Un día se despertó y descubrió que era algo así como una bruja o un demonio.
Que tenía instintivos influjos maléficos y por lo tanto era justamente temida. Que los hombres podían sucumbir ante esos poderes y ser atrapados en un círculo de perdición del que jamás tendrían salida.
Descubrió que era mala su naturaleza y que -hasta sin proponérselo- podría arrastrar hasta el infierno la dignidad de propios y extraños.
Supo -sin lugar a dudas- que era impura por el simple hecho de haber nacido. Se encargaron de enseñárselo quienes más la querían.
Tuvo la certeza de ser portadora de lo que debe ser aislado y dominado… y sufrió por ello, pero, consiguió al fin aceptarlo.
Su cara, su boca, sus cabellos, su manos, su piel…todo en ella supuraba la demoníaca pestilencia que logra hacer de las almas lo más infame de la creación. Se convenció que aún en su mirada residía ese fuego maligno de seducción de lo que debe ser prohibido.
La oscura tentación que su presencia implicaba sólo podía ser dominada bajo estrictas reglas de sometimiento y por lo tanto era justo que permaneciera siempre bajo la potestad y la custodia atenta de quienes portan la sagrada sabiduría de discernir sobre lo que es púdico y honesto. Supo que era imprescindible –para su propio bien y el de los otros- que se mantuviera sosegada y alejada del mundo bendecido…para no contaminar, para no tentar, para no doblegar.
Su voluntad de ser aceptada pese a saberse maldita hizo que se esmerara más allá de su razón intentando ser como era debido y no como sus impulsos perversos la enviciaban al soñar.
Pese a todo su esfuerzo, finalmente aceptó que su condición de ser penderá toda su vida de un hilo. Tiene muy en claro que no es ni nunca será seguro su destino, que merece ser aislada, ocultada, repudiada.
Sabe que cada paso que da puede ser el último y que nunca será propio su camino. Lo sabe de sobra y reconoce a la vez la justicia de que así sea…porque nació mujer y por lo tanto imperfecta, perniciosa, peligrosa, denigrante, impura, maledicente, prescindible, potencialmente pecadora, hechicera de hombres… prácticamente una escoria.
* texto en reivindicación de los derechos de las mujeres en ciertas culturas oscurantistas
Más relatos sobre Brujas, en lo de Inma
Hay personas que piensan que que una mujer, si no es sumisa, es bruja. A algunas las quemaron solo por eso.
ResponderEliminarEs cierto, en algunas culturas se somete a las mujeres porque son representantes del mal en la tierra, por eso las cubren y las someten... estigmas de culturas que deberían desaparecer, no hay mayor maldad que quitar o someter la "libertad" de un ser humano.
ResponderEliminarBesos!!
Eso iba a decirte yo mientras leía... será simplemente mujer, nacida en la Edad Media y mira tú, qué poco me he ido del contexto!!!!
ResponderEliminarUN beso, compañera.
Una entrada perfecta Neo.Me gustó el contenido de la historia.Lástima que en algunos sitios a la mujer se la considere un mero objeto.
ResponderEliminarTe aplaudo.
Besotes.
Primero Mónica la música que me ha hecho menear en ondulantes, jeje, movimientos sentada en la silla ante el ordenador, ayyyy.
ResponderEliminarUna maldición peor que la brujería somete a esa mujer y a tantas otras,la anula, no es nada.
Creo que les tienen VERDADERO MIEDO a las mujeres, por eso desde niñas las someten y humillan, pero he visto algunas que no tragan, que no se tapan hasta las cejas, que estudian más que los hombres, que están y dicen.
¿Las quemarán de nuevo en las hogueras de siempre?
Tapadas las quieren algunos en Israel, no es tema musulmán únicamente, es muuuuy viejo de este a oeste.
Siempre atenta Neo, das en la llaga, te envío un conjuro positivo y un beso.
Y eso que hacen esos hombres lo hacen por miedo.
ResponderEliminar¿Y cómo hacemos con aquellos que se creen que las mujeres son menos que ellos?
