera milagrosamente conectado con la trascendencia y el sentido de la vida. Se sentía especial, halagado, a la vez que obligado –en cierto modo- a hacer caso irrestricto a todo lo que decidiese brotar de su pluma más allá de su voluntad reflexiva.
Tal vez en el fondo, más que escritor improvisado, superando su innata modestia debiera reconocer que resultaba ser una especie de profeta.
(recién llegada de mis vacaciones y robándole tiempo a mis obligaciones hogareñas acumuladas -cómo puede ser que uno ensucie tanta ropa!- me voy poniendo al día con la actividad bloguera. Besos para todos)
a veces quisiera saber qué es lo que lo impulsa a un profeta a escribir, cómo se da cuenta de que es el mañana?, o si es que sucererá dentro de una década? cómo estar seguros de que es una profecía, o simplemente un mal sueño? a veces tengo miles de sueños rotos y muchas de las veces pienso que quizás sea algo profético, pero es preferible usar la razón e interpretarlo sólo como un sueño, hay que estar loco, pero muy loco para imaginar que uno puede ser un profeta, me imagino a Nostradamus escribiendo en medio de la noche, qué hierbas se habría fumado?
ResponderEliminarEs que en realidad, uno, al escribir, deja salir aquello que lleva adentro.
ResponderEliminarDe profeta y de loco, todos tenemos un poco.
Buen relato.
Un abrazo.
Me alegro de que estés bien a tu regreso, y espero que hayas disfrutado.
ResponderEliminarEs verdad que al escribir, a veces, las palabras surgen de manera espontánea, sin una voluntad clara por parte del que escribe. Pareciendo que tienen vida propia.
Alguna vez me ha ocurrido que al leer algo escrito por mí, no lo reconocía como mío.
Un beso.
Salud y República
Pues es cierto que un algo de profeta sí que tienen los escritores, -y me ha encantao este título largo que le has dao al relato, Neo... aquí tenemos un refrán de lo más común que dice "de profeta y de loco, todos tenemos un poco" (con lo que ya ves, has conectado perfectamente con la sabiduría popular). Me ha hecho gracia Neo esa reflexión tuya despues de una vuelta de vacaciones, que es una reflexión generalizada también: ¿cómo se puede ensuciar tanta ropa, verdad?, sí, sí, parecería increible si no fuera cierto, pero lo malo es que lo es... bueno, no te preocupes, al final todo vuelve poco a poco a la normalidad (o cómo dice mi hermana: despreocupate, que a las lavadoras les encanta lavar) jajajaja.
ResponderEliminarEn todo caso, con ropa sucia o no, feliz vuelta de vacaciones.
Mil besitos gordotes
Me alegra tu vuelta y espero que hayas descansado.
ResponderEliminarLa inspiración literaria tiene eso que a veces la pluma va sóla, sin nuestra voluntad. Cuando ocurre, es la mejor literatura.
Besos
Me alegra tu vuelta.
ResponderEliminarEs bueno estar de regreso después de unas reparadoras vacaciones. Los escritores tendrán algo de profetas...??? Besitossssssssssssssss.
ResponderEliminarBienvenida, se nota que vienes con las pilas recargadas. Un placer leerte. Abrazos.
ResponderEliminarcomo madre y como escribidora, se te ha juntado un buen montón de trabajo pendiente, tranquila, vienes relajada de las vacaciones, tómate tu tiempo. Nosotros seguimos al otro lado del espejo
ResponderEliminarMuchas veces queremos escribir, pinchamos nuestra voluntad para escribir, queremos participar e invocamos a las musas que muchas veces no hay quien las encuentre, otras en cambio, lejos del ordenador, lejos de una situación que nos permita hacerlo quisiéramos tener a mano cualquier cosa que nos permita escribir lo que en ese momento nos taladra la mente, la frase poética, las palabras oportunas, busco en el bolso, en el mismo estuche de las gafas llevo un bolígrafo, un ticket de la compra arrugado me sirve…cuando llegue a casa lo escribiré en condiciones.
ResponderEliminarPerdí el papel, la frase, el poema o la idea de delicadas y oportunas palabras y ya no volverán, si, habrá otros, pero nunca volveré a encontrar el que se perdió.
Feliz vuelta, y mucho gustito volver a tenerte por aquí.
Mi propia predisposición para salir corriendo cuando oigo o veo a un "profeta" me hace ser cauto, y entonces me viene a la cabeza por si los que escriben o escribimos ¿somos profetas? uff, ni me atrevería a decirlo o proclamarlo pues miedo me da.
ResponderEliminarUn justificación para un profeta frustrado es decir que está loco, pero todos lo estamos un poco.
Besotes y feliz semana.
Pues apunté esta entrada para leerla dentro de los jueves, ya que parecía tener vinculación con el tema de la semana pasada. Veo que no guarda relación, pero me parece interesante esta entrada, el modo en que cuentas esa fuerza que invita o más bien impele a escribir.
ResponderEliminarBesos.
Es curioso, pero a veces también yo siento algo parecido a tu profeta... De hecho, nunca doy por terminado un texto hasta que no tengo esa extraña sensación de perfección que me hace pensar que todo estaba ya escrito en algún extraño limbo literario del cual yo me limité a partearlo... Por cierto, bienvenida!!
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