ResponderEliminarNo creo irse tan lejos como la edad media para demostrarnos que hasta en nuestra propia casa cuecen habas pues en España hasta hace poco una mujer no podía tener una cuentan a su nombre en un banco.
No hay más estúpido que ver los argumentos que emplean ciertos energúmenos para justificar su estrechez mental, pero ojo, que hay mujeres que los justifican.
Solo por ponerle una sonrisa a tan especial entrada, busca en you tube una canción cantada por Javier Krahe de La Mandrágora titulada "La hoguera", seguro que al menos te arrancará una sonrisa.
Besotes.
Yo creo que las tienen miedo porque son más fuertes y sobre todo más inteligentes que ellos. Antiguamente, las quemaban por brujas, hoy las lapidan porque no se les ha ocurrido quemarlas. Que triste pero que real.
ResponderEliminarUn beso enorme
En algunas culturas --sobre todo islámicas-- nacer mujer es estar condenada a vivir presa y peor que una alimaña. En otras, simplemente es estar más o menos discriminadas.
ResponderEliminarTiene que llegar el mañana de la igualdad cuanto antes.
Besos
Salud y República
Estas culturas integristas e intransigentes están en la misma edad media de la que nosotros en occidente hemos salido. Aunque en algunos lugares como en éste país no hace tanto de ello.
ResponderEliminarMuy buen texto.
Un abrazo
Miedo solo miedo. No lo entiendo, me es imposible entenderlo. Menos que nada es una mujer.
ResponderEliminar¿Volveran las hogueras?
Neo perfecto.
Un abrazo.
Pienso que mientras no sean conscientes de su propia valía, de su necesidad como seres humanos de ser iguales en derechos, seguirán estando sometidas y lo que es peor, muchas de ellas complacidamente sometidas, a la voluntad del hombre pensando que ese es el papel que les corresponde. No quiero engañarme pensando que la realidad de nuestras sociedades es muy distinta. La mujer sigue siendo considerada demasiadas veces como un objeto de nuestra propiedad y muchas de nuestras adolescentes piensan que han de complacer por encima de su propia estima a su pareja.
ResponderEliminarUn abrazo.
excelente relato, que en erdad hace reflexionar como hemos sido manupuladas y vejadas a travéz de la historia solo por ser mujeres... se que en algunos pises sigue este misma situación... NO PUEDE SER... SOMOS SERES HUMANOS QUE SENTIMOS, PENSAMOS Y VIVIMOS Y PODEMOS SER UN GRAN APORTE A LA HUMANIDAD...
ResponderEliminarHay que tener el coco comido para aceptar ser una esclava del hombre. Esas culturas son incomprensibles para mí, porqué prima más la tradición que la religión.
ResponderEliminarUn abrazo
Fantástico tu relato, lo peor que es real, no ficticio. Ayer fui al cine y vi una peli, La fuente de las mujeres, me encantó, es en una aldea de Marruecos, y la verdad salí del cine dando gracias a Dios de no haber nacido allí, es como el libro, Mil soles esplendidos, es muy bueno, pero sufrí mucho con su lectura, porque lo que allí se cuenta está sucediendo actualmente. Hay cosas que cuesta creer. Besitos.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo Monica, genial tu relato, en este mundo el varón solo nos daba tres opciones:
ResponderEliminarVirgen, Bruja o Prostituta; pienso que tenían miedo de que le hiciéramos la competencia.
Pero soy de la opinión que el mayor enemigo de la mujer, otra mujer.
Besos hechiceros
por lo que sea y hasta ahora, estoy haciendo comentarios largos...el de tu texto es corto, cortísimo y es uno de mis exabruptos:
ResponderEliminarHIJOSDELAGRANP....
medio beso, mónica...
Y si, mientras nosotras mismas no despertemos, no nos valoremos,no reaccionemos seguiremos siendo maltratadas, si a mi me miran como bruja por ser rebelde, sentimental, expresiva, con pocos prejuicios y por considerarme como el complemento masculino y no como su propiedad, entonces soy bruja y lo gritare a los cuatro vientos y tomare mi escoba no para barrer sino para volar y hacerlo alto!
ResponderEliminarUn abrazo Monique!
Anny
la lucha por los derechos civiles de las mujeres ha dejado y sigue dejando demasiadas víctimas en el camino. En los paises occidentales del primer mundo, un hombre tiene los mismos derechos que una mujer.
ResponderEliminarPero aún hay otras culturas enmarcadas en el medievo en el que por estatus una mujer carece de derechos. Deben luchar simplemente por dignidad
Querida Neo, no hace falta que vuelvan las hogueras, ya tenemos las escopetas, los cuchillos y las piedras de la lapidación. Considerar entorno cultural a ess costumbres/ideas es algo absoluta y totalmente repudiable, pero parece que no todos piensan asi y se sigue ofreciendo ayuda a aquellos que mantienen esas costumbres aun fuera de sus paises y de su entorno.
ResponderEliminarUn averguenza, porque ellas no son brujas, pero ellos si son demonios.
Un beso
De todo pueden convencernos... pero tarde o temprano, la verdad surge a la luz y nos libera...Tiene que ser asì. Cuento con eso.
ResponderEliminarbesos brujos y dobles.
No sé NeO, me gustaría pensar que algún día podremos, podrán...
ResponderEliminarUN besote
Un fiel retrato de algunas sociedades (demasiadas) en las que las mujeres siguen siendo el triste objeto de injusticias y vejaciones, sólo por el hcho de serlo.
ResponderEliminarContado con tanta excelencia y exquisitez, parece menos ¡¡Pero no, es así de crudo!!
Besos
Me parece excepcional. Tu texto de esta semana lo he ido leyendo en clave de nuestra sociedad, esa represión que sufría la mujer. Podía ser España hasta aprox. 1980 o incluso 2012 en determinados ámbitos cada vez más reducirdos. Me parece perfecto como hilas el texto con la idea de la brujería.
ResponderEliminarBesos, como cada semana, pero esta vez quitándome el sombrero.
Mónica, tenés el poder de dejarme anonadada cada vez que te leo. Este texto es maravilloso, uno comienza a leerlo con naturalidad pero sobre el final se comienza a sentir una impotencia y una verguenza ajena díficil de digerir.
ResponderEliminarEspero que algún día todo cambie para esas pobres mujeres.
Un abrazo.
Que hariamos sin ese dedo acusador tuyo Monica?, la verdad es que yo cuento con ello. Es como dicen algunos, tu relato es exquisito, elegante las palabras fluyen, casi casi hacemos digeribles la realidad que trae su contenido, pero al final la realidad es siempre espantosa.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo amiga juevera
Neoooo, creí que ya te había comentado pero...no lo veo y es lunes, como hemos sido tantos apenas he tenido tiempo y repasaba mis comentarios por si había alguno que se me hubiera pasado...te había leído ya pero vuelvo a leerte. Sé que me inundó de tristeza esta entrada, que me hizo tener presente que solo por nacer mujer naces con el estigma de ser repudiada y humillada aun en muchas culturas, sé que sentí tristeza porque quizás no pensamos en ellas en el día a día salvo que por cualquier circunstancia puntual lo recordemos. Magnifico relato Mónica, ojala ellas las repudiadas dispusieran de una pócima para poner ojos en la cara de quienes las somete, para poner conciencia en este absurdo. Un beso preciosa y perdona mi tardanza.
ResponderEliminarNeo, te has lucido con este relato, iba leyéndolo atrapada en su descripciones y con la suerte de no ver la foto del final, iba imaginando una mujer cubierta con un Burka, al vislumbrar ya casi al final la foto me he dicho, la foto está de más, increíble como lo has descrito, como la sociedad puede influir en una persona y como se puede manipular la conciencia de la gente, perfecto, me ha encantado tu relato y dejado un regusto amargo por esas mujeres en este caso y por cada uno de los pobres seres humanos que se dejan manipular sin libre pensamiento, miles de besossssssssssssssss
ResponderEliminarCaminos que dejan huellas, huellas que dejan recuerdos en un presente bien vivido.
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